Las buenas relaciones con los equinos se construyen sobre una base de confianza y cuidado. Sin embargo, mantener la confianza de un caballo puede ser un desafío, especialmente cuando un hecho pasado ha dejado en el animal comportamientos que reflejan lo que se diagnostica como trastorno de estrés postraumático (TEPT) en humanos.
En este marco, la profesora y veterinaria Leslie Easterwood, de la Universidad de Texas, ha analizado los signos y medidas que se pueden adoptar si un caballo experimenta comportamientos adversos después de un evento traumático.
RECUERDO COGNITIVO
En las personas, el trastorno de estrés postraumático es un trastorno que puede desarrollarse después experimentar un evento impactante, aterrador o peligroso. Según algunos estudios, es común experimentar una variedad de reacciones después de un trauma, aunque las personas generalmente se recuperan de los síntomas iniciales con el tiempo.
Sin embargo, cuando alguien continúa experimentando los síntomas asociados con el evento traumático a largo plazo, se le puede diagnosticar trastorno por estrés postraumático.
Debido a que los caballos tienen memoria cognitiva y recuperación de recuerdos, pueden desarrollar comportamientos similares al trastorno de estrés postraumático en los humanos en respuesta a un trauma repetitivo.
"Hay muchos escenarios que pueden conducir a comportamientos adversos en los caballos, similares al trastorno de estrés postraumático", exclama Easterwood. "Tienen una gran memoria y pueden asociar cualquier experiencia que les produzca dolor físico, miedo o sensación de confinamiento con estrés a largo plazo", advierte la veterinaria y agrega que los caballos también pueden recordar personas, lugares y acciones que previamente provocaron un aumento de miedo.
"Los métodos de entrenamiento agresivos y las técnicas de captura son dos de los escenarios más comunes que podrían provocar síntomas similares al trastorno de estrés postraumático en los caballos", enfatiza Easterwood.
ENCONTRAR LA RAÍZ DEL TRAUMA
Como animales de presa, los caballos tienen una respuesta de lucha o huida muy desarrollada ante situaciones muy estresantes, por lo que es vital ser conscientes del detonante que ha hecho que el caballo desarrollase comportamientos adversos, ya que las reacciones inesperadas pueden poner en peligro tanto al caballo como a las personas que trabajan con el animal.
Además, Easterwood describe varios estímulos que podrían haberse convertido en desencadenantes para este comportamiento: “Esto podría incluir cualquier cosa que cause dolor, como ciertos métodos de entrenamiento o inyecciones con agujas; cosas que causan miedo, como ruidos fuertes o fuegos artificiales; cosas que se mueven rápido o erráticamente; o cosas que les hagan sentir atrapados, incluidos remolques o graneros de techo bajo”.
Asimismo, Easterwood explica que el efecto déjà vu de situaciones que se asemejan al trauma pasado del caballo, puede provocar respuestas físicas como morder, golpear, patear e intentar huir. Estos comportamientos agresivos son reacciones que el caballo ha desarrollado en respuesta al estrés del evento traumático, por lo que identificar el trauma que lo provocó es fundamental para resolver estos comportamientos.
LA PACIENCIA ES LA CLAVE
El tratamiento exitoso para los caballos afectados puede requerir cambios ambientales, planes de tratamiento y atención específicos, así como un propietario que se comprometa a satisfacer las necesidades del caballo, enfocándose en reforzar los comportamientos positivos y eliminando los factores estresantes que conducen a comportamientos adversos.
Según Easterwood, la mejor ayuda que un propietario puede brindarle a un caballo que ha desarrollado comportamientos inseguros es comprenderlo: guiarlo con paciencia y aprender de su pasado para cuidarlo mejor en el presente.
"Realmente depende de lo que desencadene ese caballo en particular", matiza Easterwood. "A veces, se pueden reprogramar mediante entrenamiento de desensibilización, pero algunos caballos nunca superan un trauma pasado".
Easterwood recomienda que los propietarios que sospechen que su caballo ha tenido un evento traumático en el pasado, que haya llevado al desarrollo de un comportamiento adverso, consulten con su veterinario. Si se confirma, el veterinario podrá recomendar intervenciones de entrenamiento específicas o incluso terapia médica, añade la experta.
"Nuestra recomendación típica para el tratamiento médico para los propietarios es una sedación suave en los momentos en que el estímulo no se puede evitar", agrega Easterwood. "Esto se haría caso por caso y requeriría una buena comunicación y colaboración con su veterinario", agrega.