Tras la notificación por parte del Ministerio de Salud de Argentina de casos humanos de encefalitis equina del Oeste (EEO), la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) en el país ha difundido algunas recomendaciones de acciones preventivas en el marco de la estrategia de “Una Salud” para el bienestar animal, ambiental y de las personas.
“Como el virus de la EEO se transmite principalmente a través de la picadura de mosquitos infectados que actúan como vectores, la principal medida de prevención es la modificación del entorno a través de la disminución de la cantidad de estos insectos y su contacto con caballos y seres humanos”, explican.
Estas medidas incluyen rellenar o drenar charcos y sitios de anegación temporal que pueden servir como criaderos de larvas de mosquitos, además de eliminar la maleza alrededor de los predios para disminuir los sitios de reposo y refugio de los mosquitos. "También es recomendable proteger las viviendas con mosquiteros en puertas y ventanas, acción que también servirá para prevenir otras enfermedades como dengue y chikungunya", señalan.
Por otra parte, la fumigación con insecticidas puede ser considerada como una medida adicional en áreas de transmisión donde se detecten poblaciones elevadas de mosquitos. Y, en cuanto a las acciones de protección individual, "se recomienda utilizar prendas que cubran las piernas y brazos, y usar repelentes que contengan DEET, IR3535 o icaridina", especifican.
Conviene recordar que la EEO es una enfermedad generada por el virus del mismo nombre que en el ser humano puede provocar desde cuadros leves o moderados, hasta formas graves de meningitis aséptica y encefalitis.
La enfermedad tiene un comienzo súbito con dolor de cabeza seguido de decaimiento, escalofrío, fiebre, dolor y malestar general sin síntomas respiratorios. En los días siguientes pueden presentarse náuseas, somnolencia, confusión y postración. Los síntomas neurológicos se limitan a debilidad y temblores generalizados especialmente de las manos, labios y lengua. Generalmente la mejoría comienza varios días después del descenso de la fiebre, entre 1 semana a 10 días. No hay tratamiento antiviral específico y las medidas de atención incluyen reposo absoluto, hidratación adecuada y manejo sintomático.
Cabe aclarar que los humanos y los caballos son reservorios finales del virus, lo que significa que no son capaces de transmitirlo a los mosquitos. Si bien la transmisión puede ocurrir en cualquier momento del año, tiende a aumentar durante las estaciones cálidas y húmedas.
Además, los síntomas en caballos incluyen fiebre, letargo, debilidad, pérdida de apetito, dificultad para la marcha, secreciones nasales y oculares, problemas respiratorios, cambios en el comportamiento, signos neurológicos, postración, convulsiones y muerte. La enfermedad en estos animales puede prevenirse a través de la vacunación.