Tres perros que previamente habían sido entrenados para detectar cáncer de vejiga y próstata humanos, fueron entrenados por la organización benéfica Medical Detection Dogs para detectar carcinoma urotelial canino de vejiga mediante el olor de la orina.
Los resultados muestran que el cáncer de vejiga canino tiene un olor distintivo que los perros especialmente entrenados pueden detectar de forma rápida y no invasiva con hasta un 90 % de sensibilidad (la tasa en la que los perros identificaron correctamente las muestras positivas) y hasta un 95 % de especificidad (la tasa en la que los perros ignoraron correctamente las muestras negativas).
Aproximadamente uno de cada cuatro perros desarrollará cáncer durante su vida y la colitis ulcerosa es el cáncer de vejiga más común en perros, representando casi el 2 % de todos los cánceres caninos notificados. La enfermedad puede parecerse a otros trastornos del tracto urinario, como las infecciones urinarias y los cálculos en la vejiga, y puede ser difícil de diagnosticar, ya que no se recomienda tomar una muestra de orina con una aguja (cistocentesis) porque puede provocar que el tumor se disemine. Su similitud con otras afecciones más comunes también puede significar que, a veces, los veterinarios pueden apuntar a la infección cuando, de hecho, el perro podría tener cáncer.
Para un diagnóstico definitivo se necesita la histopatología de una muestra de biopsia, lo cual es invasivo, costoso y aumenta el tiempo necesario para obtener los resultados finales, lo que puede retrasar el inicio del tratamiento.
Buscando una alternativa, recientemte se realizó un estudio donde varios perros, un cocker spaniel de trabajo color chocolate llamado Kizzy, un cocker spaniel negro llamado Jobi y un labrador negro llamado Marlow, fueron entrenados para olfatear muestras de orina adheridas a soportes de metal en una sala de entrenamiento de perros de detección médica y mostrar su comportamiento de indicación en respuesta solo a muestras positivas (cancerosas).
Fueron recompensados con comida y juego tanto por indicar muestras de objetivos positivos como por buscar una línea negativa sin indicación. La orina recolectada procedía de restos de pacientes clínicos y de perros sanos.
“Estamos encantados de que hayan tenido tanto éxito al detectar el olor del cáncer de vejiga, ya que es una enfermedad difícil de diagnosticar con métodos tradicionales y desagradable e intrusiva para los pacientes caninos", explica Claire Guest, directora ejecutiva, cofundadora y directora científica de Medical Detection Dogs.
“Cuando se les diagnostica, la enfermedad suele estar avanzada, por lo que existe un gran valor potencial en una prueba diagnóstica nueva, temprana, barata, rápida y no invasiva que podría generar oportunidades para una intervención más temprana de lo que es posible en la actualidad”.
Por su parte, Nicola Rooney, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Bristol y una de las autoras del estudio, señala que “este estudio se suma al creciente conjunto de evidencias que muestran que los perros son altamente efectivos para detectar olores relacionados con los cambios de salud tanto en humanos como en caninos”.
Isabelle Desmas-Bazelle, profesora de oncología y codirectora de Oncología en el Royal Veterinary College, comenta que “los perros que participaron en el estudio demostraron una sensibilidad superior a la citología de una muestra de captura libre y similar a la prueba BRAF. Esto sugiere que las células cancerosas tienen un patrón de olor único, posiblemente a través de la secreción de sustancias químicas orgánicas volátiles. Esta emocionante investigación podría conducir al desarrollo de una nariz electrónica como una prueba de diagnóstico adicional para la colitis ulcerosa”.