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Un nuevo biomarcador capaz de diferenciar enteropatías crónicas y cáncer gastrointestinal en gatos
EDICIÓN

Un nuevo biomarcador capaz de diferenciar enteropatías crónicas y cáncer gastrointestinal en gatos

Existe la necesidad de explorar biomarcadores no invasivos y eficaces para diagnosticar la enteropatía inflamatoria crónica y el cáncer gastrointestinal en gatos
Gato veterinario
Para realizar el trabajo, se utilizaron gatos sanos y con enfermedad.

La enteropatía inflamatoria crónica (CIE, por sus siglas en inglés) es cada vez más común en los gatos y se detecta tras un diagnóstico de exclusión basado en signos clínicos, diagnósticos, eliminación de otras enfermedades gastrointestinales (GI) e histopatología que indica infiltración inflamatoria. Los signos clínicos de pérdida de peso persistente o recurrente, vómitos o diarrea durante ≥3 semanas son inespecíficos y no diferencian entre CIE y cáncer gastrointestinal (GIC).


El cáncer gastrointestinal representa desde el 8 % al 13,5 % de los tumores en gatos, y la ubicación más común es el intestino delgado. El linfoma es el cáncer intestinal más prevalente, seguido del adenocarcinoma. La ecografía abdominal y la biopsia citológica con aguja fina (FNCB, por sus siglas en inglés) son herramientas diagnósticas invaluables, pero solo el 68 % de las FNCB de lesiones gastrointestinales en gatos y perros son clínicamente útiles.


Por lo tanto, la histopatología puede ser necesaria para un diagnóstico más específico, pero esta puede resultar costosa e invasiva. Por ello, existe la necesidad de desarrollar biomarcadores no invasivos y eficaces para diagnosticar estas afecciones a fin de iniciar tratamientos específicos y mejorar la calidad de vida y la supervivencia del paciente.


Los microARN (miARN) representan una serie prometedora de biomarcadores de diagnóstico no invasivos en gatos. En humanos, los miARN han mostrado un gran potencial como biomarcadores debido a su estabilidad y accesibilidad en el suero y las heces, y su omnipresente participación en el desarrollo y la progresión del cáncer.


Los miARN ya se han medido con éxito en heces de gatos sanos, pero queda por investigar su potencial como biomarcadores de diagnóstico no invasivos en suero y heces para diferenciar entre GIC y enteropatía inflamatoria crónica en gatos.


Para investigar los miARN fecales y séricos en gatos como biomarcadores de diagnóstico no invasivos para la diferenciación entre GIC y CIE en comparación con gatos sanos, un equipo ha realizado una novedosa investigación.


La hipótesis barajada fue que los gatos con cáncer gastrointestinal tendrían perfiles de miARN en suero y heces que difiriesen significativamente de los gatos sanos y los gatos con enteropatía crónica. Igualmente, los autores identificaron miRNAs séricos y fecales con potencial diagnóstico para la diferenciación entre gatos con GIC y CIE en comparación con gatos sanos.


Para realizar el trabajo, se utilizaron 10 gatos sanos, 9 gatos con enteropatía inflamatoria crónica y 10 gatos con cáncer gastrointestinal. El suero y las heces se examinaron mediante secuenciación del miARN que diferían en abundancia entre gatos con GIC y CIE y gatos sanos. El potencial de biomarcador de diagnóstico de los miARN se confirmó mediante PCR.


UNA SENSIBILIDAD DEL 90 %


Los autores del estudio encontraron que el miR-223-3p sérico distingue entre gatos con GIC y CIE con una sensibilidad del 90 % y especificidad del 77,8 %. El suero miR-223-3p también se mostró prometedor para diferenciar un subgrupo de gatos con linfoma de células pequeñas de aquellos con CIE. Por otro lado, ningún miARN fecal pudo distinguir entre gatos con cáncer gastrointestinal y enteropatía inflamatoria crónica.


“Nuestro estudio es el primero en examinar los miRNAs séricos y fecales como candidatos potenciales a biomarcadores para la diferenciación de GIC, CIE y gatos sanos”, comentan los autores. Y aunque los miARN fecales no pudieron diferenciar estas condiciones en el grupo de estudio, “el miR-223-3p sérico estuvo presente en cantidades significativamente diferentes y pudo distinguir GIC de CIE, así como gatos sanos con alta sensibilidad y especificidad”.


Estos hallazgos “sientan las bases potenciales para el desarrollo de un nuevo ensayo en gatos para la detección y diferenciación tanto de cáncer gastrointestinal como de CIE, y de gatos sanos”, celebran.

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