El Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que se celebra anualmente el 10 de septiembre y está organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y avalado por la Organización Mundial de la Salud, tiene el objetivo general de crear conciencia acerca de la prevención del suicidio en todo el mundo.
Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, correspondientes a 2021, fallecieron por suicidio 4.003 personas en España, una media de 11 personas al día; un 75 % de ellas varones (2.982) y un 25 % mujeres (1.021). Así, 2021 se convierte en el año con más suicidios registrados en la historia de España desde que se tienen datos (año 1906).
El sector veterinario es uno de los más afectados por este problema, como revelan diversos estudios. Según recoge una investigación publicada en Journal of the American Veterinay Medical Association, la tasa de suicidio de los veterinarios es superior a la media de la población. Según las razones de mortalidad estandarizadas, de 2003 a 2014, los veterinarios murieron por suicidio 1,6 veces más de media que la población general, y las veterinarias 2,4 veces más.
Durante ese mismo período, los técnicos veterinarios se suicidaron 5 veces más y 2,3 veces más las mujeres.
Otra publicación de la misma revista concluyó que “entre 1979 y 2015, los veterinarios tanto hombres como mujeres se suicidaron entre 2 y 3,5 veces más a menudo que el promedio nacional de la población de los Estados Unidos, respectivamente”.
En la misma línea, un estudio de bienestar veterinario realizado por Merck Animal Health en 2020 recoge que el 57 % de los veterinarios encuestados estuvieron concienciados con la problemática de la salud mental de las personas, en comparación con el 24 % del estudio de 2018. Sin embargo, en el estudio de 2020, el 52 % de los veterinarios que necesitaron tratamiento o terapia de salud mental en los últimos 12 meses dijeron que no lo recibieron.
INICIATIVAS PARA AYUDAR A LOS VETERINARIOS
Diversas organizaciones profesionales y empresas del sector ofrecen recursos con los que buscan proteger la salud mental de los veterinarios. A nivel internacional, la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales y Hill’s Pet Nutrition lanzaron un certificado de desarrollo profesional y bienestar personal, que ayudará a los veterinarios a crear una hoja de ruta de desarrollo profesional y estrategias para salvaguardar su bienestar.
Con el mismo objetivo, la Federación Veterinaria Europea ha unido fuerzas con la Asociación Americana de Medicina Veterinaria, el Royal College of Veterinary Surgeons, la Canadian Veterinary Medical Association y la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales para promover una mejor salud mental en la profesión veterinaria. En este sentido, han elaborado un manifiesto en el que priorizan la salud mental y el bienestar en la profesión veterinaria y el estudiante de Veterinaria como el primer paso hacia una profesión saludable y una salud animal, bienestar y salud pública óptimos.
En Europa, la Federación Europea de Veterinarios de Animales de Compañía promueve que los veterinarios empleen en su día a día el acrónimo HALT para evitar verse sobrepasados por situaciones diarias de la clínica veterinaria. Este acrónimo procede de las palabras hungry (hamriento), angry (enfadado), late (tarde) y tired (cansado), y tiene la intención de que los veterinarios se tomen un momento HALT y piensen si están hambrientos, enfadados, cansados o sienten que es tarde.
Del mismo modo, en España se están llevando a cabo iniciativas, como la del Colegio Oficial de Veterinarios de Lugo, que ha editado una guía para prevenir el suicidio.
Por su parte, el Colegio de Veterinarios de Málaga y el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental firmaron en el 2022 un acuerdo de colaboración en el que las personas colegiadas en Málaga podrán beneficiarse de una primera sesión psicológica gratuita en la Unidad de Atención Psicológica; y en el resto de sesiones tendrán un precio especial.
Además, la Fundación Galatea, en Barcelona, ha impulsado junto con el Consejo de Colegios Veterinarios de Cataluña el programa Assís de atención al veterinario, que es una iniciativa pionera a nivel estatal nacida en 2011 para dar respuesta a las situaciones de ansiedad y depresión que sufren los veterinarios.
CONSEJOS PRÁCTICOS
Para ayudar a luchar contra el suicidio, Rosie Allister, investigadora sobre la salud mental veterinaria, ha elaborado una guía con cinco pasos prácticos basados en evidencia para la prevención del suicidio en los lugares de trabajo veterinarios. Estos son: construir una cultura positiva en el entorno de trabajo, trabajar la atención y el apoyo, ofrecer recursos de apoyo y tener acceso a ayuda, vigilar la seguridad en el trabajo, y comunicación.
En la misma línea, Vetlife presentó una guía sobre cómo afrontar el suicidio de un veterinario y preservar la salud mental de los profesionales. Según explican los especialistas, los elementos centrales de apoyo después del suicidio incluyen la escucha activa, la flexibilidad, la empatía y la comunicación efectiva. Las personas afectadas por el suicidio a menudo experimentan una variedad de reacciones, que incluyen desgana, ira, vergüenza, tristeza o impotencia.
BURNOUT
Uno de los principales problemas en la salud mental entre los veterinarios es el “burnout”. Este término fue acuñado por primera vez por Herbert.J Freudenberger, que lo definió como un estado de agotamiento mental y físico causado por la vida profesional de uno. Está caracterizado por tres dimensiones: sentimiento de agotamiento, distanciamiento con el trabajo y escepticismo y reducción de la eficacia profesional.
Este síndrome es frecuente en muchas profesiones, sobre todo las relacionadas con la rama de la sanidad. Por este motivo, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios reclama desde 2019 que el “bornout” se considere enfermedad profesional y deje de ser tratado como una contingencia común, algo que sucede en la práctica.
En la revisión de 2022 de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) se considera el síndrome de desgaste profesional (burnout en CIE-10) como un problema relacionado con el trabajo, pero el Ministerio de Trabajo todavía no lo reconoce como tal.
El podcast de Diario Veterinario abordó el tema de la salud mental en la profesión veterinaria en febrero de este año. Núria Tabares, licenciada en Veterinaria y especialista en coaching en el entorno laboral, explicó que es fundamental aprender a conciliar la vida personal y la vida profesional, ya que “las largas jornadas nos pueden superar”, y celebró que ahora se prime el cuidado de la salud mental: “por suerte, los jóvenes no quieren aguantar lo que aguantamos nosotros, no era normal”.