La OMS ha declarado que el mpox es una emergencia sanitaria mundial. ¿Qué ocurrirá a continuación?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado al mpox (viruela del mono) como una emergencia de salud pública de interés internacional, tras el aumento de casos en la República Democrática del Congo y el potencial de una mayor propagación.

Esto está provocado una respuesta internacional coordinada a un acontecimiento extraordinario y la movilización de recursos, como vacunas y pruebas de diagnóstico, para frenar la propagación de esta enfermedad infecciosa.

Pero la OMS no ha declarado que el mpox sea una pandemia, sino que las medidas que ha puesto en marcha están diseñadas para evitar que se convierta en una.

¿QUÉ HA PROVOCADO ESTA ÚLTIMA ALERTA?

El mpox, antes conocido como viruela del mono, es una infección viral estrechamente relacionada con la viruela. Los síntomas iniciales incluyen fiebre, dolor de cabeza, hinchazón de los ganglios linfáticos y dolor muscular. A continuación aparece una erupción cutánea típica, principalmente en la cara, las manos y los pies.

Su propagación en algunos países africanos llevó a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África a declarar a principios de esta semana que el virus constituye una emergencia de salud pública de seguridad continental. Es la primera vez que la organización emite una alerta de este tipo desde su creación en 2017.

La situación en la República Democrática del Congo, en África Central, es especialmente preocupante desde hace más de un año.

Existen dos tipos o clados de mpox. El clado II, que se origina en África occidental, es menos grave. Tiene una tasa de mortalidad de hasta el 1 % (en otras palabras, se espera que aproximadamente una de cada 100 personas muera a causa de él). Pero el clado I, de África central, tiene una tasa de mortalidad de hasta el 10 % (hasta una de cada diez personas muere). Esto se compara con una tasa de mortalidad del 0,7 % para la variante ómicron del SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID. La República Democrática del Congo está experimentando grandes epidemias del clado I mpox, más mortal.

El mpox es endémico en algunas partes de África central y occidental, donde el virus existe en animales y puede transmitirse a los humanos. Los brotes han ido en aumento y la propagación entre humanos ha aumentado desde 2017.

Esto se debe en parte a los niveles muy bajos de inmunidad al virus, que está relacionado con el virus que causa la viruela. La vacunación masiva contra la viruela cesó hace más de 40 años en todo el mundo, lo que dio como resultado una inmunidad mínima en las poblaciones actuales contra el mpox.

La designación de la OMS anunciada esta semana se refiere al clado I, que no solo tiene una tasa de mortalidad más alta, sino que también tiene nuevas mutaciones que aumentan la propagación entre las personas. Estos cambios, y la falta global de inmunidad al mpox, hacen que la población mundial sea vulnerable al virus.

HAY DOS EPIDEMIAS DIFERENTES

En 2022, una epidemia de mpox se extendió por países no endémicos, incluso más allá de África. Se trataba de una variante del clado II originaria de Nigeria, denominada clado IIb. Se transmitía por vía sexual, afectaba predominantemente a hombres que tenían relaciones sexuales con hombres y tenía una tasa de mortalidad baja. 

Esa epidemia alcanzó su punto máximo en 2022, cuando se pusieron vacunas a disposición de las personas en riesgo en los países de altos ingresos, pero ha habido un repunte en 2024. 

Al mismo tiempo, en la República Democrática del Congo se estaban produciendo grandes epidemias del clado I, aunque con mucha menos atención.

Allí no había vacunas disponibles ni siquiera en 2023, cuando hubo 14,626 casos y 654 muertes. La mortalidad fue del 4,5 %, y mayor en los niños.

De hecho, la mayoría de los casos y muertes en la República Democrática del Congo han sido niños. Esto significa que la mayor parte de la transmisión allí no es sexual y es probable que se haya producido a través del contacto cercano o de aerosoles respiratorios.

Sin embargo, en 2023 un brote en una zona no endémica del país, Kivu del Sur, en el este, pareció ser por transmisión sexual, lo que indica más de una epidemia y diferentes modos de transmisión en la República Democrática del Congo.

A mediados de 2024, ya había más casos en el país que en todo 2023: más de 15,600 casos y 537 muertes.

La capacidad de prueba es baja en la República Democrática del Congo, la mayoría de los casos no se confirman mediante pruebas de laboratorio y los datos disponibles provienen de una pequeña muestra de secuencias genómicas de la región de Kamituga en Kivu del Sur.

Esto muestra mutaciones del virus del clado I alrededor de septiembre de 2023, a una variante denominada clado Ib, que es más transmisible entre personas. No hay muchos datos para comparar estos virus con los virus que causan casos en el resto del país.

MPOX SE ESTÁ EXTENDIENDO INTERNACIONALMENTE

En el último mes, el virus se ha propagado a países que comparten frontera con la República Democrática del Congo (Ruanda y Burundi). También se ha propagado a otros países del este de África, como Kenia y Uganda. Ninguno de estos países había registrado casos de mpox anteriormente.

En un mundo interconectado y móvil, los casos pueden propagarse a otros continentes, como ocurrió en 2018 con mpox, desde Nigeria hasta el Reino Unido y otros países.

Es posible que unos pocos casos relacionados con viajes ocurridos entre 2018 y 2019 hayan dado lugar a la gran epidemia del clado IIb de 2022 en varios países.

HAY VACUNAS, PERO NO DONDE SE NECESITAN

Como el virus mpox y los virus de la viruela están relacionados (ambos son ortopoxvirus), las vacunas contra la viruela ofrecen protección contra el mpox. Estas vacunas se utilizaron para controlar la epidemia del clado IIb de 2022. Sin embargo, la mayor parte del mundo nunca ha sido vacunada y no tiene inmunidad al mpox.

La vacuna más nueva (llamada Jynneos en algunos países e Imvamune o Imvanex en otros) es eficaz. Sin embargo, los suministros son limitados y la vacuna es escasa en la República Democrática del Congo.

La declaración de la OMS de la enfermedad por el nuevo coronavirus como emergencia de salud pública de interés internacional ayudará a movilizar vacunas allí donde se necesitan. Los Centros Africanos para el Control y Prevención de Enfermedades ya han iniciado negociaciones para conseguir 200 mil dosis de vacunas, que es una fracción de lo que se necesita para controlar la epidemia en la República Democrática del Congo.

¿QUÉ PASA AHORA?

En última instancia, una epidemia grave en cualquier parte del mundo es una preocupación para todos, ya que puede propagarse globalmente a través de los viajes, como vimos con la pandemia de COVID.

Controlarlo en la fuente es la mejor medida, y la última declaración de la OMS ayudará a movilizar los recursos necesarios.

También es esencial vigilar la propagación de esta versión más grave de la mpox, teniendo en cuenta que muchos países no tienen la capacidad de realizar pruebas generalizadas. Por lo tanto, se dependerá de los "casos sospechosos", según una definición clínica, para hacer un seguimiento de la epidemia.

La inteligencia epidémica de fuentes abiertas (por ejemplo, el uso de IA para monitorear las tendencias en enfermedades con exantema y fiebre) también se puede utilizar como un sistema de alerta temprana en países con sistemas de salud débiles o con demoras en la notificación de casos.

Otra complicación es que entre el 20 y el 30 % de las personas con mpox pueden tener simultáneamente varicela, una infección relacionada que también provoca una erupción cutánea. Por lo tanto, un diagnóstico inicial de varicela (que es más fácil de detectar) no descarta la mpox.

También es fundamental una comunicación eficaz y la lucha contra la desinformación, lo cual fue importante durante la pandemia de COVID.

Ahora, la OMS coordinará la respuesta mundial a la pandemia, centrándose en la equidad, en la prevención de enfermedades y el acceso a los medios de diagnóstico y las vacunas. Depende de cada país hacer todo lo posible para cumplir con el Reglamento Sanitario Internacional y los protocolos para gestionar una emergencia mundial de esta magnitud.