El gato doméstico es uno de los carnívoros más extendidos y abundantes del mundo. Se han dispersado por todo el mundo con la ayuda de los humanos, llegando a todos los continentes y también a las islas. Su comportamiento depredador generalista hace que se aprovechen de otras especies de mamíferos, reptiles, aves e insectos tanto en hábitats urbanos como suburbanos, así como en áreas deshabitadas, lo que plantea un desafío significativo para la conservación de la biodiversidad en todo el mundo.
Se sabe que los gatos domésticos existen en altas densidades en áreas urbanas, que también son un hábitat importante para las especies silvestres. La presencia anormalmente alta de gatos en áreas urbanas y su alimentación por parte de los humanos en lugares públicos evita que sus poblaciones fluctúen según las densidades de presas. Esto significa que los gatos tienen el potencial de llevar a la extinción a las poblaciones de especies presa. En muchas áreas, la densidad de gatos que deambulan libremente supera a la de otros carnívoros urbanos, como el zorro y el tejón. Un estudio estimó que un territorio que normalmente estaría ocupado por una o dos parejas de depredadores nativos podría soportar hasta 35 gatos en un área periurbana. Por lo tanto, los impactos que tienen sobre la vida silvestre urbana son a menudo mayores que los impactos que pueden generar los depredadores nativos.
En ambientes insulares, el gato doméstico es uno de los depredadores más ampliamente introducidos. La presencia de gatos en estos ambientes causa graves perturbaciones. Estos hábitats suelen ser más vulnerables a la invasión biológica, ya que las especies que los habitan son más susceptibles a depredadores no nativos, competidores, patógenos y parásitos. La población de gatos en islas con pequeñas poblaciones humanas puede alcanzar densidades muy altas. Los gatos fueron introducidos originalmente en las islas para controlar roedores, pero su dieta también incluye especies de aves nativas, especialmente durante ciertas épocas del año.
Se ha propuesto la generalización del método TNR (Trap-Neuter-Return), o “CER”, en castellano, para el manejo ético de colonias de gatos callejeros, pero hay poca evidencia rigurosa que respalde la reducción de las poblaciones de gatos con este método. Algunos estudios han indicado que este método puede conducir a un aumento de individuos en las colonias debido a la provisión de alimentos, abandono ilegal de gatos, reproducción, inmigración y/o atracción de gatos de áreas circundantes.
En algunas islas, la extracción y control letal de gatos callejeros es una herramienta de conservación efectiva y cuenta con el apoyo de organizaciones conservacionistas. Sin embargo, factores sociales pueden obstaculizar su implementación en islas habitadas. Por lo tanto, otras estrategias de manejo, como TNR, programas de adopción o la creación de santuarios, son aceptadas con mayor frecuencia.
Sin embargo, el TNR no aborda cuestiones críticas como la depredación por parte de los gatos, especialmente en áreas naturales adyacentes a colonias de gatos salvajes, los riesgos relacionados con enfermedades zoonóticas y la vida silvestre, la salud pública o el bienestar de los gatos salvajes. Otro mecanismo propuesto para reducir la posible depredación por parte de los gatos implica establecer zonas de amortiguación alrededor de áreas de alto valor de conservación. Dentro de estas zonas, se restringiría el desarrollo de viviendas o se prohibiría la posesión de gatos domésticos para los residentes que vivan a cierta distancia del área protegida.
Es decir, los planes de gestión eficaces para las colonias de gatos salvajes deben basarse en una comprensión sólida de la población felina de la comunidad y deben ser socialmente aceptables, promover el bienestar felino y la salud pública, y proteger la vida silvestre.
ISLA DE TABARCA
La pequeña isla de Tabarca es la única isla habitada de la Comunidad Valenciana y está incluida en la Red Natura 2000, designada como Zona de Especial Protección para las Aves y Lugar de Importancia Comunitaria. Además de ser un lugar de nidificación para especies de aves, sirve como punto de parada para las aves migratorias que cruzan el Mediterráneo en primavera y otoño. Aparte de las aves, la isla no tiene una fauna terrestre abundante, pero se pueden observar varias especies de artrópodos, moluscos y vertebrados.
La isla recibe un gran número de turistas anualmente e incluye un pequeño pueblo que alberga una importante colonia de gatos asilvestrados.
Para evaluar el impacto potencial de esta colonia en la biodiversidad de la isla y promover estrategias adecuadas de gestión de los felinos, es necesario conocer la abundancia y densidad de los mismos y su uso del espacio. Por tanto, los objetivos de un estudio realizado por Sara Molina Bernabéu y Germán M. López-Iborra, de la Universidad de Alicante, fueron, por un lado, estimar la población y densidad de felinos en esta pequeña isla turística y determinar si existe una población asociada al área urbana y otro grupo de individuos viviendo en el área más natural, y, por otro lado, estimar las áreas de distribución de los individuos que viven en el área urbana y los que viven en el área de matorral.
Los autores dividieron la isla en dos áreas diferenciadas: una situada en el extremo occidental donde se encuentra el pueblo (zona urbana que cubre 10,7 ha) y una zona más grande cubierta de matorral y cultivos abandonados de una extensión de 29,5 ha.
UNA DE LAS DENSIDADES DE FELINOS MÁS ALTAS REPORTADAS EN ISLAS
En la isla de Tabarca existe desde hace décadas una comunidad de gatos que posiblemente desempeñan un papel crucial en el control de la población de ratas. A pesar de las limitaciones logísticas y económicas, los cuidadores han gestionado la colonia mediante el método CER y han establecido comederos. En 2021, el Ayuntamiento de Alicante propuso reducir los comederos, lo que generó la oposición de los cuidadores. En 2023 se realizaron varias campañas de esterilización, esterilizando a varios gatos, pero algunos permanecieron sin esterilizar.
Los autores del estudio realizaron el conteo de los animales, utilizando distintos métodos, como el conteo de gatos, o el uso de cámaras trampa. Durante los censos en el área urbana se obtuvieron 273 registros, que permitieron la identificación de 116 individuos, constituidos por 69 machos (48 castrados y 21 enteros) y 47 hembras (40 castradas y siete enteras). Las cámaras trampa en la zona de matorral registraron 264 imágenes de gatos, lo que permitió identificar al individuo en el 87,8 % de los casos.
Los resultados mostraron que la isla de Tabarca tiene una de las densidades de felinos más altas reportadas en islas (308 felinos/km2 en total; zona urbana 1084 felinos/km2 ; zona de matorral 27 felinos/km2 ). Debido a su tamaño muy pequeño, “ha sido posible estimar con precisión la densidad y la población total de los dos principales tipos de hábitat presentes”.
Asimismo, descubrieron que las áreas cercanas a los puntos de alimentación son las más frecuentadas y muestran una mayor intensidad de uso. Adicionalmente, algunas áreas sin puntos de alimentación también muestran una alta intensidad de uso debido a otras fuentes de alimento proporcionadas por residentes, turistas y restaurantes locales, “lo que también contribuye a mantener las poblaciones felinas y afecta las áreas de distribución”.
TOMAR MEDIDAS PARA REDUCIR LA POBLACIÓN DE GATOS
En resumen, los autores concluyen que la isla de Tabarca presenta una de las mayores densidades de felinos descritas en la literatura. “Nuestros datos apoyan que esta área urbana actúa como fuente de gatos para la zona de matorral, donde estimamos una densidad de 27 gatos/km 2”. Además, descubrieron que existen diferencias en el tamaño de las áreas de distribución de los gatos dependiendo de la zona que ocupan. En el área urbana, los gatos tienen un área de distribución mucho más pequeña que los de la zona de matorral. En ambas áreas, “existe un amplio solapamiento de áreas de distribución entre diferentes individuos, y no se observa comportamiento territorial, probablemente debido al alto porcentaje de gatos esterilizados”.
El mayor impacto sobre la biodiversidad se espera en la zona de matorral, “por lo que creemos que es más urgente abordar el problema en esta zona”. Por lo tanto, “proponemos que las autoridades ambientales y locales declaren la zona de matorral de la isla como zona de exclusión de gatos”.
Asimismo, dada la alta densidad de felinos, “se deberían tomar medidas para reducir su población, sobre todo teniendo en cuenta que la isla está incluida en la Red Natura 2000 como Zona de Especial Protección para las Aves”, e instan a que las instituciones locales “contraten empresas especializadas para la esterilización completa de toda la población felina urbana”.