Los gatos domésticos son una preocupación para la conservación porque matan miles de millones de presas nativas cada año, pero sin un contexto espacial, la importancia ecológica de las mascotas como depredadores sigue siendo incierta.
Investigaciones anteriores han sugerido que los gatos son unos depredadores fatales. Como estima un estudio de 2013, estos felinos domésticos llegan a matar entre 1 y 4 mil millones de aves cada año, junto con hasta 22 mil millones de otros mamíferos.
Para comprender dónde y cómo los animales logran causar estos daños ecológicos, científicos distribuyeron mochilas de rastreo GPS a dueños de mascotas en seis países, incluidos los Estados Unidos, el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda. A partir de aquí, recopilaron datos sobre cómo de lejos deambulaban los gatos domésticos y cuántos animales cazaban.
Según los resultados, los gatos domésticos matan entre dos y diez veces más animales silvestres que los depredadores nativos. No obstante, los gatos domésticos comen menos animales salvajes que los depredadores salvajes gracias a la comida que reciben en el hogar.
"Nuestra investigación muestra que los gatos domésticos pueden tener un gran impacto en las poblaciones de presas, pero que esta se localiza principalmente cerca de sus casas", explica Roland Kays, autor principal del estudio.
Asimismo, los diferentes gatos estudiados tenían diferentes datos cuando se trataba de cazar. Algunos gatos cazaron a más de 11 animales cada mes, mientras que otros gatos mataban con éxito 4 animales cada mes.
En este sentido, en comparación con un gato salvaje, que mata alrededor de 400 ratones en un mes, esas cifras pueden parecer triviales. Pero los gatos de la jungla cazan presas en una amplia gama de aproximadamente 605 hectáreas, mientras que los gatos domésticos tienden a permanecer dentro de las 3,6 hectáreas (100 metros) de sus hogares. “Nuestros gatitos hacen un daño local grave en comparación con sus contrapartes salvajes”, apunta Kays.
Junto con el hecho de que los gatos domésticos tienden a vivir en espacios reducidos unos con otros, “el poder colectivo de matar de nuestras mascotas puede ser de 4 a 10 veces mayor que el de los animales salvajes”.
Por lo tanto, “lo más fácil que podemos hacer para contrarrestar esto y ayudar a proteger la vida silvestre es mantener a nuestros gatos adentro”, concluyen los autores del estudio.