El pasado 25 de marzo, tres estados de Estados Unidos (Texas, Kansas y Nuevo México) informaron que había vacas enfermas con lo que se supuso era la misma cepa de influenza H5N1 que ha matado a cientos de millones de aves de corral y silvestres.
Profesionales del servicio de salud de EE UU calificaron estas nuevas detecciones en vacas en varios estados como un hecho "preocupante" porque puede indicar que esta cepa de gripe aviar se está propagando directamente entre el ganado.
Con el objetivo de analizar esta situación, Diario Veterinario ha tenido la oportunidad de hablar con Ursula Höfle, licenciada en Veterinaria e investigadora del IREC (Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos) - CSIC, donde es responsable del área de enfermedades infecciosas de aves silvestres (área de patología aviar).
Ursula ha explicado que el ganado vacuno, tanto de leche como el de carne, y las cabras (donde se detectó el primer caso), a través de pastos y aguas superficiales de charcas y bebederos, están bastante expuestas y en contacto con aves silvestres potencialmente infectadas. La experta comenta que investigadores alemanes demostraron experimentalmente en 2008 que un virus de gripe aviar H5N1 precursor del actual podía infectar de forma efectiva a terneros. “No tenemos apenas información previa de infecciones naturales de vacuno con virus de gripe aviar y pensamos que tenían cierta resistencia, pero en realidad raramente ha sido testado”, añade. Lo que por la contrario si que ha ocurrido en ocasiones “son infecciones de vacas con virus de gripe A, B y C humanos y, por último, en 2019 se detectó un virus de gripe nuevo – gripe D (primero en cerdos y en EEUU, pero después también en vacuno y Europa) que hoy se cree que es propio del ganado vacuno, aunque parece tener potencial patógeno limitado”, añade.
EXPLORAR LA ENFERMEDAD EN PEQUEÑOS RUMIANTES Y EN CERDOS
A pesar de que el caso ha ocurrido en EE UU, considera que, en Europa, “es posible que ya haya ocurrido y que bien no haya causado signos clínicos/enfermedad o que esa no se haya detectado”, ya que, por la información disponible, “causa un proceso pasajero con reducción de producción de leche, signos respiratorios y generales transitorios y una recuperación en pocos días”.
Con el objetivo de explorar, pues, la circulación del virus en granjas europeas, la experta indica que se deberían hacer controles rutinarios. “Somos varios los científicos que lo estamos pidiendo, y también con más importancia en pequeños rumiantes y en cerdos”. Los primeros, comenta, porque las cabras y ovejas tienen aún más posibilidad de exposición especialmente en climas mediterráneos donde pastan en extensivo. Y los segundos “porque una transmisión a cerdos (o jabalí) conlleva un riesgo de recombinaciones con virus más afines a los humanos”.
Este aspecto ha sido matizado por Ursula. Los cerdos son susceptibles a virus de influenza de múltiples orígenes y constituyen “lo que consideramos una especie de posible vaso de mezcla”. En el cerdo, las posibilidades de que un individuo se infecte con varios virus de gripe a la vez y que estos puedan intercambiar material genético, “aumentan exponencialmente”. Como resultado, “las probabilidades que surja un virus con facilidad para infectar al ser humano y transmitirse entre personas serían más altas”. En consecuencia, “esto podría ser muy grave” en el caso de si “un supuesto virus más transmisible mantiene su capacidad de causar enfermedad y mortalidad (como la del antecesor H5N1 de 2005/6)”.
NECESIDAD DE DESARROLLAR PROTOCOLOS EN LAS GRANJAS
A la hora de monitorizar los posibles casos de gripe aviar en otras especies, el papel de los veterinarios y ganaderos resulta imprescindible. La especialista comenta que esta situación resalta “una vez mas que es muy peligroso ignorar riesgos infecciosos, y desde luego la prevención en forma de bioseguridad es una de las mejores herramientas, aunque no siempre fácil de implementar”.
En consecuencia, añade que existe “una necesidad clave de desarrollar protocolos de protección para trabajadores, ganaderos y veterinarios, así como protocolos preventivos para reducir riesgos de infección en una explotación y por último la reducción del riesgo de dispersión en la explotación si una infección ocurre, y todo esto requiere también vigilancia”.
TRANSMISIÓN MAMÍFERO- MAMÍFERO
Un punto clave en el caso de las vacas de EE UU, es la posible transmisión del virus directamente entre los bóvidos, lo que supone transmisión mamífero- mamífero, en lugar haber ocurrido a través del contacto con las aves. Ursula explica que, a nivel molecular, hasta el momento, el virus parece de origen de aves silvestres, pero confiesa que “hay algunos indicios que sugieren transmisión entre vacas”. En este caso, si hubiese transmisión efectiva entre vacas, lamenta que “no serían buenas noticias”, aunque dependiendo del tipo de adaptación del virus para esta transmisión “no tiene por qué significar también una fácil transmisión a humanos”. De hecho, “a pesar del caso identificado en Texas de un trabajador con conjuntivitis el riesgo para humanos (aun) se considera bajo”.
En cuanto al riesgo por el consumo de productos alimentarios procedentes del ganado vacuno, indica que, en la leche pasteurizada, que es la que se comercializa, “el riesgo es mínimo ya que la pasteurización elimina el virus”. En la carne, al igual que con la carne del pollo, la cocción elimina el virus, con lo cual, el riesgo en estos productos, siempre y cuando se consumen pasteurizados y cocidos “son mínimos”.
EL AFECTADO PUDO CONTRAER LA ENFERMEDAD A TRAVÉS DEL CONTACTO OCULAR
Otro punto destacado del caso ocurrido en EE UU es la posible transmisión del virus directamente del ganado a un hombre. La veterinaria, en este punto, ha declarado que “actualmente con la información de la que dispongo sería prudente al hablar de una transmisión mamífero - mamífero, ya que un trabajador con alta exposición a ganado vacuno también la tienen a las aves sinantrópicas presentes en las granjas y particularmente en las granjas de Texas se han reportado numerosas aves muertas cerca de o en las granjas de vacuno de leche afectadas”.
De igual modo, “una presencia del virus de origen aviar en el polvo de la granja es altamente probable”.
Así, le parece más reseñable señalar que “la persona afectada sufría de conjuntivitis lo cual indica una infección a través de la córnea – ya que los ojos son una vía de entrada insuficientemente consideradas, pero a través de la cual, por los conductos lacrimógenos, el virus tiene acceso al sistema respiratorio”.
En todo caso, si se confirma (a través de la secuenciación y estudio filogenético y filogeográfico de los aislados) “una transmisión entre mamíferos en contacto estrecho seria preocupante, aunque de nuevo habría que ver las adaptaciones exactas y si han conllevado una pérdida de patogenicidad del virus”.