Los profesionales de la veterinaria son los profesionales del ámbito sanitario con el riesgo más alto de cometer suicidio: es 1,6 veces superior al de la población general y, en el caso de las mujeres, 2,4 veces, según diferentes estudios internacionales.
Los principales motivos que explican los problemas de salud mental de los profesionales veterinarios son, según Toni Calvo, psicólogo y director de la Fundación Galatea, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental: que deben atender las preocupaciones y expectativas de los propietarios de los animales; enfrentarse a situaciones con un elevado componente ético, en las que se debe considerar el interés del animal, el interés desde el punto de vista afectivo de los propietarios y la perspectiva del veterinario ―lo que, según Calvo, "es muy difícil"―; están constantemente expuestos a la muerte, a menudo tienen que gestionar malas noticias, les cuesta desconectar del trabajo y, en muchos casos, soportan largas jornadas laborales.
Las mujeres, además, se enfrentan al desafío de conciliar la vida personal con la laboral. A todas estas circunstancias, señala Calvo, hay que sumar que los veterinarios a menudo tienen una clínica en propiedad, "con la responsabilidad que conlleva llevar el doble sombrero de empresario y profesional de la salud".
Es precisamente por llevar este doble sombrero que, según el director de la Fundación Galatea, "dentro del propio colectivo veterinario ha habido resistencia a pedir ayuda". ¿El motivo? "Frente a un problema de salud mental que han ido descuidando, llega un momento en que necesitan parar y ponerse en tratamiento; es entonces cuando aparece el dilema de si cerrar o no la clínica, porque cerrarla significa no tener ingresos", afirma Calvo. "Ésto ha hecho que los veterinarios hayan ido dilatando la situación y buscando soluciones por sí mismos", comenta. En este contexto, Calvo recuerda el lema de los profesionales sanitarios: "Cuidarse no es una opción, es un imperativo ético y deontológico".
Fundación Galatea, cuyo objetivo es velar por la salud de los profesionales sanitarios, colabora desde 2011 con el Colegio Oficial de Veterinarios de Barcelona (COVB) y desde 2022 con el Consejo de Colegios Veterinarios de Cataluña (CCVC).
La colaboración entre estos organismos se lleva a cabo en el marco del programa Assís, un proyecto que ofrece asistencia confidencial y gratuita en materia de salud mental a los profesionales veterinarios colegiados y desarrolla acciones de investigación y prevención. Desde su puesta en marcha, el programa Assís ha atendido ochenta casos de problemas de salud mental, de los cuales, al 31 de diciembre de 2022, seguían activos.