Un estudio de la UNAM comprobó que es posible recuperar la variabilidad genética del agave tequilana (A. tequilana), al permitir que estas plantas florezcan y produzcan semillas viables, lo que, a su vez, puede generar plantas más resistentes a enfermedades, sobre todo ante un escenario de cambio climático.
En este sentido, Rodrigo Antonio Medellín Legorreta y Luis Enrique Eguiarte Fruns, ambos investigadores del Instituto de Ecología de la UNAM, explican en una entrevista para la universidad que la diversidad genética es fundamental para la supervivencia de las especies, principalmente para que se adapten a nuevas condiciones ambientales.
Y, dentro de las estrategias para recuperar la variabilidad genética del agave tequilana, el murciélago ocupa un papel destacado. “Es cuestión de darles la oportunidad y los agaves se recuperan en una, dos o tres generaciones, ahí está la diversidad genética de regreso, otra vez con la ayuda de los murciélagos, porque un murciélago puede volar 100 kilómetros en un sentido desde su refugio hasta donde se va a alimentar y de regreso. A lo largo de toda esa ruta está visitando y está polinizando agaves. Sí se puede y estamos recuperando la diversidad genética del A. tequilana”, destaca Medellín Legorreta.
Los expertos enfatizan que el problema es que la diversidad genética en los agaves silvestres suele ser alta, pero debido al manejo y clonación de plántulas del A. tequilana Weber var. Azul, su variación genética actual es muy baja.
“Los paisajes de Jalisco del agave azul se ven impresionantes, pero nos preocupan, porque son clonas y ha habido varios problemas fitosanitarios importantes y las plantaciones completas se pueden enfermar con distintas bacterias y hongos. Si eso ocurre, se perdería gran parte de la producción”, alerta Eguiarte Fruns.
TEQUILA "BAT FRIENDLY"
A partir de 1994, Medellín Legorreta trató de acercarse al Consejo Regulador del Tequila para explicarles la relación que existe entre los murciélagos, los agaves y la íntima interdependencia que tienen estas dos especies para beneficio de ambas. Sin embargo, en 2013, dos años después de que una enfermedad comenzó a afectar estas plantas, conoció al productor David Suro, quien lo apoyó para dialogar con los principales productores.
El investigador había llegado a la conclusión de que, si los productores permitían que floreciesen el 5 % de los agaves en una parcela y cosechaban el 95 % restante, podrían alimentar "alrededor de 100 murciélagos por hectárea, los cuales vuelan del orden de 100 kilómetros desde su refugio hasta donde se van alimentar y a lo largo de este camino intercambian polen entre muchas plantas de agave”, comenta Medellín Legorreta.
Algunos productores aceptaron y permitieron que el 5 % de los agaves floreciera, y los investigadores comenzaron a documentar cómo, efectivamente, esos mamíferos llegan a polinizar y no se olvidan de sus plantas de alimentación, a pesar de que durante 100 años no hayan visitado los campos, expone.
En 2016, los productores ofrecieron al mercado 300 mil botellas de tequilas amigables con esos murciélagos o Bat-friendly, lo que atrajo la atención del mundo porque se trataba de una iniciativa amigable con la biodiversidad, sustentable y además beneficiaba a los agaves y a esos animales.
A su vez, Eguiarte Fruns, junto con su equipo de expertos, se dio a la tarea de revisar genéticamente algunas de las poblaciones que trabajaron con el sello Bat friendly. Recolectaron y analizaron aspectos de su genoma completo, estudiando en miles de fragmentos del ADN, buscando diferencias genéticas sitio por sitio en lo que se conoce como polimorfismos de un solo nucleótido (SNP’s o single nucleotide polymorphism), mediante una técnica llamada Genotipicado por Secuenciación (Genotyping by Sequensing o GBS).
“Básicamente, encontramos niveles de variación genética relativamente altos (aunque más bajos que en los agaves silvestres) y las plantas tienen una variación morfológica grande. Entonces, parece que se está cumpliendo con la meta de tener individuos más variables”, resalta.
Además, agrega que ya se tienen datos de las plantaciones industriales de A. tequilana que no son parte del programa Bat friendly, donde análisis preliminares sugieren que, efectivamente, en estas plantaciones hay menos variación genética que en poblaciones de agaves silvestres.
Cabe recalcar que, adicionalmente, comparó la información obtenida del agave tequilero con el Agave angustifolia, usado en Sonora para producir bacanora, el cual es más rico en variación genética que A. tequilana.
“Los principales resultados que estamos encontrando indican que es cierto lo que decían en los estudios iniciales de variación genética en el tequila, que se hicieron hace más de 20 años, que esta variación es muy baja y que se está perdiendo debido a la propagación clonal. Nuestro llamado es que se trate de mantener la mayor cantidad de variación genética en las plantas, tanto del tequila como de todos los otros agaves que se usan para producir bebidas, como los distintos tipos de mezcales”, argumenta Eguiarte Fruns.
Los resultados del trabajo fueron presentados en 2022 con el título “Conservation genomics of Agave tequilana Weber var. azul: low genetic differentiation and heterozygote excess in the tequila agave from Jalisco, Mexico”.