Los fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINE) son los analgésicos más utilizados en medicina veterinaria, y hay pruebas sólidas disponibles sobre su seguridad y eficacia en el tratamiento del dolor felino. En 2010, se publicaron directrices de consenso de la Sociedad Internacional de Medicina Felina (ISFM) y la Asociación Estadounidense de Veterinarios de Felinos (AAFP) sobre el uso a largo plazo de AINE en gatos, que proporcionan información práctica y clínicamente aplicable para los profesionales veterinarios. Desde entonces, se han puesto a disposición más investigaciones y nuevos AINE aprobados para su uso en gatos; por lo tanto, este grupo de fármacos sigue desempeñando un papel clave en el tratamiento del dolor tanto agudo como crónico.
Recientemente, han publicado las directrices del 2024 con las últimas novedades y actualizaciones en esta materia. Las presentes directrices proporcionan a los profesionales información y asesoramiento consensuados sobre el uso adecuado de los AINE en el tratamiento del dolor crónico. Los objetivos adicionales son ayudar a los cuidadores a optimizar la calidad de vida de sus gatos, minimizar el potencial de efectos adversos y proporcionar una serie de recursos educativos.
Para elaborar el documento, se ha tenido en cuenta el metabolismo único del gato al prescribir cualquier medicamento, incluidos los AINEs. Además, “el dolor crónico puede ser difícil de detectar en esta especie y las comorbilidades, en particular la enfermedad renal crónica, son comunes en los gatos mayores”. Igualmente, el tratamiento del dolor crónico puede complicarse con la prescripción de otros medicamentos con potencial de interacción con los AINE.
Entre los puntos destacados en el documento, se encuentran los procesos patológicos que justifican o requieren un uso prolongado de AINE en gatos, donde se encuentran enfermedades como la periodontitis o las neoplasias.
Otro aspecto que los autores han querido recoger consiste en el reconocimiento del dolor crónico en gatos. Consideran que “los signos de comportamiento siguen siendo el mejor indicador de los estados de dolor crónico en los gatos”.
Un elemento central en la evaluación del dolor asociado con enfermedades crónicas “es el uso de instrumentos de metrología clínica (cuestionarios para cuidadores) para capturar los cambios de comportamiento, que se identifican mejor en el entorno doméstico”. Este enfoque se combina con la revisión de vídeos y fotografías caseros y exámenes veterinarios.
Respecto al uso de AINES, el documento repasa la elección del fármaco, las dosis, los efectos adversos a tener en cuenta, o consejos para su administración, entre otros.
Un apartado especialmente interesante resulta el relacionado con las modificaciones ambientales en el hogar para disminuir el dolor. Así, los autores comentan que “para disminuir el estado de dolor crónico, se pueden realizar modificaciones ambientales en el hogar que se centren en satisfacer las necesidades emocionales y de comportamiento de los gatos”.