Destacan el riesgo de fracaso de la vacuna frente a la COVID-19 debido a la infección por Trichinella spiralis

La pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), causada por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2), ha durado más de 3 años en todo el mundo desde el 11 de marzo de 2020. La OMS declaró el fin de la COVID-19 como emergencia sanitaria mundial en abril de 2023, sin embargo, es poco probable que la COVID-19 termine como amenaza para la salud mundial. Las vacunas, como la forma más eficaz de mejorar la salud y el bienestar de las poblaciones, han proporcionado al mundo una gran esperanza en el control de esta pandemia viral, lo que ha llevado a una reducción drástica del riesgo de infección y hospitalización asociada con la COVID-19.

Las candidatas a vacunas COVID-19 existentes incluyen virus tradicionales vivos e inactivados completamente atenuados, vacunas de subunidades proteicas y partículas similares a virus (VLP), así como ácidos nucleicos de nueva tecnología, como vacunas de ARNm y ADN. Las vacunas de subunidades proteicas son el enfoque más común y representan un tercio de los candidatos. Se ha identificado que una vacuna recombinante que comprende el dominio RBD de la proteína spike induce una potente respuesta de anticuerpos funcionales en ratones, conejos y primates no humanos inmunizados.

La vacunación eficaz depende del desarrollo de respuestas inmunes humorales y celulares fuertes y duraderas en la persona vacunadas. Aunque la vacunación universal ha reducido en gran medida la prevalencia y la mortalidad de diversas enfermedades, la eficacia de la vacunación ha mostrado una gran variación tanto a nivel individual como de grupo. Hay diversos factores que causan inconsistencia en la eficacia de la vacunación, entre los cuales la exposición ambiental de los vacunados juega un papel crítico, además de los factores relacionados con las vacunas mismas.

INTERACCIÓN ENTRE HELMINTOS Y VACUNAS

Otros factores puede ser la interacción de las vacunas con otros agentes infecciosos presentes en los organismos, como por ejemplo los helmintos. Se considera que aproximadamente el 20 por ciento de la población mundial, casi 1.500 millones de personas, están infectados con helmintos. Las infecciones por helmintos han sido un importante problema de salud pública, especialmente para las personas que viven en países de ingresos bajos y medios, causando graves daños a la salud y pérdidas socioeconómicas.

En este sentido, los helmintos tienen una potente capacidad para dominar el sistema inmunológico utilizando estrategias ofensivas (atacando los tejidos del huésped) y defensivas (regulando las respuestas inmunes).

Las infecciones por helmintos se asocian con una modulación de amplio espectro de la inmunidad del huésped para garantizar su persistencia estable dentro del huésped, lo que también reduce las respuestas a antígenos espectadores no relacionados, como alérgenos e inmunógenos.

Por ello, un estudio realizado en China utilizó un modelo murino de triquinosis, una enfermedad zoonótica común en todo el mundo, para investigar los efectos de diferentes etapas de la infección por T. espiralis en la vacuna de proteína RBD y el mecanismo inmunológico relacionado. Además, investigaron si la desparasitación con albendazol (ALB) podría rescatar el efecto inhibidor de la infección por T. espiralis sobre la eficacia de la vacunación con RBD en ratones.

LA DESPARASITACIÓN RESTAURÓ PARCIALMENTE LA RESPUESTA A LA VACUNA

Los resultados indicaron que tanto la etapa entérica como la muscular de la infección por T. spiralis inhibieron la eficacia de la vacuna, evidenciada por la disminución de los niveles de IgG, IgM, sIgA y la reducción de los anticuerpos neutralizantes del suero, junto con la supresión de las células B del centro germinal (GC) esplénico en los ratones vacunados.

Asimismo, la exposición previa a la triquinosis promovió respuestas inmunitarias Th2 y/o Treg en los ratones inmunizados. Además, descubrieron que el tratamiento con ALB podría revertir parcialmente el efecto inhibidor de la infección por T. spiralis sobre la eficacia de la vacunación, acompañado de una proporción restaurada de células B GC esplénicas. “La eliminación del parásito después del tratamiento con ALB restauró parcialmente la disminución de las células GC causada por la infección por T. spiralis en los ratones vacunados”.

Hasta donde saben los autores, “este es el primer informe experimental sobre el impacto de la infección por helmintos en la vacunación de RBD, destacando el riesgo de fracaso de la vacunación debido a la infección por helmintos”.

Y resumen que  “la infección por T. espiralis inhibe la eficacia de la vacuna RBD, lo que se asocia con su polarización de las respuestas Th2 y Treg”. El tratamiento con ALB puede revertir parcialmente el efecto inhibidor de la infección por T. espiralis sobre la eficacia de la vacunación con RBD. Dada la prevalencia generalizada de infecciones por helmintos en todo el mundo, antes de implementar las vacunas COVID-19, “la desparasitación masiva podría ser una intervención farmacológica para mejorar la protección anti-SARS-Cov-2 en individuos infectados por helmintos, particularmente en países tropicales, lo que obviamente requiere una investigación y confirmación en profundidad”, señalan.