La gabapentina, originalmente diseñada como un fármaco antiepiléptico, ha mostrado propiedades prometedoras para tratamiento de condiciones de dolor neuropático y crónico en humanos con enfermedades tales como post neuralgia herpética, esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y neuropatía diabética, pero la evidencia sobre el efecto analgésico, las reacciones adversas y la dosificación en animales sigue siendo escasa.
En este sentido, un conocimiento insuficiente sobre las propiedades de la gabapentina en perros y otras mascotas plantea el riesgo de que un medicamento que potencialmente podría tratar las condiciones de dolor crónico pueda administrarse de una manera que proporcione concentraciones sanguíneas subóptimas o no efectivas.
Charlie Peck, de la Facultad Veterinaria de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas, ha desarrollado su tesis doctoral sobre el perfil de efectos adversos de gabapentina en perros, así como su eficacia para el tratamiento del dolor crónico mediante un estudio retrospectivo de cuestionario.
El formulario fue enviado a los dueños de perros que habían sido medicados con gabapentina, sola o en combinación con otros fármacos.
EFICACIA Y SEGURIDAD
De la lectura de los resultados, así como de la correspondiente revisión bibliográfica, el autor concluye que la efectividad de la gabapentina en el manejo del dolor, puede tener unas evidencias limitadas.
“La gabapentina bien puede tener efecto para dolor neuropático en perros, pero la evidencia para fortalecer esto es baja o inexistente. Además, los estudios no confirman que la gabapentina alivie el dolor inflamatorio agudo. Por lo tanto, el medicamento está siendo utilizado empíricamente para el manejo del dolor neuropático sin estudios adecuados en mascotas, y solo basados en la evidencia del efecto visto sobre los humanos”
Por otra parte, a pesar de que la gabapentina es frecuentemente utilizada en protocolos combinados en el manejo de dolor, no hay ensayos clínicos controlados sobre los efectos adversos que ocurren en la administración conjunta con los analgésicos más comunes, como opioides o AINEs. “Con la metabolización que se produce en los perros, una combinación de la gabapentina con otros medicamentos, como el fenobarbital, podría afectar negativamente al hígado”, asegura.
Además, la sustancia se utiliza a menudo como “fármaco complementario en un protocolo multimodal para controlar el dolor o la epilepsia, lo que complica la distinción de cualquier efecto adverso de gabapentina, de otros medicamentos o de la combinación de ellos”.
No obstante, Peck considera que se ha trabajado con “una muestra pequeña, un grupo muy heterogéneo, y un gran número de perros donde existió un tratamiento combinado de gabapentina con otros fármacos analgésicos”.
En conclusión, “aunque la gabapentina se prescribe cada vez más a nuestras mascotas, la farmacodinámica efectividad no se ha estudiado en estas especies. Tampoco se ha establecido si la concentración plasmática terapéutica recomendada en humanos se puede extrapolar a perros u otras mascotas”, comenta el autor en su tesis doctoral.