El 15 de octubre se conmemora el Día Internacional de las Mujeres Rurales como reconocimiento a la inestimable contribución de las mujeres en el desarrollo y a su papel en la seguridad alimentaria de las poblaciones. Con motivo de este día, Diario Veterinario ha entrevistado a cuatro veterinarias y ganaderas que han enfocado su profesión al ámbito rural.
Los padres de Elizabeth Rodríguez se iniciaron en el mundo de la ganadería hace 40 años. Tras mucho tiempo de duro trabajo, decidieron que era el momento de retirarse y venderlo todo, pero Elizabeth y su hermana tuvieron otra idea, llevar las riendas del negocio familiar.
Mientras tanto, Beatriz Sancho, veterinaria y ganadera, también está a cargo de su propio negocio: “no ha sido ni está siendo un camino fácil el de poder dirigir y ampliar mi explotación familiar, pero con esfuerzo, trabajo y constancia, todo se puede”, declara la profesional, quien desde muy pequeña ha tenido claro que quería estudiar veterinaria para poder trabajar con las vacas.
Quien también se dedica a la veterinaria y ganadería es la conquense Laura Matas, que se ha criado desde muy pequeña en contacto con los animales, “tenía muy claro que de mayor quería ser veterinaria, ya que crecí viendo la pasión que mi familia ponía en su trabajo”. Tras acabar la carrera de Veterinaria, Laura comenzó su andadura como veterinaria de porcino.
Finalmente, Lucía González-Sabariegos es veterinaria colegiada en la Comunidad de Madrid. Hace 5 años tomó la decisión de comenzar el proyecto de una yeguada y, a día de hoy, compagina este negocio con su labor de veterinaria. La profesional explica que su trabajo es apasionante, aunque recuerda que es muy vocacional. “Es un trabajo durísimo (…) te encuentras situaciones muy poco agradables, en las que hay animales en estados pésimos de bienestar, pero los propietarios no te llaman hasta que es un caso extremo”, señala Lucía, aunque hace especial hincapié en que otros propietarios son “maravillosos” y hacen todo por sus animales.
LAS DIFICULTADES DEL TRABAJO RURAL
El mundo rural se ve las caras a menudo con diversas dificultades, como es el caso de las amenazas de las zoonosis o, incluso, conflictos como el de la guerra de Ucrania. Laura Matas explica que “el sector porcino es un sector preparado para los cambios”, ya que viven constantemente en una fluctuación de precios. “No creo que se hayan dejado de tomar medidas de prevención como vacunar o disminuir el nivel de bioseguridad por la subida de precios en la nutrición de los animales”, recalca.
Laura Matas.
Elizabeth Rodríguez confirma que la subida de los costes está afectando gravemente sus beneficios, “si no fuera por las ayudas no seguiríamos en pie”. Por su parte, Lucía González-Sabariegos lamenta que se estén vendiendo los animales por el precio del alimento, “este año, con la sequía, hemos pagado el forraje tres veces más caro que el año pasado”.
“Son momentos muy malos y críticos para la ganadería”, recalca Beatriz Sancho. Y es que, a la sequía y el aumento de costes, hay que añadir las dificultades y sufrimiento que acarrean enfermedades como la peste porcina africana (PPA) o la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE). “Hay que trabajar en la prevención para evitar la entrada de PPA al país tomando medidas como la bioseguridad, informando sobre las vías de transmisión y formando a ganaderos y veterinarios para poder detectarla de forma rápida, en caso de que entre, evitando así su propagación”, defiende Laura Matas.
Por su parte, Beatriz Sancho denuncia que los ganaderos se han quedado solos en medio de la crisis de la EHE. Si bien, subraya que “los ganaderos somos más fuertes de lo que la gente piensa”, enfatiza la veterinaria y ganadera, a la vez que recuerda la necesidad que existe actualmente de ayudar al sector primario y fomentar la agricultura y ganadería española.
Pero no son las únicas enfermedades que preocupan. Lucía González-Sabariegos pone sobre la mesa la necesidad de difundir la EHE. “Es una enfermedad que está afectando a una parte muy grande de la cabaña ganadera. Ojalá le dieran más importancia, porque la tiene. Ya no es sólo que a los ganaderos les cueste llevar para adelante a sus animales, sino que encima se están muriendo las vacas y la mayoría de veces no hay tratamiento que lo resuelva”, alerta.
Lucía González-Sabariegos.
EL PAPEL DE LAS MUJERES EN LOS OFICIOS RURALES
Las cuatro profesionales coinciden en que el campo es terreno tanto para mujeres como para hombres. “En el sector porcino, el 42 % somos mujeres y muchas de nosotras ocupamos un papel de líderes como encargadas de granja o veterinarias, como es mi caso. La presencia de personas que ejercen ese tipo de discriminación es minoritaria, y considero que desde las empresas se trabaja mucho para evitarlo”, afirma Laura Matas.
Elizabeth Rodríguez explica que, en Fuerteventura, la mujer dejó de estar detrás del hombre en este sector hace bastante tiempo. “Con perseverancia, con nuestra voz y firmeza, lo hemos conseguido. Estamos en las directivas de asociaciones importantes en el mundo ganadero de Canarias, haciéndonos ver y luchando por lo nuestro, haciendo camino a futuras ganaderas”, declara.
DISTANCIAS ENTRE LA CIUDAD Y EL CAMPO
Los medios se olvidan frecuentemente del mundo rural. Elizabeth Rodríguez afirma que muchas veces están en segundo plano y solo se acuerdan de los trabajadores del campo “cuando hay grandes crisis”.
Lucía González-Sabariegos recuerda que las nuevas generaciones están perdiendo el contacto con el campo, con los animales y con todo el entorno, “antiguamente los tratos se hacían dándose la mano (…) ahora, al ser todo a través de Internet, la gente no tiene contacto con el mundo rural”.
Beatriz Sancho insiste en que falta visibilizar la profesión, "la gente de la ciudad tiene que ver cómo se producen los alimentos y qué trabajo hacen los ganaderos". Además, lanza una reflexión al aire, “¿quién se levantaría a las 3 de la mañana para asistir un parto o dejaría la comida de navidad por dar calostro a un ternero?”
UNA PROFESIÓN DURA, PERO SATISFACTORIA
“Aunque es un trabajo muy sacrificado, es muy satisfactorio”, asegura Elizabeth Rodríguez animando a los estudiantes a desarrollar su labor en el campo. Beatriz Sancho concuerda en que, aunque es muy duro, “si te gusta, es lo más bonito que hay. Trabajar al aire libre, ayudar a los animales… las vacas son unos animales increíbles”, remata.
Sin embargo, tal y como comenta Lucía González-Sabariegos, hay que estar constantemente “actualizándose, formándose y nunca dar por hecho nada”. Laura Matas, por su parte, aconseja a los futuros veterinarios rurales que lo más importante es la escucha, “tenemos que pensar que los ganaderos son los que están cada día con los animales y, aunque no conozcan el nombre de las cepas víricas o el nombre de todos los antibióticos, sí que saben cuando algo raro pasa… hay que escucharles y confiar en lo que nos dicen. En el campo, el respeto de la gente se gana con el respeto que reciben… y hay gente maravillosa”.