Los avances científicos y tecnológicos permiten manipular células para crear tejidos en laboratorio, organoides y cerebroides, que revolucionarían los experimentos científicos. Estos avances se discuten y difunden en el Quinto Congreso Latinoamericano de Métodos Alternativos del Uso de Animales de Experimentación (V Colama) que se desarrolla del 18 al 20 de septiembre en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá.
Para explorar y promover los métodos alternativos en experimentación, que van más allá del uso de animales, el Congreso reúne a expertos de universidades, laboratorios de investigación, industrias de cosméticos, empresas farmacéuticas, proveedores de insumos para laboratorio, bioterios, industria y educación, entidades regulatorias y agencias sanitarias.
En Colombia el cambio de paradigma se ha evidenciado con la promulgación de la Ley 2047 de 2020, que entró en vigor este año, mediante la que se prohíbe el uso de animales para la experimentación en la producción, investigación, elaboración y comercialización de productos cosméticos, de aseo y absorbentes. Además impone restricciones y sanciones sobre la importación y exportación de productos vinculados a la experimentación con animales. Esta legislación refleja una tendencia global hacia la protección de derechos de los animales y un mayor reconocimiento de su capacidad de sentir dolor y sufrimiento.
ALTERNATIVAS AL USO DE ANIMALES EN LA COMUNIDAD CIENTÍFICA MUNDIAL
Los sistemas in vitro, que permiten realizar experimentos fuera de un organismo vivo utilizando células o tejidos aislados para detectar compuestos y estudiar procesos biológicos en etapas tempranas del desarrollo sin recurrir a modelos animales.
Exvivo son estudios o procedimientos realizados en tejidos u órganos extraídos de un organismo vivo, en vez de hacerlo dentro del cuerpo.
In silico son métodos computacionales que permiten simular procesos biológicos y predecir resultados, así como los métodos computacionales avanzados.
La profesora María Constanza Lozano Álvarez, del Departamento de Farmacia en el área de Toxicología de la UNAL y presidenta del V Colama, explica que "estas alternativas conocidas como las “Tres R” (reemplazo, reducción y refinamiento) surgieron en los años 60 a partir del libro The Principle of Humane Experimental Technique, de W. M. S. Russell y R. L. Burch".
La reducción se refiere a la disminución del uso de animales en la experimentación; el refinamiento implica no solo usar el animal, sino hacerlo de manera apropiada, refiriéndose a la adopción de técnicas que garanticen el bienestar de los animales de manera ética en los procesos científicos, y el reemplazo es el enfoque central de este Congreso, y se refiere a la eliminación del uso de animales en investigaciones.
HERRAMIENTAS PARA NO USAR ANIMALES: UN VISTAZO AL FUTURO
Una de las herramientas más prometedoras presentadas en el V Colama son los organoides, pequeñas estructuras creadas a partir de células madre pluripotenciales, las cuales pueden transformarse en cualquier tipo de tejido, y mediante señales específicas se les guía para que se conviertan en células de un tejido concreto. Estas células “recuerdan” cómo deben formar un órgano, y con una pequeña ayuda comienzan a construir algo muy similar a él.
Por ejemplo, el cerebroide es un modelo del cerebro que permite realizar pruebas y obtener resultados sin necesidad de utilizar animales. Estos avances permiten que los científicos puedan experimentar y observar el comportamiento de tejidos específicos en entornos controlados.
Otro enfoque innovador son los sistemas microfluídicos, que son tecnologías avanzadas que permiten manipular pequeñas cantidades de líquidos a través de diminutos canales, lo que facilita un control preciso. Estos sistemas suelen utilizar líquidos corporales o soluciones para realizar diagnósticos médicos y replicar funciones de órganos. Por medio de una placa con microcanales se cultivan células que luego se exponen a una sustancia específica. Las células reaccionan emitiendo señales a través de los fluidos, las cuales se recogen y analizan, y proporcionan información valiosa sobre el comportamiento celular sin necesidad de usar animales en la experimentación.
También están las herramientas ómicas, que permiten obtener información a gran escala sobre genes, proteínas, metabolitos y otras moléculas cuya expresión aumenta o disminuye como consecuencia de la exposición a una sustancia. Un ejemplo es la transcriptómica, que mide si el ácido ribonucleico (RNA), una molécula intermediaria entre genes y proteínas, modifica su expresión ante un estímulo. Esta técnica resulta muy útil para entender los efectos de los compuestos sobre los genes, y contribuiría al reemplazo del uso de animales.
EL DESAFÍO: EXTRAPOLAR LOS DATOS A SERES HUMANOS
A pesar de los avances, la profesora Lozano reconoce que existen desafíos pendientes: “por ejemplo en toxicología, la dificultad radica en que, aunque tenemos herramientas prometedoras, la información que brindan aún debe ser extrapolada a exposiciones reales en organismos completos”. En este campo, la información requerida de un animal se ha empleado para valorar el riesgo de una sustancia química para la salud humana. No obstante, continúan los esfuerzos por desarrollar técnicas que se acerquen a las respuestas obtenidas en humanos, y los estudios sobre efectividad en cáncer o el desarrollo neurológico han demostrado resultados alentadores.
En la industria de los cosméticos ya existen métodos de reemplazo consolidados. El uso de cultivos celulares tridimensionales y simulaciones computacionales, con predicción del efecto a partir de la estructura molecular, brindan información para evaluar la seguridad. Igualmente, estudios ex vivo como el BCOP, en el que se toman córneas bovinas para valorar la irritación ocular, han permitido avances significativos en la evaluación de productos sin recurrir a animales.
UN CONGRESO SOBRE EL RUMBO DE LA CIENCIA
“El mensaje es que hay alternativas y la mentalidad de los entes regulatorios, los científicos y los laboratorios está virando para que estas pruebas no necesariamente tengan que ser hechas en animales, sino que tengamos una información confiable a través de técnicas de reemplazo”, destacó la profesora Lozano.
El V Colama no solo es un espacio para el debate académico, sino una oportunidad de impacto en políticas públicas y en la industria. El debate ético se debe centrar en la necesidad de equilibrar el avance científico y los beneficios para la salud humana con respeto y consideración hacia los animales.