La anaplasmosis bovina está causada por la infección por Anaplasma marginale. Este microorganismo se adscribe al género Anaplasma, perteneciente a la familia Anaplasmataceae, del orden Rickettsiales.
La enfermedad suele ser transmitida por garrapatas vectores, pero puede producirse una transmisión mecánica por picadura de insectos o por aguja. Los signos clínicos más marcados de la anaplasmosis son la anemia y la ictericia, esta última en una fase avanzada de la enfermedad. Actualmente, en varios países se utilizan vacunas vivas para proteger al ganado contra la infección por A. marginale.
En este sentido, el descubrimiento de nuevos objetivos para prevenir la anaplasmosis bovina ha dejado de centrarse en proteínas que ya han sido ampliamente estudiadas en Anaplasma marginale, incluidas las proteínas principales de la superficie, las proteínas de la membrana externa y las proteínas del sistema de secreción tipo IV.
Una alternativa es el uso de proteínas multifuncionales, capaces de realizar diversas funciones biológicas dentro de varios compartimentos celulares. Existen varios informes sobre el papel de las proteínas multifuncionales como factores de virulencia en diversos microorganismos.
Los investigadores Rosa Estela Quiroz- Castañeda, Hugo Aguilar Díaz e Itzel Amaro Estrada del Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Salud Animal e Inocuidad, Inifap, han presentado por primera vez la identificación de tres proteínas enolasas (AmEno01, AmEno15 y AmEno31) en el genoma de cepas mexicanas de A. marginale.
Utilizando diversas herramientas, los autores han conseguido evaluar un prototipo de vacuna alternativo para la anaplasmosis bovina basado en enolasas.
Mediante análisis de acoplamiento molecular, encontraron que AmEno01 se uniría a las proteínas de eritrocitos espectrina, anquirina y estomatina. Esta función de adhesión se ha informado para enolasas de otros patógenos, y “se considera un objetivo prometedor ya que bloquear esta función impediría el proceso de adhesión fundamental que facilita la infección de los eritrocitos”, comentan.
Además, el acoplamiento molecular predice que AmEno01 “podría unirse a la proteína de la matriz extracelular fibronectina, lo que sería significativo si consideramos que algunas proteínas con dominios de fibronectina se localizan en las células intestinales de las garrapatas y se utilizan como estrategia de adhesión para recolectar bacterias antes de viajar a las glándulas salivales”.