Un equipo de investigación dirigido por el Laboratorio Gastrointestinal de la Facultad de Medicina Veterinaria y Ciencias Biomédicas de Texas ha validado un nuevo índice de diagnóstico que ayudará a los veterinarios a evaluar la disfunción gastrointestinal crónica en perros, que puede ser la clave para diagnosticar y tratar la enfermedad gastrointestinal en el futuro.
En el artículo, los investigadores señalan que probaron su índice de disbiosis (DI) utilizando los microbiomas de 296 perros para demostrar que su índice es una herramienta de diagnóstico válida para distinguir entre disfunción gastrointestinal aguda y crónica y detectar trastornos no gastrointestinales.
"Estamos encantados de ofrecer a los médicos una prueba rápida, rentable y fiable para evaluar la salud del microbioma intestinal en perros", afirma la doctora Chi-Hsuan Sung, primera autora del artículo.
Conviene explicar que el DI funciona identificando la disbiosis (la pérdida de bacterias buenas y saludables en el microbioma intestinal) mediante el seguimiento de los niveles de varias bacterias a lo largo del tiempo.
"El índice de disbiosis puede predecir con precisión los cambios totales en el microbioma", explican. "Hacer esto nos ayuda a definir qué es normal y anormal para la salud del microbioma intestinal, de modo que podamos ver cuándo el sistema intestinal de un paciente se ha alejado de lo normal".
Debido a que más del 10% de todas las nuevas visitas al veterinario están relacionadas con enfermedades gastrointestinales tanto en perros como en gatos, saber cuándo el microbioma de un paciente se ha alejado de lo normal ayudará a los veterinarios a decidir si tiene una disfunción gastrointestinal aguda o crónica, que requiere diferentes técnicas de manejo.
DEFINIENDO LO QUE ES NORMAL
"Uno de los mayores desafíos en la investigación del microbioma es definir qué es normal y qué es anormal", comenta Suchodolski. "Con demasiada frecuencia, los investigadores utilizan técnicas y tecnologías que no son reproducibles, lo que significa que otros investigadores no podrán repetir su proceso”.
“Por ejemplo, la secuenciación del genoma, que traza el ADN de un organismo, es una herramienta popular que utilizan los científicos para ver qué tipos de bacterias forman parte del microbioma. Pero eso es más una herramienta de descubrimiento. Si dos investigadores utilizan la secuenciación en el mismo conjunto de muestras, pueden obtener resultados diferentes. No es lo suficientemente preciso como para utilizarlo como herramienta de diagnóstico”, explica. En este sentido, ser capaz de distinguir entre la salud bacteriana normal y anormal puede marcar una gran diferencia cuando los veterinarios intentan decidir si un paciente tiene una disfunción gastrointestinal aguda o crónica.
"Puedes imaginar el microbioma como una especie de paisaje que podrías ver cuando miras por la ventana", señala Suchodolski. “La disfunción gastrointestinal aguda es como una tormenta que pasa y derriba algunos árboles, pero el paisaje se recuperará. Sin embargo, la disfunción gastrointestinal crónica es mucho más destructiva; resulta en cambios permanentes”.
La disfunción gastrointestinal crónica, que afecta aproximadamente al 2% de los perros, también requiere un enfoque de tratamiento clínico completamente diferente. "Una vez que un paciente desarrolla una disfunción gastrointestinal crónica, experimenta cambios permanentes en su tracto gastrointestinal", recalca antes de comentar que “la enfermedad probablemente persistirá durante muchos años o incluso durará toda la vida. En lugar de curarla, buscamos formas de controlar la enfermedad mediante la dieta y otras herramientas".
"Tener este índice ayudará a los expertos a evaluar mejor qué tipo de disfunción gastrointestinal tiene un paciente para que puedan elegir los tratamientos adecuados y ayudar a establecer expectativas para los cuidadores del paciente", destaca.
MIRANDO HACIA EL FUTURO
Ahora que los investigadores del GI Lab han validado su índice, hay varias direcciones que el laboratorio debe seguir explorando, incluido el uso del DI como forma de evaluar a los donantes para el trasplante de microbiota fecal, un proceso en el que se inserta materia fecal de un paciente sano en el intestino de un paciente con una enfermedad gastrointestinal para repoblar las bacterias buenas.
“Los trasplantes fecales son un nuevo tipo de procedimiento que aún está en desarrollo para la medicina veterinaria. En el futuro, querremos estar seguros de que los donantes se encuentran en el rango normal de salud del microbioma, y el índice puede ayudar con eso”, comenta Suchodolski.
El equipo también está buscando desarrollar índices similares que mejoren aún más la forma en que los veterinarios y especialistas intestinales diagnostican las afecciones gastrointestinales. "A largo plazo, nos gustaría desarrollar herramientas que ayuden a la detección temprana de enfermedades gastrointestinales", apunta el profesor. "En este momento, el índice nos ayudará a separar las enfermedades crónicas y agudas, pero, en última instancia, también queremos identificar marcadores para la detección temprana".
Teniendo en cuenta la prevalencia de trastornos gastrointestinales en perros, los investigadores señalan que este trabajo ayudará a llevar la medicina veterinaria al futuro.