Evaluar el dolor de las mascotas es importante para los dueños, pero no siempre es sencillo, sobre todo cuando se trata de los felinos. Los síntomas del dolor pueden ser neurológicos, musculoesqueléticos, urinarios, endocrinos, cardiacos, respiratorios y/o digestivos. Existen métodos, como la escala Feline Grimace Scale (FGS), que evalúan el dolor agudo en gatos, en este caso, atendiendo a los cambios en las expresiones faciales de estos animales. En este sentido, los factores ambientales y el contexto en que se da el dolor también condicionan su gravedad.
Para ayudar a hacer este trabajo más sencillo, el Comité sobre Dolor (GPC, por sus siglas en inglés) de la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA) publicó recientemente las pautas globales para el manejo del dolor, y ahora las han publicado en español. Sirven para el reconocimiento, evaluación y tratamiento del dolor, y proporcionan al usuario fundamentos básicos fáciles de implementar sobre el reconocimiento y el tratamiento exitoso del dolor en el entorno de la práctica clínica diaria de pequeños animales. En 2014, se publicaron las primeras Pautas de WSAVA para el Reconocimiento, Evaluación y Tratamiento del Dolor ("Pautas Globales para el Manejo del Dolor") y hasta el día de hoy sigue siendo uno de los documentos más relevantes.
La WSAVA parte de diferentes directrices, tales como la que asume que “el dolor es una enfermedad que se puede reconocer y manejar de manera efectiva en la mayoría de los casos”, según recoge el informe. El documento se divide en varias secciones (relativas a la compresión, reconocimiento del dolor, pautas generales para abordarlo y ejemplos de protocolos y enfoques para manejarlo) y subraya que “el dolor es el cuarto signo vital y debe incorporarse en la evaluación TPR (Temperatura, Pulso, Respiración) de cada paciente”, y que “siempre se debe considerar la analgesia preventiva y multimodal”.
Además, apuntan que “el dolor perioperatorio puede extenderse por varios días y debe manejarse en consecuencia, incluido el manejo del dolor en el entorno del hogar”; que “la percepción del dolor está influenciada por numerosos factores internos y externos, incluido el entorno social y físico”; y, por último, que el “tratamiento del dolor siempre debe incluir terapias farmacológicas y no farmacológicas”.
LA IMPORTANCIA DE MEDIR EL DOLOR EN ANIMALES
La capacidad de experimentar dolor es universalmente compartida por todos los mamíferos y otros vertebrados, incluidos peces, aves, reptiles y anfibios. Asimismo, la sensibilidad animal se refiere a la capacidad de los animales para sentir emociones positivas y negativas, incluida la del dolor.
Expertos ya han publicado, en el caso de felinos, aspectos que avisan del dolor. Entre ellos han señalado la disminución de la actividad y tolerancia al ejercicio, la dificultad para caminar, subir escaleras, saltar o levantarse, cambios en la conducta de acicalamiento, cambios en los hábitos de micción o defecación, o cambios en la interacción con miembros de la familia, entre otros.
Recientemente publicábamos cómo Luisa Martínez, auxiliar clínico de veterinaria (ACV) del Hospital Clínico Veterinario CEU Cardenal Herrera, nos contaba que, durante meses, ha centrado sus esfuerzos, junto a su equipo, en medir el grado de bienestar de los animales ingresados y cómo influye en él un manejo adecuado del dolor. “Para aprender a controlar el dolor hemos puesto en práctica varios métodos de detección del dolor, dependiendo del estado de consciencia o inconsciencia de los animales”, precisaba la ACV. “Hay veces que los analgésicos tienen un efecto secundario sobre el animal que pueden evitarse, al no ser necesario utilizarlos todavía. Por eso, antes de llegar a inyectar un analgésico, usamos métodos de medición del dolor para ver cómo se sienten y si es verdaderamente necesario aplicar un tratamiento determinado”, relataba.
Pueden consultar las pautas en este enlace.