La epilepsia es una afección neurológica común en los gatos. Aunque se ha acordado la terminología para la clasificación de la epilepsia en perros, no se ha llegado a un consenso para los gatos.
Por lo tanto, en las próximas ocasiones se utilizará "epilepsia idiopática presunta" (EPI) cuando se refiera a la epilepsia idiopática en gatos. Se ha informado que la prevalencia de PIE en gatos con ataques epilépticos recurrentes está en el rango de 22 % a 75 %.
Se ha informado del uso de varios fármacos antiepilépticos para gatos con EPI, siendo el fenobarbital (PB) el más eficaz. Una desventaja importante del PB es que los propietarios sólo pueden administrarlo por vía oral, con la recomendación de medicar a los gatos dos veces al día.
Sin embargo, hasta el 80 % de los propietarios tienen dificultades para medicar a su gato por vía oral. Esto puede afectar negativamente el cumplimiento del tratamiento por parte del dueño, afectar a la relación entre humanos y gatos y provocar lesiones en el dueño o que los propietarios rechacen directamente el uso de la medicación.
Así con una vida media de eliminación de 43 a 76 h en gatos, se ha sugerido que puede ser posible el tratamiento cada 24 h.
En consecuencia, el objetivo de un estudio, realizado por científicos de varios países, fue evaluar retrospectivamente la respuesta al tratamiento con PB oral una vez al día en gatos con PIE.
En la investigación se incluyeron nueve gatos con presunta epilepsia idiopática, que recibieron PB oral cada 24 horas. Los autores observaron que se logró la remisión de las convulsiones en el 88% (8/9) de los gatos y un buen control de las convulsiones en el 12% (1/9) de los gatos, tratados con una dosis media de PB oral de 2,6 mg/kg cada 24 h (rango 1,4-3,8). mg/kg).
Asimismo, “ningún gato requirió un aumento de su frecuencia de PB en ningún momento durante un período de seguimiento medio de 3,5 años”. Tampoco ningún gato mostró efectos secundarios o problemas de cumplimiento en el último seguimiento registrado.
Por todo ello, los investigadores concluyen que “la administración de PB una vez al día para la epilepsia felina fue segura y resultó en un control satisfactorio de las convulsiones en los nueve gatos incluidos en este estudio”.
Si bien, aunque los gatos de este estudio “estuvieron bien controlados con PB oral cada 24 h, es posible que algunos gatos necesiten tratamiento cada 12 h”. Por tanto, “son necesarios estudios prospectivos para comparar la eficacia entre ambos regímenes posológicos”.