En medicina humana, la capacidad de medir la fragilidad es un aspecto vital de la atención geriátrica. Los médicos pueden recomendar un tratamiento u otro basándose en la puntuación de fragilidad de una persona mayor, y las residencias de ancianos pueden ajustar los protocolos de atención a medida que aumenta la fragilidad.
Si bien la capacidad de medir la fragilidad no es un concepto nuevo en la medicina humana, anteriormente solo se había incorporado a la medicina veterinaria en entornos de investigación y laboratorio.
Un proyecto en Estados Unidos está creando un instrumento de fragilidad que puede usarse para tomar decisiones de salud y personalizar la atención veterinaria geriátrica para perros reales de todas las formas. y tamaños.
En un artículo publicado recientemente, el equipo veterinario del proyecto expuso su plan para desarrollar este instrumento mediante el uso de una variedad de pruebas y cuestionarios simples que pueden realizar los dueños de perros y los veterinarios.
"Los perros viven cada vez más debido a la mejora del sistema de salud y a una mejor nutrición. Ahora tenemos un grupo de perros viejos cuyos dueños quieren hacer lo mejor con ellos, y las puntuaciones de fragilidad nos ayudan a lograrlo al mejorar la atención veterinaria personalizada que reciben esos perros", indican los autores.
¿QUÉ ES LA FRAGILIDAD?
La “fragilidad” es definida por los investigadores como un síndrome complejo asociado con el envejecimiento. Debido a que considera los cambios físicos, mentales y emocionales asociados con el envejecimiento, es un mejor indicador de la condición del cuerpo y de la salud general que la edad por sí sola.
“La edad es sólo un número, pero la fragilidad es una forma de medir el envejecimiento con mayor precisión, algo que antes solo podíamos medir con años”, comentan.
"Cuanto mayor sea su puntuación de fragilidad, más probabilidades tendrá una persona de caerse, de necesitar ser hospitalizada o de tener complicaciones mientras esté en el hospital. Del mismo modo, un perro con una puntuación de fragilidad más alta puede tener más riesgo de sufrir complicaciones después de la cirugía y tardar más en recuperarse que un perro menos frágil".
Asimismo, la fragilidad es especialmente importante en la medicina veterinaria porque los perros pueden variar mucho de esperanza de vida según su raza y tamaño.
"Un gran danés de 12 años y un chihuahua de 12 años son dos animales muy diferentes en términos de salud y condición corporal. Conocer la puntuación de fragilidad de un perro nos ayuda a medir y explicar cosas como el pronóstico a los dueños, lo que luego ayuda a tomar decisiones médicas", matizan.
CÓMO MEDIR LA FRAGILIDAD
Convertir una descripción de la salud en una puntuación numérica es un concepto desafiante que requiere encontrar pruebas o mediciones que sean indicativas del riesgo de muerte de un individuo.
"En medicina humana, la fuerza de agarre es una medida común utilizada porque perder fuerza es una buena indicación de que el cuerpo está envejeciendo. En los perros, se vuelve un poco más difícil porque no podemos pedirles que realicen una tarea simple y repetible como agarrar algo. Por lo tanto, nuestras encuestas tendrán muchas preguntas diferentes que se correlacionan con algunas de las medidas comunes utilizadas en las escalas de fragilidad humana”.
Para comenzar el proceso, los autores están considerando muchas medidas que se reducirán una vez que el equipo determine cuáles son las más indicativas de fragilidad.
Algunos de los factores que se consideran incluyen la puntuación de condición corporal, el deterioro de la circunferencia del muslo, la pérdida de peso involuntaria, la velocidad de la marcha, la capacidad para subir escaleras y la voluntad de participar en actividades habituales, como salir a caminar.
"Nos apasiona mucho la idea de que se trata de mediciones sencillas y fáciles que no requieren análisis de sangre ni pruebas de diagnóstico. Queremos que todo el mundo pueda saber si su perro es frágil sin que haya ningún coste ni limitación técnica", argumentan.
Además de las mediciones físicas, las encuestas incluirán preguntas que cubran los cambios mentales y emocionales asociados con el envejecimiento.
"En medicina humana, han descubierto que incluir los dominios psicológicos y sociales puede conducir a una escala más sensible. Hay muchas maneras en que el cuerpo manifiesta fragilidad más allá de los cambios físicos, y queremos asegurarnos de cubrir todas las categorías", detallan.
Algunas de las medidas no físicas que se están considerando son la memoria a corto plazo de un perro, el recuerdo de conductas aprendidas, la ansiedad general y la aversión social. Estos serían mensurables con pruebas simples y basadas en la interpretación del dueño del comportamiento de su perro.
CÓMO SERÁ LA PRUEBA
Una vez que el equipo haya reducido las preguntas que determinan de manera más efectiva la fragilidad de un perro, desarrollarán una escala numérica de fragilidad que los veterinarios generales pueden utilizar. Después de eso, planean expandir la escala a un Instrumento de Fragilidad para Perros (FIDo) completo para aumentar su utilidad en situaciones de la vida real.
"Nuestro plan es desarrollar un instrumento de fragilidad de tres niveles”, comentan los autores. “Habrá una parte de cribado con preguntas para el propietario, una escala para médicos generales y una escala de triaje para veterinarios de urgencias y especialistas. No serán intercambiables; estarán diseñados para trabajar juntos”.
Especialmente en una sala de emergencias, conocer la puntuación de fragilidad de un perro ayudará a gestionar las expectativas del propietario y garantizará que las decisiones médicas que se tomen tengan en cuenta con precisión el pronóstico y la calidad de vida del perro.
“Para poder luchar contra la fragilidad, hay que poder detectarla. Si podemos identificar perros que son frágiles, potencialmente hay medidas que podemos tomar para prevenir o retrasar la progresión y ayudarlos a mantenerse saludables por más tiempo".