El síndrome de diarrea hemorrágica aguda (SHA) en perros se presenta con la aparición repentina de diarrea acuosa hemorrágica, a menudo acompañada de vómitos, anorexia y letargo. El tratamiento implica principalmente terapia de líquidos, analgésicos y antieméticos.
Se observa una mejoría clínica rápida en la mayoría de los casos sin necesidad de antibióticos. Los exámenes histopatológicos han revelado enterocolitis necrotizante y capas de cepas de Clostridium perfringens adheridas a la superficie necrótica, y se ha encontrado que el análisis de PCR en tiempo real fecal muestra un aumento en las abundancias de C perfringens en perros con SHA en comparación con perros sanos.
Con base en un resumen de toda la información actual, parece muy probable que el sobrecrecimiento de cepas de C perfringens tipo A asociado con la liberación de toxinas, posiblemente en combinación con otras toxinas, sea responsable de la enterocolitis necrótica en perros con SHA.
Las cepas clostridiales, como C perfringens y Clostridioides difficile, también se han asociado con algunas enfermedades gastrointestinales en medicina humana. No obstante, el papel clínico de diferentes C perfringens (p. ej., cepas productoras de enterotoxina) y cepas de C difficile, como enteropatógenos, es muy controvertido en perros.
Actualmente, el trasplante de microbiota fecal (FMT), que implica la transferencia de material fecal de un donante sano a un receptor con una microbiota intestinal desequilibrada, se está explorando como una posible opción de tratamiento para varios trastornos gastrointestinales en perros y gatos.
Los perros con SHA muestran hallazgos histopatológicos similares a los humanos con colitis inducida por C. difficile y perros con parvovirosis. La enteritis necrosante está presente en estas enfermedades y está asociada con disbiosis intestinal. El trasplante de microbiota fecal ha demostrado tasas de éxito notables en el tratamiento de infecciones recurrentes por C. difficile.
Los cambios en el microbioma y los efectos del FMT a menudo se determinan mediante el uso del índice de disbiosis (DI). Este índice se basa en un algoritmo matemático y se ha demostrado que se correlaciona con precisión con los cambios generales del microbioma evaluados por secuenciación metagenómica.
TRATAMIENTO SINTOMÁTICO, TRASPLANTE FECAL Y ANTIBIÓTICO
Así, los objetivos de un estudio realizado en Alemania fueron comparar el curso clínico, los cambios de cepas bacterianas potencialmente enteropatógenas y el DI entre perros con SHA que fueron tratados con FMT y tratamiento sintomático (ST) versus ST solo. Se planteó la hipótesis de que el uso de FMT en perros con SHA daría como resultado una mejora más rápida de los signos clínicos y la disbiosis intestinal.
Se realizó un ensayo clínico prospectivo, doblemente anónimo, que incluyó 3 grupos: tratamiento sintomático (n = 12), tratamiento con FMT (FMTT; 12) y tratamiento con antibióticos (AT; 8). La mejoría clínica se determinó en función del índice SHA, los cambios en el microbioma según el índice de disbiosis y los resultados de PCR para cepas clostridiales.
En general, los autores explican que no se detectaron diferencias significativas en las puntuaciones clínicas entre los grupos de tratamiento a lo largo del tiempo, excepto el día 2 (índice SHA más alto en el grupo AT en comparación con el grupo FMTT). El índice de disbiosis aumentó y P hiranonis disminuyó el día 1 en algunos perros, pero estos cambios fueron transitorios en los grupos de tratamiento sintomático y FMT. En el grupo AT, el índice de disbiosis estuvo elevado de forma persistente y 4 de 8 perros mostraron una abundancia reducida de P hiranonis el día 42. En el 67 % de los perros el día 1, se detectó Clostridium perfringens y aumentaron las cepas codificantes de enterotoxina, pero estos cambios fueron transitorios en todos los perros, independientemente de la terapia.
Por otra parte, los perros afectados mostraron una rápida mejoría clínica con la terapia sintomática, y las intervenciones con antibióticos no fueron beneficiosas en la mayoría de los casos. Además, las cepas de Clostridia sospechosas de estar asociadas con el SHA desaparecieron rápidamente independientemente de la terapia.
Por último, si bien es poco probable que el FMT tenga un impacto beneficioso significativo en la recuperación del microbioma intestinal y la mejora de los signos clínicos en la fase aguda del SHA, “se necesitan más investigaciones para evaluar su potencial para producir una reducción en la frecuencia de las consecuencias a largo plazo”.
Es decir, en los perros del estudio, ni el tratamiento con microbiota fecal ni el tratamiento con antibióticos dieron como resultado una mejoría clínica más rápida. Además, “las cepas de C. perfringens son autolimitantes y no requieren tratamiento con antibióticos”.