El Colegio de Veterinarios de Salamanca celebró ayer, en el marco del certamen Salamaq 2023, una jornada técnica titulada “Enfermedades emergentes: Enfermedad Hemorrágica Epizoótica y otras”, que tuvo lugar en el salón de actos del pabellón central repleto de público, como reflejo de la inquietud que esta patología de origen vírico que porta el mosquito culicoides genera entre los ganaderos.
La ponencia corrió a cargo de Miguel Ángel García, veterinario clínico, que precisó diversas cuestiones sobre la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), desde el origen a la situación actual pasando por los posibles tratamientos, en un contexto ya conocido de falta de profesionales clínicos en el campo, que debería corregirse con la puesta en marcha del veterinario de explotación.
Según indicó el conferenciante, “nos encontramos desbordados a día de hoy, porque no podemos hacer otra cosa que tratar animales afectados por esta enfermedad y estar aconsejando a los ganaderos y que les llegue la máxima información posible, ya que desde otras instancias no está llegando”.
La EHE es transmitida por el citado mosquito, que es el mismo que trasmite la enfermedad de la lengua azul, por ello sigue el mismo patrón de dispersión que el de la lengua azul. La causa principal radica en el incremento de temperaturas derivado del cambio climático, “ya que muchos días con temperaturas elevadas facilita que el mosquito llegue a la Península y se extienda por ella”.
MEDIDAS PREVENTIVAS
Las medidas preventivas para evitar la entrada del mosquito son sencillas en el caso de la ganadería intensiva, mediante la colocación de mosquiteras y el empleo de insecticidas, pero no así en la extensiva. “En el campo, los ganaderos hacen lo que pueden mediante insecticidas o baños repelentes, pero el manejo de estos animales supone un problema y máxime cuando están enfermos, ya que cuesta moverlos por las propias instalaciones y es un auténtico quebradero de cabeza”, aseguró Miguel Ángel García.
En su intervención, además de referirse al virus del Nilo Occidental, lamentó que la escasez de veterinarios clínicos en el medio rural viene a complicar la situación, “porque necesitamos el apoyo de la Administración. Estamos agotados, extenuados y no llegamos a todo”.
Respecto a las consecuencias en los animales, la EHE afecta a un alto número de individuos, aunque en índices de mortalidad la estadística no es tan elevada. No obstante, son muchos los ejemplares de vacuno que, al enfermar, deben recibir tratamiento, con un indudable coste económico y humano para el ganadero que no siempre es asumible.
Por su parte, el Colegio de Salamanca, según explicó su presidente, Antonio Rubio, pide a los ganaderos que “confíen en el colectivo veterinario, tanto clínicos como oficiales, para seguir mirando al futuro y luchar contra estas epidemias, con los medios disponibles, estando a su lado en las explotaciones y proporcionando la información existente”.