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La eliminación indiscriminada de perros no ha tenido éxito en controlar la leishmaniasis visceral humana en Brasil
EDICIÓN

La eliminación indiscriminada de perros no ha tenido éxito en controlar la leishmaniasis visceral humana en Brasil

​La mayoría de las leishmania spp. encontradas en perros de América son nativas y se mantienen principalmente en reservorios de vida silvestre, como pequeños roedores y no por los perros
Perro callejero
Los puntos clave sobre el papel de los perros como reservorios de leishmania spp. en América no están claros.

La leishmaniosis es una enfermedad causada por un parásito protozoario de la familia Trypanosomatidae, actualmente se estiman aproximadamente 30 especies pertenecientes a este grupo y al menos 20 de estos organismos son patogénicos para los mamíferos. La clasificación de la leishmania es compleja y en algunos casos, controvertida; se puede utilizar más de un nombre de especies para un organismo y algunos nombres pueden finalmente ser invalidados.


Su importancia radica en el potencial zoonótico que presenta, ya que en humanos es una de las enfermedades más importantes transmitidas por vectores. De ahí su importancia, sobre todo porque existen múltiples reportes de la leishmaniasis en caninos.


Un artículo publicado por Filipe Dantas-Torres en Brasil habla sobre la importancia y la distribución de la leishmaniasis canina en el continente americano (Figura 1), enfatizando que la seroprevalencia de la enfermedad en caninos es superior al 50 % en países endémicos.


Sin embargo, existen algunos países donde se considera ausente o rara la enfermedad como Belice, Chile, Guyana y Surinam. Si bien la leishmaniosis canina no es una enfermedad de declaración obligatoria, es razonable suponer que está presente en zonas donde se han notificado casos en humanos.


Mapa 1 leishmaniosis canina América



En México, según los datos proporcionados, principalmente se pueden encontrar las serovariedades de L. infantum, mexicana, braziliensis y guyanensis.


Leishmania infantum y L. braziliensis son las principales especies causantes de leishmaniasis canina. L. infantum está presente en 17 países, mientras que L. braziliensis se ha documentado en nueve. No obstante, la falta de informes en algunos países puede subestimar la presencia de estas especies en perros. Otras especies como L. amazonensis, L. mexicana y L. panamensis también están presentes pero su distribución puede ser más restringida geográficamente.


La prevalencia de la infección por leishmania spp. en perros varía ampliamente en el tiempo y el espacio. Por ejemplo, en estudios realizados en Brasil, la seroprevalencia media en un municipio osciló entre 1,6 % y 13,1 % anualmente, alcanzando incluso más del 50 % en algunos distritos en momentos específicos. La utilización de diferentes pruebas puede influir en los resultados, y la reactividad cruzada con otros patógenos como Trypanosoma spp. también es un tema de preocupación en algunos focos.


IMPORTANCIA CLÍNICA


La leishmania infantum como agente es la forma más grave de leishmaniasis en perros, mientras que L. amazonensis también se ha identificado en perros con signos clínicos de leishmaniasis visceral. 


Además de estas especies, otras leishmania spp. causan principalmente leishmaniasis cutánea en perros en América, siendo L. braziliensis la más frecuente. En Colombia, durante un brote, se aislaron L. panamensis y L. braziliensis de perros con lesiones cutáneas características.


Aunque la leishmaniasis cutánea en perros suele ser leve, puede presentarse de manera severa, incluso fatalen casos como el de una chihuahua en Yucatán, México, que murió probablemente por complicaciones como insuficiencia renal, exacerbadas por la infección. Este caso subraya la importancia de evaluar de manera exhaustiva a los perros con leishmaniasis cutánea, especialmente a aquellos con condiciones médicas previas que podrían agravar el pronóstico. 


Independientemente de la especie involucrada, los perros presentaron nódulos o úlceras (0,4 a 10 centímetros de diámetro), con tiempos de evolución que oscilaron entre dos y 12 meses. Los perros presentaron lesiones únicas o múltiples pero sin signos sistémicos.


IMPORTANCIA ZOONÓTICA


En particular, los perros son los principales reservorios de L. infantum, destacando su papel en la transmisión zoonótica mediante vectores: moscas de arena del género Phlebotomus y Lutzomyia, aunque cada especie de leishmania se adapta a la transmisión en ciertas especies de moscas de arena.


Se ha culpado históricamente a los perros como los principales transmisores de la enfermedad, pero en diferentes estudios se han reportado casos donde se identificaron liebres y conejos como las principales fuentes de infección para los vectores flebótomos durante un brote de leishmaniasis humana en Madrid.


Aunque el papel de los perros como reservorios de L. infantum es inequívoco, la eliminación indiscriminada de perros seropositivos es decir, el rifle sanitario, no ha tenido éxito en controlar la incidencia de la leishmaniasis visceral humana en Brasil, lo que de forma indirecta habla de que los perros no son la única fuente de transmisión de la leishmaniasis.


La mayoría de las leishmania spp. encontradas en perros en América son nativas y se mantienen principalmente en reservorios de vida silvestre, como pequeños roedores y no por los perros.


Además, no hay pruebas concluyentes que respalden el papel de los perros como reservorios para L. peruviana, L. mexicana, L. panamensis, L. guyanensis y L. naiffi, cuya detección en perros es incidental y rara. Esto subraya la necesidad de investigaciones adicionales para entender mejor la epidemiología y el papel de diferentes especies de leishmania en los ciclos de transmisión en la región.


Los puntos clave sobre el papel de los perros como reservorios de leishmania spp. en América no están claros, y se deben realizar estrategias sanitarias principalmente en los vectores como las moscas del género Phlebotomus y Lutzomyia.


En conclusión, la leishmaniosis canina en América es una enfermedad compleja con implicaciones significativas para la salud pública y animal. Los perros, principalmente reservorios de leishmania infantum, juegan un papel crucial en la transmisión zoonótica a través de vectores como las moscas de arena. Aunque se han identificado diversas especies de leishmania en perros, su papel exacto como reservorios varía entre regiones y especies de parásitos. Es fundamental adoptar estrategias sanitarias dirigidas no solo a los perros, sino también a los vectores biológicos, para controlar efectivamente la propagación de la enfermedad y proteger tanto a humanos como a animales en toda la región.

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