La resistencia a los antimicrobianos (RAM) y el aumento de bacterias multirresistentes se encuentran entre las amenazas más importantes para la salud pública en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, este problema está respaldado por la perspectiva One Health, debido a la capacidad de RAM para transmitirse entre animales y humanos que viven en el mismo entorno.
Durante los últimos años se ha visto un aumento progresivo en las tasas de resistencia a los antibióticos en bacterias aisladas de animales de compañía. Por ello, se puede propiciar la exposición de personas a bacterias resistentes de animales de compañía, como Enterobacterias productoras de betalactamasas de espectro extendido (ESBL) y carbapenemasas (CPE).
Han sido pocos los estudios que han evaluado la incidencia y los factores de riesgo asociados con la colonización por bacterias multirresistentes en perros. Un trabajo reciente, realizado en la Universidad Alfonso X El Sabio y el Hospital Universitario Ramón y Cajal, ha tenido como objetivo estimar la prevalencia, incidencia y factores de riesgo asociados a la colonización de ESBL y CPE en 44 pacientes caninos de un hospital veterinario. Se analizó la susceptibilidad antimicrobiana de cepas de Enterobacterias y se realizó la detección molecular de genes resistentes.
En el estudio se observó una incidencia de ESBL del 25 % y del 45,5 % al ingreso y al alta, respectivamente, en perros infectados por Enterobacterias. Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Citrobacter koseri y Morganella morganii fueron identificadas como especies bacterianas más habituales.
Se detectaron genes de resistencia para cepas productoras de ESBL. No se obtuvieron aislados de CPE. Asimismo, “la administración de corticoides previa a la hospitalización y la presencia de enfermedades concomitantes se asociaron con la colonización por estas bacterias en perros”, comentan.
Considerando que una cuarta parte de los pacientes evaluados estaban colonizados por ESBL, “los animales de compañía deben ser considerados como potenciales vehículos de transmisión y reservorios de ESBL para humanos”.
Asimismo, inciden en que “se debe tener especial cuidado en animales atendidos en hospitales veterinarios, ya que la duración de la estancia en el hospital podría aumentar los riesgos”.