A pocos días de iniciar 2025, la Confederación Empresarial Veterinaria Española (CEVE) presenta hoy el Informe Socioeconómico y Laboral del Sector Veterinario Español de este año. Uno de los puntos fundamentales de este análisis es que el sector veterinario español, desde el año 2015, ha encadenado varios ejercicios económicos de constante crecimiento, que han coincidido con una mejora progresiva de las cifras macroeconómicas del país. Aun así, siguen existiendo indicadores, sobre todo en los relativos al empleo, que, tras haber padecido graves quebrantos durante la crisis económica, aún no han alcanzado la recuperación deseable.
En este sentido, la organización recuerda que la firma del primer Convenio Colectivo de Centros y Servicios Veterinarios, de 2020, sirvió para fijar y garantizar unos salarios mínimos a los empleados de las empresas veterinarias, ayudando a paliar algunas de las dificultades que se encontraban muchos jóvenes veterinarios para obtener un salario digno. Desde entonces, el salario medio en el sector se ha incrementado un 24,79 % (con respecto a 2019).
Así, destacan que la firma del segundo Convenio Colectivo de Centros y Servicios Veterinarios, en 2023, “ha contribuido a fortalecer el avance hacia unas mejores condiciones de trabajo de las personas que ejercen su profesión en el sector”.
La facturación del mercado de sanidad y nutrición animal en España se ha incrementado un 64,99 % desde 2013 a 2022. Por otra parte, conviene destacar que, dentro del sector veterinario, una media del 27,95 % de la facturación entre los años 2013 y 2022 corresponde a los animales de compañía. Dentro de esta cifra de facturación, casi el 99 % en media anual corresponde a perros y gatos. Asimismo, la facturación del sector referida a animales de renta mantuvo una media del 72,05 % de la facturación total.
Una cifra interesante que se desprende de este nuevo informe es que el negocio del sector veterinario se ha incrementado un 134,24 % entre 2013 y 2022 (un 246,41 % en el caso de los animales de compañía), siendo el peor de los ejercicios el de 2021, con una caída del 2,73 %. Por su parte, los años 2015 y 2019 fueron los mejores de la serie con incrementos del 25,31 % y el 23,65 %, respectivamente.
El valor añadido a coste de los factores del sector alcanzó los 796,13 millones de euros en 2022, lo cual significa un incremento del 171,50 % desde el año 2013, a pesar de los decrementos padecidos en la época de crisis económica hasta 2014. Además, el valor de la producción del sector superó los 1.531 millones de euros en 2022, un 172,07 % más que el año 2013, con notable incrementos del 27,92 % en 2019, el 22,29 % en 2020, el 7,30 % en 2021 y el 8,11 % en 2022.
Cabe destacar que, al final del ejercicio de 2022, había 2.366 empresas más en el sector que en 2013.
El personal ocupado del sector creció de una manera moderada en el periodo de la crisis económica y de forma más sólida a partir de 2014, alcanzando un 47,07 % de incremento global en 2022 con respecto a 2013. A su vez, en el periodo objeto de estudio, el personal remunerado del sector alcanzó un incremento acumulado del 75,43 %, con aumentos notables de la contratación en los ejercicios correspondientes a 2011, 2016, 2017, 2019 y 2022.
El salario medio anual del sector, tras una década en la que había sufrido decrementos muy significativos, a finales de este año acumulaba un incremento del 36,83 % con respecto al mismo indicador en 2013 que, en términos absolutos, suponía una media de 5.261 euros más (cabe recordar que llegó a ser de 1.036 euros menos al final del año 2016). Es de destacar en este sentido los notables incrementos de 1.596 euros en 2021 y de 1.623 en 2022, que se derivan, en gran medida, de los efectos positivos en este sentido de la negociación colectiva.
Un dato preocupante que se desvela en el informe es que un 31% de los veterinarios en activo admite mantener una segunda ocupación.
Por otra parte, el número de mujeres matriculadas en estudios universitarios de Veterinaria ha pasado del 37,77 % en 1986 al 77,94 % en 2024, mientras que el de egresadas en Veterinaria ha pasado del 34,33 % en 1986 al 77,50 % en 2023. Además, un 70,53 % de las personas colegiadas menores de 45 años son mujeres, según datos de finales del año 2022.
En la actualidad hay una cifra aproximada de tres mujeres cursando y egresándose en estudios universitarios veterinarios por cada hombre, por lo que no cabe duda de que será una profesión con una marcada representación femenina en el futuro.
Hay que destacar que un gran número de profesionales del sector veterinario (tanto mujeres como hombres y, sobre todo, los más jóvenes) padecen una preocupante situación de precariedad laboral, tal y como lamenta el informe.
En este sentido, la firma de los sucesivos convenios colectivos del sector parece “una medida oportuna y acertada para ayudar a paliar parte de estos efectos que el escenario socioeconómico del sector había venido provocando principalmente sobre las más jóvenes cohortes de los profesionales veterinarios, en su mayor parte mujeres”.
De hecho, la brecha salarial entre géneros detectada parece tener su fuente principal en la edad, “habiendo quedado sumamente demostrado que se debía a que el mayor número de veterinarias son jóvenes y han accedido más recientemente a la profesión, con peores condiciones laborales y salariales”.
Por otro lado, en el informe instan a la reflexión sobre el “incremento progresivo del número de facultades de veterinaria, y, por consiguiente, de las plazas ofertadas, en un sector en el que ya existe un exceso de alumnos matriculados y egresados con relación a las plazas laborales ofertadas, principalmente en la especialidad clínica”. Este modelo de formación puede conducir a una sobreoferta en el mercado laboral, por lo que las expectativas laborales y salariales de los estudiantes que optan por el campo clínico no se van a poder cumplir.
“Por ello, se estima preciso que los responsables académicos de las facultades de veterinaria españolas informen convenientemente a los jóvenes universitarios a lo largo de sus estudios sobre la variedad de especialidades y salidas laborales de su profesión, más allá de la clínica de pequeños animales, por la que se opta mayoritariamente”, señalan.
Finalmente, desde CEVE recuerdan que se debe tratar de establecer programas de salud mental, ya que los profesionales veterinarios muestran una mayor propensión, con respecto a la media poblacional, a padecer problemas de salud mental, que se manifiestan en cuadros de ansiedad, estrés o depresión y que, en ocasiones, acaban provocando el abandono de la profesión o, incluso, en casos extremos, el suicidio.
Puede acceder al informe en este enlace.