La fibrilación auricular canina (FA) representa la taquiarritmia supraventricular más común en perros y se observa con mayor frecuencia en sujetos con enfermedad cardíaca asociada con remodelado auricular (FA secundaria). Una vez desarrollada, la fibrilación auricular canina reduce el gasto cardíaco, promueve la aparición de insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) y aumenta el riesgo de muerte súbita.
Dada la alta prevalencia de esta arritmia y su impacto en la supervivencia, el tratamiento adecuado es esencial. En la FA secundaria, controlar la frecuencia ventricular (control de frecuencia) es la estrategia de tratamiento más utilizada para prolongar el tiempo de supervivencia de los perros afectados.
Aunque el beneficio clínico del control eficiente de la frecuencia cardíaca está bien establecido en la FA canina, la elección de los antiarrítmicos destinados a lograrlo es más controvertida. Actualmente, no hay disponibles pautas sobre el tratamiento médico de perros con FA secundaria, y los fármacos antiarrítmicos a menudo se prescriben más sobre la base de la experiencia personal que de evidencia científica sólida. Entre los factores asociados con la elección de estos fármacos se encuentran su eficacia y seguridad hipotéticas/percibidas. Sin embargo, es interesante observar que, hasta la fecha, los informes destinados a evaluar y comparar las tasas de eficacia y las tasas de efectos secundarios relacionados con el tratamiento de diferentes protocolos antiarrítmicos son limitados en perros con FA. Esto puede afectar a las opciones de tratamiento en la práctica clínica.
Por lo tanto, los objetivos de un estudio realizado en Italia fueron evaluar retrospectivamente una población de perros con FA secundaria que habían sido tratados con diferentes protocolos antiarrítmicos y proporcionar una descripción detallada de datos seleccionados con énfasis en la eficacia y seguridad antiarrítmicas.
Se evaluaron retrospectivamente los registros médicos de perros de clientes vistos entre 2012 y 2024 con FA secundaria en las bases de datos médicas de los autores. Para los fines del trabajo, se consideraron perros tratados con terapia combinada con diltiazem y digoxina (CT Dilt+Digox ), monoterapia con diltiazem (MT Dilt ), monoterapia con digoxina (MT Digox ) o monoterapia con amiodarona (MT Amiod ).
Esta elección se basó en estudios previos de la literatura canina, que mostraron que los cuatro protocolos mencionados anteriormente representan los más comúnmente prescritos en perros con FA secundaria. Para la inclusión en el estudio fue necesario un mínimo de dos evaluaciones. El primer punto temporal fue el día del diagnóstico de FA que motivó la prescripción de los protocolos antiarrítmicos antes mencionados (T0). El segundo punto temporal correspondió al primer control realizado tras el inicio del tratamiento antiarrítmico en el que se realizó la monitorización Holter (T1).
Para cada perro, se obtuvieron las fechas de T0 y T1, los hallazgos clínicos y clinicopatológicos seleccionados y las mediciones electrocardiográficas y ecocardiográficas de los registros médicos. Electrocardiográficamente, la eficacia antiarrítmica se definió por una reducción en la frecuencia cardíaca media en la monitorización Holter ≤125 latidos/minuto.
Se incluyeron cincuenta y cuatro perros, 28 recibieron CT Dilt+Digox y 26 recibieron monoterapias (MT Digox = 16; MT Dilt = 5; MT Amiod = 5).
Los autores observaron que la tasa de eficacia documentada en perros tratados con CT Dilt+Digox fue significativamente mayor que la observada en perros del grupo de monoterapia compuesta (es decir, MT Dilt +MT Digox +MT Amiod).
Del mismo modo, la tasa de efectos secundarios relacionados con la terapia documentada en perros tratados con CT Dilt+Digox fue similar a la observada en perros del grupo de monoterapia compuesta.
Este estudio, han indicado, representa una de las investigaciones más amplias sobre la eficacia y seguridad de los tratamientos antiarrítmicos en perros con FA secundaria. “Nuestros resultados no solo respaldan algunos hallazgos previos, sino que también brindan información adicional para ampliar nuestro conocimiento sobre los efectos de los fármacos antiarrítmicos que se usan comúnmente para el control de la frecuencia cardíaca en la FA canina”.
Así, el estudio sugiere que CT Dilt+Digox es generalmente más eficaz en la reducción de la tasa de respuesta ventricular que los protocolos de tratamiento basados en la administración de un único fármaco antiarrítmico, ya que “permite alcanzar una frecuencia cardíaca máxima óptima con mayor frecuencia”.
Además, un hallazgo clínicamente relevante adicional del presente estudio se refiere a la supervivencia, ya que el tiempo de supervivencia documentado en perros del grupo CT Dilt+Digox fue significativamente más largo que el observado en perros del grupo MT Digox (es decir, 333 días y 90 días, respectivamente).
Por tanto, y a modo de resumen, concluyen explicando que este trabajo proporciona datos detallados sobre la eficacia y seguridad de diferentes protocolos antiarrítmicos utilizados para el control de la frecuencia en perros con FA secundaria. “Nuestros hallazgos respaldan la indicación de considerar en general la combinación CT Dilt+Digox como un tratamiento antiarrítmico de primera línea en perros con FA secundaria·. Por el contrario, el uso de un solo antiarrítmico como diltiazem, digoxina y amiodarona “parece ser un enfoque más defectuoso, que en consecuencia debería desaconsejarse en general”. No obstante, sugieren que se necesitan más estudios para proporcionar información sobre perros con FA secundaria tratados con diferentes protocolos antiarrítmicos.