La peste porcina africana (PPA) es una de las enfermedades de los suidos más amenazadoras. En Europa, la peste porcina africana se introdujo en la Península Ibérica en 1957 y luego se extendió a algunos otros países europeos, pero casi fue erradicada de Europa en 1990 debido a drásticos programas de control y erradicación, permaneciendo solo en Cerdeña, donde se volvió endémica.
No obstante, en 2007, se introdujo en el Cáucaso y posteriormente se expandió a través de la Federación de Rusia, Ucrania y Bielorrusia, hasta que finalmente ingresó a la Unión Europea en 2014.
Durante los últimos años, se ha extendido entre poblaciones de jabalíes y porcinos en países de Europa Central y del Este, provocando enormes pérdidas económicas.
Los nuevos brotes aislados de peste porcina africana en jabalíes en libertad se atribuyen a menudo a la transmisión indirecta de enfermedades antropogénicas. Por ejemplo, mediante deficientes medidas de bioseguridad durante el transporte de animales muertos.
Se ha demostrado que el virus puede persistir en superficies sólidas durante largos períodos, por lo que los fómites, como ropa, calzado, herramientas agrícolas, equipos y vehículos de transporte contaminados, pueden contribuir a la transmisión indirecta del virus.
En este marco, en un estudio realizado a nivel internacional se probó una superficie de plástico “funcionalizada” con colofonia de aceite de resina contra el virus de la peste porcina africana. La colofonia es una resina natural obtenida mediante el exudado de distintas especies de coníferas.
En el estudio, los autores descubrieron que el plástico funcionalizado con colofonia redujo los títulos de virus infecciosos del ASFV en 1,3 log10 después de un tiempo de contacto de 60 minutos y mató a todos los virus detectables a partir de un tiempo de contacto de 120 minutos, lo que provocó una reducción de ~6 log10.
Por el contrario, el título de virus infeccioso del ASFV en contacto con plástico de polietileno de baja densidad (LDPE) se redujo <1 log10 después de 120 minutos. La microscopía electrónica de transmisión mostró cambios morfológicos significativos en el virus después de 2 horas de contacto con la superficie de plástico funcionalizado con colofonia, pero no con el plástico LDPE.
Por todo ello, han concluido que “el uso de plástico antiviral en el sector agrícola podría reducir la propagación del virus de la peste porcina africana a través de fómites y, por lo tanto, podría ser parte de un programa integrado para controlar esta enfermedad”.