Los murciélagos son ampliamente conocidos en todo el mundo por su papel en la propagación de una serie de enfermedades zoonóticas, enfermedades que pueden transmitirse entre humanos y animales.
Pero un estudio realizado por científicos de la Facultad de Medicina Veterinaria y Ciencias Biomédicas de Texas A&M (VMBS) ha revelado que los murciélagos de cola libre mexicanos no juegan un papel importante en la transmisión de Trypanosoma cruzi (T. cruzi), el parásito responsable de la enfermedad de Chagas.
"Se cree que los murciélagos son los huéspedes originales de T. cruzi, y con frecuencia se posan cerca o incluso en las casas de las personas aquí en el centro de Texas", explicó Ilana Mosley, estudiante de doctorado en el Departamento de Biociencias Integrativas Veterinarias (VIBS) del VMBS.
"Están relativamente cerca de los humanos, y esa es una de las razones por las que realizamos este estudio. También hay una brecha crítica en nuestra comprensión del papel que desempeñan los murciélagos en la propagación de patógenos aquí en América del Norte".
La enfermedad de Chagas es una enfermedad tropical que provoca muchos síntomas que suelen confundirse con otros problemas de salud, como insuficiencia cardíaca y paro cardíaco. La transmiten con mayor frecuencia los triatominos, comúnmente llamados "chinches besuconas" porque beben la sangre de personas y animales para alimentarse.
"Las vinchucas suelen contraer el parásito T. cruzi mientras se alimentan. Luego lo transmiten a la siguiente persona o animal del que se alimentan a través de sus heces, que suelen dejar cerca de la picadura", expresó Mosley.
"Es fácil suponer que los murciélagos de cola libre mexicanos son una parte importante de la propagación de la enfermedad de Chagas porque los murciélagos son a menudo huéspedes de patógenos. Pero nuestros resultados fueron negativos, lo que sugiere que estos murciélagos no están muy involucrados en la propagación de la enfermedad de Chagas".
IMPACTO ANIMAL
Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que entre seis y siete millones de personas en todo el mundo, principalmente en América Latina, están infectadas con T. cruzi, que también afecta a animales domésticos, incluidos caballos, cerdos, gatos y perros.
"Para los texanos, estos resultados significan que es poco probable que los murciélagos de cola libre mexicanos que anidan en su casa o cerca de ella sean portadores del parásito que causa la enfermedad de Chagas", señala la Dra. Sarah Hamer, profesora de VIBS y del Departamento de Patobiología Veterinaria y supervisora del laboratorio de Mosley.
"Es una cosa menos de la que preocuparse, aunque es importante tener cuidado con los principales vectores que transmiten la enfermedad de Chagas, como las vinchucas, y ser conscientes de que los murciélagos también pueden transmitir otras enfermedades, incluida la rabia".
RESULTADOS SORPRENDENTES
La sorpresa de Mosley llegó después de que analizó alrededor de 300 murciélagos de cola de ratón mexicanos locales para detectar T. cruzi, pero no encontró nada. "Siempre es posible que el parásito estuviera allí y no lo hayamos encontrado, por eso tenemos que seguir investigando", afirmó. "Pero con una muestra tan grande, eso parece poco probable".
La ausencia de T. cruzi en esta población de murciélagos también crea nuevas preguntas para los investigadores. "Como los murciélagos son insectívoros, parece muy probable que hayan tenido contacto con las vinchucas y se hayan infectado", destacó Mosley. "Ahora tenemos que preguntarnos: ¿no están comiendo vinchucas? ¿Hay alguna razón para ello? Hay muchas nuevas direcciones que seguir en futuros estudios".
UNA OPORTUNIDAD INESPERADA
Si bien el laboratorio de Hamer ha estado estudiando la enfermedad de Chagas durante años, este estudio reciente surgió como una oportunidad inesperada durante la severa tormenta invernal Uri que azotó Texas en febrero de 2021.
Durante la tormenta, que dejó a millones de texanos sin electricidad, la fauna local también tuvo que soportar las duras condiciones, incluidos cientos de murciélagos de cola de ratón mexicanos que perecieron debido a las bajas temperaturas y la falta de recursos alimentarios disponibles.
"Fue realmente muy triste", indicó Hamer. "Nadie planeó que esto sucediera, pero cuando sucedió, vimos una oportunidad de recopilar datos de estos murciélagos que podrían utilizarse para un propósito mayor".
El hecho de poder rescatar tantos especímenes de murciélagos permitió a los investigadores realizar una investigación exhaustiva de la presencia de T. cruzi en la población local de murciélagos de cola libre mexicanos.
"A lo largo de los años, nuestro laboratorio ha realizado muchos estudios de captura en vivo, donde tomamos muestras muy pequeñas de murciélagos y luego los liberamos", señaló Hamer. "Es un proceso que requiere mucho tiempo y, al final, solo extraemos unos 10 microlitros de sangre antes de liberar a los murciélagos. Lo que ocurrió durante la tormenta invernal Uri nos permitió recolectar muestras de sangre en volúmenes mucho mayores, así como órganos completos".
Disponer de muestras más grandes es importante para una detección precisa de T. cruzi, que tiene un patrón de comportamiento complejo. "Poco después de la infección, se sabe que el T. cruzi se secuestra en diferentes tejidos donde se replicará antes de volver al torrente sanguíneo", mencionó Mosley. "En teoría, hay varios órganos donde se puede detectar, por lo que es posible pasar por alto la infección si, por ejemplo, está ubicada en los riñones y se decide tomar una muestra del corazón".
Pero los investigadores no sólo utilizaron estas muestras para su proyecto: también tomaron muestras para que futuros investigadores puedan seguir estudiando el mismo grupo de murciélagos. "Tuvimos mucho cuidado de tomar distintos tipos de muestras que serían útiles para una amplia gama de investigaciones", comentó Mosley. "Incluso tomamos muestras de las pulgas y garrapatas que tenían los murciélagos, y donamos el resto de los restos a la colección de historia natural aquí en Texas A&M".
"La instalación responsable de especímenes en colecciones de historia natural es de vital importancia para la investigación actual y futura", subrayó la Dra. Jessica Light, curadora de mamíferos en las Colecciones de Investigación y Enseñanza de la Biodiversidad de Texas A&M. "Los especímenes que Ilana y el laboratorio de Hamer recolectaron ahora están disponibles para su estudio en innumerables proyectos de investigación adicionales".