El sector veterinario exige la regulación de los ATV, "no es normal que todavía no esté la titulación de FP”

Desde hace años, una parte importante del sector veterinario ha demandado la regulación de los estudios de los auxiliares técnicos veterinarios (ATV), una profesión esencial en el día a día de la clínica veterinaria.

En este marco, hace ya cuatro años que la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) reclamó un informe de la situación de la realidad laboral en el sector de la veterinaria y su relación con el Catálogo Nacional de Cualificaciones, para clarificar, ubicar correctamente y potenciar la cualificación de la Asistencia a la Atención Clínica en Centros Veterinarios (comúnmente conocidos como ATV´s). Fue así que se aprobó en abril de 2020 la creación de un grupo de trabajo para regular y definir la situación laboral de estos profesionales. Sin embargo, no ha habido avances en los últimos años y la anhelada regulación parece que aún no está cerca. 

“Está todo parado, no se ha avanzado absolutamente nada. Hay un primer obstáculo porque, ahora mismo, esta cualificación no está dentro de la familia sanitaria, sino que está en la de Agricultura”, advierte Jesús Cabrera, responsable de Negociación Colectiva Privada de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO (FSS-CCOO), en declaraciones a Diario Veterinario. “Nosotros entendemos que esto es un error. Igual que el veterinario es una profesión sanitaria, el técnico veterinario debe de ser también una profesión sanitaria”, agrega.

Asimismo, señala que, desde la Comisión de Formación, van a hacer “actuaciones para agilizar el procedimiento, tanto para la obtención del certificado de profesionalidad como para la regulación de la titulación de Formación Profesional (FP)”. Si bien advierte que “esto va muy lento”, pues se iniciaron las gestiones incluso antes del convenio colectivo veterinario, que se firmó en 2020. “Los centros veterinarios están creciendo y lo que no es normal es que todavía no esté la titulación de FP”, denuncia.

CUALIFICACIÓN PROFESIONAL, UN MARCO AÚN POR DESARROLLAR

“La definición real son asistentes de veterinarios en la atención médica, ya que esa es la cualificación”, exclama Benito Pérez, presidente de la Asociación Española de Veterinarios Clínicos (AEVET), haciendo mención al proyecto que se desarrolló en el Instituto Nacional de Cualificaciones (INCUAL). Y es que, en el año 2011, se recogió por primera vez la denominación de “Asistencia a la atención clínica en centros veterinarios” en el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales.

Según explica, “un asistente veterinario es una persona que, bajo la supervisión del veterinario, realiza gran parte del trabajo que está reconocido en su formación, que tienen varias unidades competenciales”. Concretamente, el INCUAL recoge las competencias de administración, laboratorio, cuidados auxiliares en consulta, labores de apoyo en quirófanos, colaboración en hospitalización de animales y asistencia en los procedimientos de imagen.

No obstante, cabe destacar que esta cualificación profesional “en ningún caso regula la profesión o actividad profesional”, sino que corresponde a las diferentes administraciones competentes según el sector o ámbito de desarrollo, tal y como explica el propio INCUAL. “Las cualificaciones no constituyen un plan de formación, ni se imparten en ningún centro, sino que son la base para elaborar la oferta formativa conducente a la obtención de los títulos de formación profesional y de los certificados de profesionalidad y la oferta formativa modular y acumulable asociada a una unidad de competencia”, recoge el portal del Ministerio de Educación.

Otra de las voces expertas en la materia es Sergio Moya, responsable de formación de auxiliar técnico veterinario de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA). Moya incide en que “actualmente no hay nada regulado”, pero asegura que “la tendencia parece ir hacia una mayor regularización de los ATV en España, ya que tanto el colectivo como los veterinarios han manifestado la necesidad de esa formación oficial y un marco regulatorio claro”. Además, hace hincapié en que esta regulación podría ayudar a mejorar la calidad de trabajo de las clínicas veterinarias, aparte de proporcionar una mayor seguridad jurídica a los auxiliares y contribuir a un mejor servicio veterinario global. 

“El papel de los ATV desempeña un papel crucial en el ámbito veterinario y aún existen importantes vacíos normativos en cuanto a esa formación, regularización y competencia”, enfatiza.

Desde la Organización Colegial Veterinaria (OCV) manifiestan que son conscientes de la situación creada por la falta de avance real en la regulación del título de atención clínica en centros veterinarios, “tal como nos transmiten numerosos colegiados”, subrayan.

Al igual que comenta Moya, inciden en que “la aprobación del título oficial de ‘técnico en asistencia a la atención clínica en centros veterinarios’ es imprescindible para que aquellos profesionales que lo cursen puedan obtener el correspondiente certificado, y tiene una capital importancia en la actividad diaria de los propios centros”, donde estos titulados desarrollan su labor bajo la supervisión de veterinarios.

La OCV asegura que esta demanda se ha transmitido a la Administración central a través del Instituto Nacional de las Cualificaciones, dependiente del Ministerio de Educación. La última carta remitida por el presidente, el pasado mes de agosto, recuerda que para la OCV "constituye un interés prioritario tratar de garantizar un nivel formativo adecuado y uniforme de estos profesionales en todo el territorio nacional, con el fin de mejorar la atención de los animales tratados en los centros veterinarios españoles, todo ello, en definitiva, con la finalidad de preservar y proteger a los consumidores y usuarios prestatarios de los servicios profesionales veterinarios".

Por ello, reclaman la aprobación de este título oficial para obtener tal cualificación, "con validez en todo el territorio nacional, y que contenga las enseñanzas mínimas obligatorias, lo que impide a los profesionales que superen esta formación obtener el certificado de profesionalidad relativo a esta competencia".

NECESIDAD DE UNA FORMACIÓN REGLADA

La formación de los ATV suele realizarse a través de cursos de centros de formación privados. “Estos cursos pueden variar en cuanto a duración, contenido, calidad, lo que contribuye a la falta de estandarización de un perfil profesional”, recuerda el responsable de formación de auxiliar técnico veterinario de AVEPA. 

Cabe destacar que, para todos aquellos que hayan realizado la formación de ATV, hay un camino para acreditar estos estudios. Aunque a nivel estatal sigue sin haber un consenso definido, en algunas comunidades autónomas se ha puesto en marcha la acreditación, a través de la cual, los asistentes o auxiliares demuestran sus competencias y conocimientos sobre cada una de las materias que desarrolla la cualificación profesional.

Aun así, queda pendiente el tema de la formación reglada. En este punto, Benito Pérez confía en que “se hará, pero eso ya depende del Ministerio de Educación y Ciencia”. Para lograrlo, señala que la demanda social ha de ser lo “suficientemente fuerte como para que la Formación Profesional reglada, es decir, reglada por el Ministerio o por las comunidades autónomas que tengan competencia, se desarrolle”.

“Es fundamental que se desarrolle y que se reconozca la cualificación porque es una forma de desarrollar el sector de la clínica de animales de compañía. Desgraciadamente, hay mucho veterinario trabajando de asistente”, lamenta el presidente de AEVET. Además, ha recordado que, en otros países, como es el caso de Gran Bretaña, “hay hasta tres o cuatro asistentes por veterinario”. Por el contrario, “en España se habla de que no se llega a un asistente por veterinario”. Algunas clínicas prefieren contratar a un veterinario que a un asistente “porque hay muy poca diferencia según el Convenio”, resalta.

MAYOR ESPECIALIZACIÓN DE LOS AUXILIARES

Pérez destaca también la importancia de invertir en los ATV desde las clínicas “para formarles, prepararles y, así, poder delegar en ellos las acciones que complementan el trabajo del veterinario”. “Me parece que es una de las mejores inversiones que puede hacer un centro veterinario”, recalca, ya que “son profesionales con mucho amor por la clínica de animales de compañía, que se implican mucho, muy bien preparados y, desde luego, es una apuesta segura para el futuro de los centros”.

Sobre este tema, Sergio Moya afirma que “hoy en día, los auxiliares se están especializando”, lo que implica que “hay auxiliares que son de hospitalización, otros que son de cirugía, otros que son de administración pura y dura, …” 

Finalmente, Moya destaca que “realmente es muy importante que estos profesionales se vean atendidos, que se profesionalice su labor y que se organice de una forma a nivel estatal para que realmente tengan una función clara y definida dentro de la clínica veterinaria”.