Especialistas en sanidad se reunieron en el marco de la sesión anual del Comité Ejecutivo del Instituto Interamericano para la Agricultura (IICA), en un encuentro que convocó a Carlos Orellana Vaquero, jefe de Protección Pecuaria del Servicio Agrícola y Ganadero de Chile (SAG) y presidente pro tempore del Comité Veterinario Permanente del Cono Sur (CVP); Luis Barcos, representante regional de la Organización Mundial de la Salud Animal para las Américas (OMSA); Abelardo de Gracia, director regional de Salud Ambiental del Organismo Internacional Regional de Salud Animal (OIRSA); y Eric Coleman, director de Programas de Emergencia del Servicio de Inspección Sanitaria Animal y Vegetal (APHIS) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
Los especialistas discutieron las estrategias y políticas necesarias para fortalecer los servicios de sanidad animal en la región y coincidieron en que la prevención y el control de estas enfermedades no solo protege la salud pública, sino que son esenciales para mantener la estabilidad de los sistemas alimentarios y garantizar el acceso a alimentos seguros y nutritivos para la población.
Orellana, quien profundizó sobre la enfermedad de la influenza aviar, expresó que un control efectivo de las enfermedades animales abre la posibilidad de trabajar articuladamente, con visión de equipo. También acotó que es vital prepararse en los tiempos de paz para generar capacidades de reacción oportuna y crear sensibilización de los actores políticos.
"La principal amenaza que enfrenta la región cuando se habla de prevención de estas enfermedades recae en los presupuestos que manejan las autorizades sanitarias animales, que se ven limitadas en su actuar. Se debe fomentar una articulación público-privada potente”, añadió.
Luis Barcos, de OMSA, quien disertó sobre la peste porcina africana que actualmente afecta a Haití y República Dominicana, puntualizó que en este momento los esfuerzos se deben concentrar en evitar la propagación de la enfermedad, por lo que los países de la región están en la obligación de generar una interacción sustentable entre los sectores privado y público para tener claro el rol de cada uno. Agregó que ante la amenaza de esta enfermedad las autoridades competentes deben permanecer en constante diálogo y crear planes previendo una posible propagación.
También con relación a la peste porcina africana, Erick Coleman (quien participó virtualmente) reconoció la importancia de trabajar con las comunidades para ayudar a construir capacidades para la vigilancia y control de la enfermedad.
“El IICA ha sido un valioso aliado en el trabajo y actividades para prevenir el avance de esta enfermedad. Cumple un papel central para organizar las reuniones entre países del Caribe y los ministros de agricultura para cerrar brechas con respecto a las necesidades de los servicios veterinarios”, afirmó el director de Programas de Emergencia del Servicio de Inspección Sanitaria Animal y Vegetal (APHIS), del USDA.
Sobre la afectación en la salud animal y humana provocada por la presencia del gusano barrenador en Panamá, Costa Rica y Nicaragua, Abelardo de Gracia aseveró que las labores actuales se concentran en la contención para evitar el avance de la enfermedad hacia el norte del continente; sin dejar de lado la que requieren los países que podrían ser afectados.
“Estamos definiendo una zona de protección donde la vigilancia pasiva y activa juega un papel vital. Creemos que el apoyo y resonancia de instituciones como el IICA harán la diferencia en cuanto a soporte en capacitaciones, tanto en prevención como en mitigación” acotó De Gracia.
APOYO DE AUTORIDADES
El panel también contó con comentarios de Laura Suazo, Secretaria de Agricultura y Ganadería de Honduras; Fernando Mattos, Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay y presidente de la Junta Interamericana de Agricultura (JIA), el máximo órgano de gobierno del IICA; y Manuel Otero, Director General del Instituto, quienes hicieron hincapié en la importante participación del sector oficial para frenar el avance de las enfermedades animales que ponen riesgo la seguridad alimentaria y la salud humana en las Américas.
De acuerdo con Suazo el uso de la tecnología de la información es vital para que los países de la región tengan información actualizada sobre estos temas y se pueda crear una estrategia regional para evitar la propagación de enfermedades transfronterizas.
“Desde Honduras lanzamos un programa de prevención y capacitación a productores y está dirigido a todos los actores que se dedican a la actividad ganadera; esto puede ser replicado en otras naciones de Centroamérica. Debe existir una alerta regional fuerte para este tema, un llamado a guardar nuestro propio presupuesto para esa emergencia continua que representan las enfermedades transfronterizas”, enfatizó Suazo.
Fernando Mattos puso énfasis en que la afectación por las enfermedades animales genera grandes pérdidas económicas en toda la región, lo que representa un retroceso sanitario.
“Es menester colaborar, contribuir, cooperar y generar todos los recursos necesarios para revertir esta situación. Se debe aprender de los errores y corregirlos. Desde el IICA y el Uruguay el trabajo es arduo y comprometido para detener la propagación de enfermedades animales que al final también afectan a los humanos”, comentó Mattos.
Manuel Otero, Director General del IICA afirmó que esta afectación es de carácter transnacional y por lo tanto la respuesta debe ser mancomunada, con esfuerzos de todos los países de las Américas. “Existe la necesidad de una acción concertada de todos los organismos internacionales, trabajando en función de un abordaje claramente regional. Es necesario darle la fuerza e impulso a soluciones a corto plazo, para para afrontar el tema con la seriedad que merece” finalizó.