La Unión Europea insiste en la importancia de erradicar la tuberculosis bovina, así lo defendía el oficial veterinario de la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, Laszlo Kuster, que ha remarcado que el tratamiento de esta enfermedad tiene protocolos claros y basados en avances científicos, lo que ha permitido erradicar casi por completo la enfermedad en las ganaderías de los Estados miembros: “Aquí la idea es estar en línea con la normativa internacional que, en resumen, nos da un marco jurídico muy sólido para abordar los episodios de tuberculosis bovina. Además, en esta normativa están representadas las partes interesadas. La segunda idea es que la responsabilidad de aplicación de estas reglas compete a las autoridades centrales de los Estados miembros”, ha recordado.
La eurodiputada española Clara Aguilera ha añadido que, “para hacer frente a la tuberculosis, nos gustaría destacar una vez más la importancia de una aplicación eficaz y a tiempo y sobre todo la importancia de que se completen los programas de erradicación contra la tuberculosis para así lograr el éxito”. En referencia a la situación vivida en los últimos meses en Castilla y León, ha remarcado que este es un tema que está zanjado y que en ningún momento España se ha planteado la posibilidad de incumplir los protocolos.
El debate continuó pese a la sorpresa de los representantes de otros países por el hecho de encontrar este punto en el orden del día, ya que consideran que es un tema zanjado.
La otra representante española en hablar fue Mazaly Aguilar, que si bien recordó que la tuberculosis bovina está prácticamente erradicada, centró el debate en el problema que sufren los ganaderos y el sector sanitario animal: “si alguien está preocupado por esto son los ganaderos, los que cuidan de la salud de sus animales y los que pierden sus ahorros cuando tienen que sacrificarlos”. La eurodiputada recordó que aunque es cierto que existe una normativa, esta no está siendo del todo eficaz cuando los animales “silvestres” son los que contagian a los animales de ganaderías extensivas y que, en muchos casos, esos contagios son “falsos positivos”.
“Yo diría que este control debería ser mucho más flexible con los movimientos a cebadero porque su único destino posterior no es la reproducción sino el matadero. Y también acelerar la manera de recuperar la calificación de estas explotaciones cuando tienen esos falsos positivos. Y por último, las indemnizaciones por sacrificio tienen que contemplar como referencia los valores reales del mercado, insisto, que los ganaderos lo único que quieren es mantener a salvo a sus ganaderías”, expresó Aguilar.
A las palabras de Aguilar, le siguieron los comentarios de República Checa y Rumanía, entre otros participantes, quienes se centraron en las indemnizaciones por el sacrificio y operación de animales, de los cuales pretendían averiguar si el coste del tratamiento lo cofinancia la Unión Europea o si es el ganadero quien debe costearlo de su bolsillo.
Cerraba el debate, de nuevo, Laszlo Kuster, que aseguró que esta discusión provenía de una disputa interna de España ya resuelta. Y reafirmaba que el papel de la Comisión es el de “instar a las autoridades pertinentes a que cumplan con las normas, y precisamente esto fue lo que hizo la Comisión en este caso y no es la primera vez que lo hacemos, pero por supuesto sin inmiscuirnos en los procedimientos nacionales o en los debates sobre todo cuando estos adquieren tintes políticos”. Y ha reconocido que España ha tomado medidas “eficaces y rápidas para garantizar el cumplimiento de las normas europeas”.
En cuanto a la financiación, Kuster ha explicado que pese a que existe una cofinanciación de la Unión Europea, varios Estados miembros han logrado erradicar la enfermedad sin hacer uso de ella por lo que ve “viable” que el resto de países lo hagan. También ha asegurado que esos fondos “se han ido reduciendo”, pero que los esfuerzos para acabar con la enfermedad deben persistir, sobre todo en aquellos países donde aún existen casos.