Los flebótomos son dípteros ampliamente distribuidos en una gran variedad de hábitats en los trópicos y subtrópicos de todo el mundo. Son de relevancia médico-veterinaria ya que algunas especies son consideradas vectores principales del protozoo Leishmania. También se han asociado con la transmisión de Bartonella y algunos arbovirus en el continente americano.
En los últimos años, el rango de distribución de los flebótomos se ha ampliado, aumentando el riesgo de transmisión de patógenos incluso en áreas no endémicas. Actividades como la deforestación y la urbanización tienen el mayor impacto en los cambios en las densidades de población de estos insectos y en la propagación de patógenos a nuevas áreas.
Por lo tanto, explorar la dinámica estacional de las especies de flebótomos es importante para establecer estrategias eficientes de prevención y control para reducir la transmisión de patógenos a humanos y animales domésticos. La dinámica de las poblaciones de flebótomos varía según las especies disponibles en un área específica, su microbioma, así como las condiciones ambientales, la vegetación, los sitios de descanso y las barreras geográficas.
Hasta la fecha, se han descrito 556 especies de flebótomos en América y casi 98 especies de flebótomos se consideran vectores. En México, el estado de Quintana Roo es relevante para los estudios de flebótomos, ya que ocupa el tercer lugar en cuanto a riqueza de especies de flebótomos.
Además, el estado tiene el mayor número de casos humanos de leishmaniasis con un aumento tres veces mayor (≈500 casos) en el primer trimestre de 2023, en comparación con 2022. El fuerte aumento está relacionado con la construcción de megaproyectos turísticos en el estado. Se estima que 16 millones de personas están en riesgo de infectarse con leishmaniasis en México, principalmente quienes viven o trabajan cerca de áreas forestales, como es el caso de los trabajadores forestales recolectores de resina, o los campesinos que trabajan en las plantaciones de café o cacao.
En el estado de Quintana Roo, varios estudios han descrito la diversidad de especies de flebótomos en al menos 25 localidades y ocho municipios. Sin embargo, aún faltan estudios en zonas agroforestales, donde el contacto entre vectores, huéspedes y reservorios es favorable, aumentando así el riesgo de transmisión de patógenos.
Sobre este asunto, el objetivo de un estudio reciente, llevado a cabo por Maribel Martínez Burgos y Ángel S. Gómez Rivera del Departamento de Enfermedades Transmitidas por Vector y Zoonosis de los Servicios Estatales de Salud de Quintana Roo; Ingeborg Becker, Yokomi N. Lozano-Sardaneta y Eduardo Flores Escobar de la Universidad Nacional Autónoma de México; Jorge J. Rodríguez Rojas de la Universidad Autónoma de Nuevo León; Karla L. Canto Mis y Pedro C. Mis Ávila del Instituto Tecnológico de la Zona Maya; y Fabián Correa Morales del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), ha sido comparar cuatro comunidades de flebótomos de áreas de manejo forestal (Sitio1, Sitio2 y Sitio3) y un área de conservación (Sitio4) en la localidad Noh-Bec, Quintana Roo, México, un área endémica de leishmaniasis. Los objetivos detallados del estudio eran conocer mejor la diversidad de especies de flebótomos, sus picos de actividad y detectar patógenos y microorganismos mediante herramientas moleculares.
MAYOR CANTIDAD DE FLEBÓTOMOS EN ÁREAS MÁS PERTURBADAS
Se recolectaron flebótomos de noviembre a diciembre de 2021 y de abril a mayo de 2022, utilizando trampas nocturnas. Se recogieron un total de 1992 especímenes de flebótomos pertenecientes a 6 géneros y 10 especies. La especie más abundante fue Psathyromyia shannoni (59 %), seguida de Psychodopygus panamensis.
En las áreas perturbadas, los picos de actividad de los flebótomos se produjeron principalmente entre las 7:00 p. m. y las 8:00 p. m. y entre las 10:00 p. m. y las 11:00 p. m.. En el área conservada se observaron tres picos de actividad durante las 6:00 p.m. a 7:00 p.m., 8:00 p.m. a 9:00 p.m. y 11:00 p.m. a 12:00 a.m
El área de conservación mostró un mayor número y una mayor heterogeneidad de especies de flebótomos en comparación con los otros sitios. El análisis de diversidad reveló que los sitios perturbados por la tala (S1, S2, S3) tenían mayor similitud (90 %) en su composición de especies de flebótomos que el área de conservación (S4) (similitud = 36 %).
Igualmente, matizan que “recuperamos la mayor cantidad de flebótomos en S3, lo que probablemente se debió a que este también fue el sitio más perturbado, ya que el muestreo se realizó durante el ciclo de tala”.
Aunque ninguno de los especímenes estaba infectado con Leishmania, detectaron Wolbachia (19,4%) en los cuatro sitios, así como Bartonella (3,25%) sólo en los sitios perturbados por la tala.
En resumen, los autores explican que estos resultados “mostraron que el área conservada (S4) tenía mayor riqueza de especies de flebótomos y menor similitud con respecto a las áreas perturbadas (S1, S2 y S3)”. Asimismo, el área más perturbada (S3) mostró una mayor abundancia de especies de importancia médica en comparación con el resto de los sitios.
Por lo tanto, “es claro que la perturbación de áreas naturales debido a actividades humanas representa un riesgo de transmisión potencial de enfermedades tropicales desatendidas, y se necesitan estudios complementarios en las áreas de manejo forestal para evaluar y prevenir la transmisión de patógenos”, concluyen.