El virus del Nilo Occidental (VNO) es un patógeno zoonótico generalizado que pertenece a la familia Flaviviridae y puede afectar a animales salvajes, ganado y humanos. Los mosquitos Culex se consideran los principales vectores mundiales del VNO, mientras que las aves actúan como reservorios.
La mayoría de los mamíferos, incluidos los humanos, se consideran huéspedes sin salida porque desarrollan niveles bajos de viremia, lo que previene la infección por mosquitos cuando se alimentan de su sangre.
Las infecciones por VNO en humanos rara vez (<1 % de los casos) resultan en una enfermedad clínica, pero los síntomas de la infección pueden variar desde fiebre y mialgia hasta meningoencefalitis y muerte. Estos mismos síntomas se pueden detectar en los caballos, donde aproximadamente el 20 % de las infecciones por el VNO son sintomáticas con fiebre o signos neurológicos graves. Las tasas de mortalidad son de hasta el 30 % en caballos con enfermedad clínica, pero esta tasa puede alcanzar el 50 % en animales no vacunados.
El VNO se considera un patógeno reemergente en Europa, con una incidencia anual creciente pero muy variable. En España, la circulación local de VNO ha sido reportada desde 2003, principalmente en el sur de España, a través de la seroconversión de aves y caballos residentes en el país, y la detección del virus o su genoma en mosquitos y pájaros.
Varios factores climáticos se han asociado con la incidencia de VNO en Europa, como la elevación de la temperatura y las precipitaciones. Sin embargo, los estudios longitudinales que analizan la incidencia de VNO en relación con las condiciones climáticas son escasos en el mundo y ninguno se ha realizado en Europa.
Además, en los últimos años también están circulando en Europa otros flavivirus con potencial zoonótico. Uno de ellos es el virus Usutu (USUV), que se detectó por primera vez en Europa en Austria en 2001. En España se detectó el virus en mosquitos en 2006 y desde 2009 el virus ha sido reportado repetidamente en el suroeste de España en mosquitos. Si bien la mayoría de las infecciones en humanos son asintomáticas, en Europa se informa un número creciente de donaciones de sangre con USUV positivo y casos de encefalitis asociados a infecciones por el virus.
Con el objetivo de analizar la seroprevalencia de VNO y la aparición de anticuerpos USUV en sueros de caballos, un equipo de investigadores de la Estación Biológica de Doñana, Universidad de Granada y el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA) ha publicado recientemente un trabajo.
Los autores Sergio Magallanes, Francisco Llorente, María José Ruiz, Josué Martínez, Ramon Soriguer, Juan Calderon, Miguel Ángel Jiménez, Pilar Aguilera y Jordi Figuerola, recolectaron 2.102 muestras de sangre de 768 individuos (entre una y once muestras por individuo) durante un período de 16 años (2005-2020), en el entorno de Doñana.
COINCIDENCIA CON EL BROTE HUMANO EN 2020
Descubrieron que la prevalencia de anticuerpos contra el VNO varió entre años, con una seroprevalencia media de 8,1 % y con influjo estacional. Las condiciones climáticas, incluidas las temperaturas medias mínimas anuales y la media de días lluviosos por año, “se correlacionaron positivamente con la seroprevalencia del VNO, mientras que la precipitación anual se correlacionó de forma negativa”.
También detectaron la mayor incidencia de seroconversiones en 2020, coincidiendo con el brote humano que ocurrió ese año en el sur de España.
Asimismo, se detectaron anticuerpos específicos del virus Usutu en la población de caballos desde 2011. “El brote de VNO en humanos estuvo precedido por un largo período de circulación creciente de VNO entre caballos con una exposición muy alta en el año del brote”, indican.
Ante estos resultados, los autores consideran que “este estudio proporciona más evidencia de que el virus del Nilo Occidental es endémico en España desde hace mucho tiempo”.
Asimismo, la incidencia más alta de seroconversiones de VNO en caballos en 2020, superpuesta con el gran brote de la enfermedad en humanos, “destaca la idoneidad de los caballos salvajes como un modelo valioso para estudiar los factores ambientales que influyen en la circulación de VNO en la naturaleza”.
Por otro lado, a largo plazo (2005-2020), la temperatura y la precipitación fueron los factores ambientales más relacionados con la seroprevalencia de VNO en caballos. En consecuencia, “según los futuros escenarios de cambio climático, podemos esperar que la incidencia de virus en animales aumente en las próximas décadas”. Esto también puede implicar un mayor riesgo de contagio a los humanos, pero el impacto final en la salud humana “dependerá de la comprensión de los factores que modulan la intensidad del contagio de los animales salvajes a los humanos y nuestra capacidad para diseñar e implementar políticas de manejo efectivas para reducir la intensidad de infección por VNO en mosquitos y/o la exposición de humanos a mosquitos infectados”, concluyen.