Las enfermedades emergentes son aquellas de reciente aparición y de las cuales se desconoce el organismo patógeno, como la pandemia derivada de la COVID-19. Mientras que las enfermedades reemergentes son las que resurgen después de haber estado controladas o erradicadas, como es el caso de la tuberculosis o el dengue.
Pero, ¿cuáles son los factores que contribuyen a la propagación de las enfermedades emergentes y reemergentes? Al respecto, el veterinario Mario Arturo Rodríguez, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, mencionó en una conferencia que se pueden dividir básicamente en determinantes del ecosistema, sociales y los propios del microorganismo. Además, habló sobre los desafíos que se deben enfrentar y lo importante que resulta entender estos padecimientos.
Los determinantes del ecosistema están asociados, en general, al cambio climático, que influye directamente en agentes como el calor o la humedad del ambiente, contribuyendo al desarrollo y transmisión de ciertas enfermedades, como lo son la chikungunya o el dengue.
En cuanto a los sociales, “se puede decir que acciones como la migración, el turismo, el mal manejo de los alimentos, incluso la globalización, ayudan a que los microorganismos se diseminen en otras regiones, evolucionen y se adapten; como ejemplo de lo anterior se encuentran el sida o la tuberculosis”, señaló el experto.
Y en relación con los factores determinantes de los microorganismos, “se habla principalmente de la mutación, la recombinación y la redistribución a nivel celular que generan nuevas cepas o causan evasión del sistema inmune. Además, es importante mencionar el grave problema de la resistencia a los fármacos, cuyo panorama no es muy alentador”, añadió.
Entonces, ¿cuál es la mejor manera de combatir las enfermedades emergentes y reemergentes? Según Rodríguez, las acciones deben enfocarse sobre todo en la prevención, lo cual se basa en “un sistema de salud adecuado, en donde la respuesta ante las contingencias se presente de forma rápida y competente, en donde se cuente con gente capacitada, una buen red de laboratorios; se promueva la investigación, la inmunización a través de vacunas y se implementen tácticas oportunas de vigilancia y notificación de enfermedades”, manifestó.
Sin embargo, combatir los factores de riesgo para intentar reducirlos, es una responsabilidad en donde “todos debemos y podemos participar desde nuestras acciones diarias. Entender y aprender de este tipo de padecimientos que aquejan a la humanidad ayudará a resolverlos de manera más eficiente”, reflexionó el doctor.
Estos dos tipos de enfermedades “son muy dinámicas”, discurren entre la humanidad y los animales desde tiempos remotos, y ante la imposibilidad de exterminar a todos los microorganismos patógenos del mundo, "la opción viable y más eficaz es la prevención".
"Hoy en día, se sabe que hay al menos 1.415 patógenos derivados de virus, priones, bacterias, rickettsias, protozoarios, helmintos y también hongos que provocan enfermedades en humanos, de las cuales, el 61 % son zoonóticas. De ahí que resulte relevante la participación de los médicos veterinarios como parte de la estrategia de salud", concluyó el experto.