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Recomiendan descartar B. canis en perros jóvenes que presenten cojera recurrente
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Recomiendan descartar B. canis en perros jóvenes que presenten cojera recurrente

Brucella canis es una bacteria con potencial zoonótico y que supone una amenaza emergente en Europa
Perro veterinario pata
Las anomalías de la marcha, el dolor de columna y la discoespondilitis fueron las anomalías clínicas más comunes.

Brucella canis es un patógeno bacteriano zoonótico que afecta a perros y que es notoriamente difícil de diagnosticar y tratar. Su naturaleza intracelular y varios mecanismos de evasión y multiplicación dentro del huésped están implicados en el fracaso del tratamiento o en la recaída de la infección.


En cuanto al tratamiento, no existe un protocolo antimicrobiano universalmente aceptado. Si bien se ha demostrado que la terapia antimicrobiana combinada es más eficaz que los protocolos de monoterapia, la combinación ideal de antimicrobianos y la duración del tratamiento necesarios para mitigar los signos clínicos y reducir el riesgo de recrudecimiento no se han definido adecuadamente.


Por otro lado, el diagnóstico estándar de referencia de B. canis se realiza mediante el aislamiento de la bacteria mediante cultivo. Sin embargo, debido a la excreción intermitente, las técnicas de detección de antígenos tienen poca sensibilidad.


En cambio, el diagnóstico inicial a menudo se realiza mediante ensayos serológicos de detección cualitativa, como el ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA), pero estos ensayos tienen poca especificidad.


Recientemente se ha desarrollado un nuevo ensayo de detección alternativo, el ensayo canino Brucella multiplex (CBM), un método que cuantifica simultáneamente los anticuerpos dirigidos contra 2 antígenos específicos de Brucella, BP26 y PO1. El ensayo CBM tiene la ventaja de que se produce con reactivos sintéticos que se fabrican de manera eficiente y brindan resultados cuantitativos.


En este sentido, en grupo de científicos de EEUU ha realizado un estudio con el objetivo de describir el diagnóstico, el tratamiento y el resultado clínico en perros tratados por infección por B. canis y evaluar el rendimiento del ensayo CBM para monitorear la respuesta al tratamiento en estos casos.


Para realizar el estudio, se revisaron los registros hospitalarios de perros que se sometieron a pruebas serológicas repetidas de B canis. Se solicitaron los registros para comparar las presentaciones clínicas y los resultados de los perros que se sometieron a tratamiento frente a la infección, y se compararon los cambios en los valores de anticuerpos CBM entre perros con y sin resolución de los signos clínicos.


Si bien los protocolos de tratamiento variaron en los 30 perros tratados que cumplieron con los criterios de inclusión, se prescribió terapia poliantimicrobiana en el 97 % (29/30) de los casos. Las anomalías de la marcha, el dolor de columna y la discoespondilitis fueron las anomalías clínicas más comunes.


También se encontró una diferencia significativa en el porcentaje de disminución en los valores de anticuerpos PO1 del ensayo CBM en perros con signos clínicos resueltos.


Ante estos resultados, los autores consideran que “los perros jóvenes que presenten cojera recurrente o dolor de espalda deben ser examinados para detectar una infección por B. canis”.


Además, “una disminución del 40 % en los valores del ensayo CBM de 2 a 6 meses después del tratamiento puede respaldar la efectividad de la terapia”.


No obstante, “se necesitan más estudios prospectivos para determinar el régimen de tratamiento ideal para B. canis y la magnitud de los riesgos para la salud pública asociados con el mantenimiento de animales infectados con el patógeno”.


ENFERMEDAD EMERGENTE EN EUROPA


Los países con una alta población de perros callejeros a menudo tienen una mayor incidencia de Brucella canis, ya que se transmite con mayor frecuencia a través del contacto reproductivo entre perros. En ciertos casos, los seres humanos también pueden ser contagiados de Brucella y, como consecuencia, padecer síntomas graves que requieran incluso hospitalización.


Aunque se sabe poco sobre la situación epidemiológica en Europa, la brucelosis es considerada una enfermedad emergente. En un estudio sobre la prevalencia de la enfermedad en perros de distintas regiones de Europa, como Italia, España, Francia o Dinamarca, se identificó anticuerpos de Brucella canis en el 5,4 % de las muestras enviadas.


Diferentes países europeos han mostrado su preocupación en las últimas fechas. En Reino Unido, las estadísticas revelan un preocupante aumento de los casos, ya que antes de 2020 solo había tres casos confirmados, sin embargo, desde principios de 2020 hasta finales de 2021, se identificaron un total de 87 perros positivos. Los países de origen fueron Rumania, Bosnia, Sudáfrica, Grecia, Afganistán y Bielorrusia, más un perro del Reino Unido que estuvo de vacaciones en el extranjero. Solo desde principios de 2022 se han detectado 20 casos, todos ellos importados, criados con perros importados o con antecedentes de viajes al extranjero.


Por ejemplo, el pasado agosto, se notificaba en el Reino Unido el primer caso humano de la enfermedad. La mujer contrajo la enfermedad de un pastor alemán importado de Bielorrusia, y fue obligada a sacrificar a todos los perros de su familia luego de la transmisión de la infección entre los animales.


BRUCELOSIS EN ESPAÑA


En España, dentro del 5,4 % de muestras positivas que se detectaron en el estudio europeo de prevalencia de la brucelosis, el 11,7 % procedían de España. No obstante, Antonio Arenas, catedrático de la Universidad de Córdoba y vicepresidente de la Asociación de Epidemiología y Medicina Preventiva Veterinaria, sostenía que “no existen motivos de alarma”, aunque incidió en la importancia de la prevención para evitar la propagación de enfermedades infecciosas como esta.


“Es difícil que esta enfermedad se dé en humanos, porque la brucelosis canina no se puede transmitir entre personas, el contagio siempre se da entre un perro y otro perro o entre un perro y una persona, aunque este último caso, como digo, es más raro”, explicaba el catedrático. “Lo importante, como en todas las zoonosis, es estar atento a los posibles casos y aislarlos enseguida para evitar su propagación”.


“Por ejemplo, si en una perrera hay una perra potencialmente infectada que va a dar a luz, es muy importante que, durante el parto, se encuentre totalmente aislada, porque todos los desechos del mismo, como la placenta, son altamente contaminantes, y si entran en contacto con otros animales, la enfermedad puede propagarse rápidamente”, matizaba el experto.


Además, los veterinarios aconsejan asegurarse de que cualquier perro importado de países donde esté presente la Brucella canis sea examinado aproximadamente un mes antes de la importación y, si es posible, deben ser esterilizados.

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