Los casos de enfermedades transmitidas por garrapatas, como la anaplasmosis, la enfermedad de Lyme y la babesiosis, están en aumento. Esta situación ha producido que se estén desarrollando varias investigaciones acerca de cómo evitar que las garrapatas propaguen estos patógenos a los humanos.
En esta línea, Girish Neelakanta, de la Universidad de Old Dominion, en Norfolk, Estados Unidos, ha desarrollado junto a su equipo, una investigación en la que se pone indaga en la relación que existe entre el patógeno y la garrapata con el fin de encontrar nuevas formas de controlar la propagación de las enfermedades.
Según los resultados del estudio, la bacteria que causa la anaplasmosis, afecta la expresión génica en la garrapata de patas negras. Giristh y sus colegas descubrieron que el patógeno reduce el nivel de una molécula reguladora que normalmente detiene la producción de una proteína llamada polipéptido transportador de aniones orgánicos (OATP).
Como se extrae de otras investigaciones, los OATP intervienen directamente en la capacidad de colonización y supervivencia del patógeno dentro de la garrapata. Por esta razón, estos polipéptidos se posicionan como candidatos a la hora de desarrollar nuevas vacunas para proteger a los humanos contra las enfermedades transmitidas por garrapatas. “Los estudios actuales y futuros de mi laboratorio abordan el potencial terapéutico de OATP como candidato para el desarrollo de una potente vacuna anti-vector para bloquear la transmisión de patógenos transmitidos por garrapatas", comenta el autor del estudio.
Asimismo, “este estudio también representa un avance importante en nuestra comprensión de la relación vector-patógeno, ya que actualmente sabemos sorprendentemente poco acerca de los mecanismos que permiten a los patógenos usar las garrapatas como vectores”, comentan los autores.
En este sentido, comprender como los patógenos manipulan la expresión genética de los vectores para su propio beneficio puede ayudar a desarrollar nuevas estrategias para bloquear su transmisión del vector a los humanos o animales. "Estudios como estos proporcionarían evidencia importante de que las moléculas de garrapatas, como los OATP, juegan un papel importante en las interacciones entre garrapatas y patógenos", apunta Girish Neelakanta.