Veterinarios españoles prestan ayuda en Irán para hacer frente a la viruela caprina

Las enfermedades infecciosas, en particular las causadas por virus de la familia Poxviridae, plantean amenazas importantes para la salud del ganado y la economía agrícola. Entre ellas, el virus de la viruela caprina (GTPV, por sus siglas en inglés), un miembro de Capripoxvirus, es un patógeno destacado que afecta a las poblaciones de ovejas y cabras, especialmente en las regiones en desarrollo de Asia occidental y más allá. El impacto económico del GTPV es profundo y conduce a una disminución de la productividad, un aumento de los costes veterinarios y restricciones comerciales.

Los signos clínicos de la viruela caprina incluyen fiebre, secreción nasal y lesiones generalizadas de viruela en la piel, particularmente alrededor de la boca, la nariz y los ojos. Estas lesiones también pueden aparecer en la ubre y la parte interna de los muslos, lo que provoca dolor, infecciones bacterianas secundarias y reducción de la productividad. En casos graves, la enfermedad puede causar dificultad respiratoria, inflamación de los ganglios linfáticos y muerte, especialmente en animales jóvenes o inmunodeprimidos. La transmisión del virus se produce a través del contacto directo con animales infectados, sus secreciones (como la secreción nasal) y las costras que contienen el virus. 

La transmisión indirecta también es posible a través de equipos, ropa de cama y alimentos contaminados, lo que hace que el virus sea altamente transmisible tanto en rebaños pequeños como en grandes. La enfermedad es una preocupación importante en las regiones donde las cabras son económicamente determinantes, ya que los brotes pueden provocar pérdidas sustanciales en la productividad y el bienestar animal.

VIRUELA CAPRINA

Informes recientes de 2022 a 2023 han documentado brotes de viruela ovina y caprina en regiones como España, Rusia, Grecia y Bulgaria, donde la enfermedad había sido erradicada previamente. Estos brotes pueden provocar una mortalidad de hasta el 100 % en las ovejas y cabras infectadas, lo que causa pérdidas económicas significativas, especialmente en casos de aborto. Cabe destacar que algunas razas de cabras muestran distintos niveles de susceptibilidad a esta enfermedad. Las razas nativas tienden a ser más resistentes. Estos hallazgos subrayan la importancia de mejorar las medidas de control de esta enfermedad.

La vacunación es ampliamente reconocida como la estrategia más eficaz para controlar y prevenir brotes de viruela caprina. Se ha demostrado que las vacunas vivas atenuadas, que se derivan de la cepa del virus mediante pases seriados en cultivos de tejidos, proporcionan inmunidad a largo plazo y generalmente se consideran seguras. Sin embargo, la eficacia de estas vacunas puede variar significativamente en función de factores como la dosis administrada, la cepa específica del virus, diferentes razas puras o mixtas y el estado fisiológico de los animales, incluido su estado de gestación.

SUSCEPTIBILIDAD DE LAS CABRAS PREÑADAS

La vacunación con vacuna viva atenuada contra la viruela caprina está muy extendida en Irán, donde la viruela caprina es enzoótica. Según el protocolo de la Organización Veterinaria Iraní (IVO), durante los brotes de viruela caprina, las cabras deben recibir una dosis doble de la vacuna en una sola inyección, lo que equivale al doble de la dosis estándar en una administración. 

Es importante señalar que las cabras preñadas son especialmente vulnerables a las enfermedades infecciosas debido a los efectos inmunosupresores de la gestación, que pueden complicar la administración y la eficacia de las vacunas, especialmente en condiciones epidémicas. Comprender la dosis óptima de la vacuna para este grupo demográfico es crucial para garantizar la seguridad de la vacuna y la supervivencia de su descendencia. Dado este contexto, un trabajo realizado por Sergio Villanueva-Saz y Delia Lacasta del Instituto Agroalimentario de Aragón-IA2 de la Facultad Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, junto a compañeros de Irán, ha querido investigar e informar los resultados y efectos de la administración de una dosis estándar y una dosis doble de vacuna viva atenuada contra la viruela caprina en cabras murciano-granadinas preñadas. Esta raza, originaria de España, ha sido importada en los últimos años, por lo que es necesario examinar exhaustivamente su respuesta a los protocolos de vacunación.

Irán tiene un alto potencial para la cría de cabras, y varias razas se crían dentro del país. La importación de razas extranjeras, como las cabras murciano-granadina, es común para mejorar las tasas de producción o satisfacer las demandas del mercado, similar a las prácticas en otros países. Dadas las sensibilidades de esta raza y las políticas de prevención de enfermedades en Irán, es necesario evaluar las condiciones de la vacunación contra la viruela caprina en esta raza específica, por lo que se incluyó en este estudio.

PROBLEMAS EN EL GRUPO DE LA DOSIS DOBLE 

En el grupo A, donde las cabras recibieron la dosis estándar de 0,5 ml, no se observaron abortos ni efectos secundarios relacionados con la vacuna, y las cabras mantuvieron temperaturas corporales normales después de la vacunación. Por el contrario, en el grupo B, donde a las cabras preñadas se les administró una dosis doble de 0,9 ml, 74 cabras (37 %) experimentaron abortos entre 24 y 29 días después de la vacunación. Se observó una diferencia estadísticamente significativa en las tasas de aborto entre el grupo A y el grupo B. Por ello, se demuestra que la variación en las tasas de aborto entre los dos grupos es altamente significativa. Además, no hubo correlación estadísticamente significativa entre la edad de las cabras preñadas y la tasa de aborto.

Asimismo, entre los 19 y 25 días posteriores a la vacunación, comenzaron a manifestarse signos asociados a la infección por GTPV en el grupo B, desarrollándose nuevas lesiones durante las dos semanas siguientes. Las cabras mostraron un aumento de la temperatura corporal que osciló entre 41 y 42,5 °C, que duró entre 6 y 8 días. Los animales afectados mostraron signos de depresión, pérdida de apetito y, en casos graves, dificultad para respirar. Los hallazgos clínicos adicionales incluyeron ruidos pulmonares ásperos, rinitis, conjuntivitis y secreción mucopurulenta nasal. Las lesiones características de la viruela caprina en las cabras estudiadas aparecieron inicialmente en áreas sin pelo como debajo de la cola, sobre la ubre, dentro de las orejas, alrededor de la boca y los ojos, y ocasionalmente dentro de la cavidad bucal y los genitales externos. En los casos más graves, estas lesiones se extendieron por todo el cuerpo. “El análisis molecular confirmó la cepa de la vacuna de GTPV como la fuente de infección, descartando la contaminación externa”, añadieron los autores.

En consecuencia, los autores indican que este estudio destaca la importancia de cumplir con las dosis estándar de vacunas en cabras gestantes de la raza murciano-granadina para prevenir resultados adversos como abortos. Este estudio “enfatiza la necesidad de revisar y modificar los protocolos de vacunación adaptados a razas específicas y condiciones de mantenimiento variables, incluidos los escenarios de embarazo y brotes”. Del mismo modo, refuerzan la necesidad de estrategias de vacunación cautelosas y personalizadas para garantizar la seguridad y eficacia de las vacunas en diferentes razas de cabras.