La leishmaniasis es una enfermedad endémica en muchas regiones de España. Es causada por el parásito Leishmania spp., protozoos que se transmiten con mayor frecuencia por la picadura de flebótomos infectados con el parásito. La enfermedad tiene varias formas que van desde la leishmaniasis cutánea, que causa llagas en la piel, hasta la leishmaniasis visceral, que afecta los órganos internos y generalmente es fatal si no se trata.
En los países mediterráneos, como España, los perros se consideran el principal reservorio de Leishmania infantum (L. infantum), el agente causante de la enfermedad en el territorio nacional. La prevalencia de la leishmaniasis en perros en España oscila entre el 2 % y el 57,1 % dependiendo de la región geográfica, siendo Ourense, Lleida, Girona, Cáceres, Valencia, Alicante, Murcia y casi toda Andalucía las zonas de mayor seroprevalencia, llegando a superar en muchos casos el 17 % de perros positivos.
En el caso de Galicia, los datos de seroprevalencia de leishmaniasis canina determinan una tasa de perros positivos entre el 1,6 % hasta el 24,3 %. Recientemente, veterinarios de la zona costera del norte de Lugo han alertado del incremento de número de casos de animales positivos en las últimas semanas.
Para profundizar en este asunto, Diario Veterinario ha tenido la oportunidad de entrevistar a Germán Quintana, del Centro Veterinario A Marosa, con clínicas en Viveiro y Burela (Lugo), que declara que “en los últimos 30-60 días hemos diagnosticado 3 nuevos casos de leishmaniasis canina en la zona cuando en los últimos años veníamos diagnosticando 3-4 casos en todo el año”.
A este respecto, Quintana explica que “si bien no podemos concluir que el contagio haya tenido lugar aquí, lo cierto es que tenemos los vectores que pueden permitir la aparición de nuevos casos y eso es algo que nos preocupa”.
Teniendo en cuenta factores como el cambio climático y la globalización, “parece inevitable que nuestra región acabará sumándose a tantas otras donde se diagnostica con regularidad casos de leishmaniasis canina”, lamenta. Aunque dadas las condiciones climáticas de la región norte de Lugo, “es de esperar que en menor medida que en otras zonas”.
El responsable del centro confirma que los casos de leishmania hallados se limitan a perros, y que, “por ahora”, no han detectado casos en otras especies, como hurones o gatos.
¿ES NECESARIA MÁS FORMACIÓN?
A pesar de ser una región, al menos históricamente, donde la enfermedad era casi inexistente, Quintana y su equipo consideran que no se encuentran en un vacío formativo a la hora de afrontar los casos clínicos que se les han presentado.
“Hoy día es raro que, en cualquier congreso de medicina veterinaria, sea de la especialidad que sea (dermatología, inmunología, nefrología…), no haya alguna charla o ponencia sobre este parásito”, asegura.
Además, “disponemos de acceso, en muchos casos gratuito, a múltiples revistas y libros monográficos sobre el tema y contamos con el apoyo de cientos de compañeros con amplia experiencia en el tratamiento de canes con leishmaniasis y que nos sirven de apoyo cuando surge alguna duda”.
Por el contrario, Quintana sí que lamenta la falta de inversión en investigación, o el “desarrollo de nuevos tratamientos y terapias frente a estas y otras enfermedades”, ya que, según recuerda, “la leishmaniasis es considerada como una enfermedad zoonótica emergente en España”.
No obstante, apunta que “no debemos alarmar a la población, ya que la enfermedad humana es más leve que en perros. Este incremento de casos en perros debe servir como señal de alerta (sistema centinela) para las autoridades sanitarias y que estas tomen las medidas oportunas para reducir el riesgo en los animales y en las personas, especialmente en las más vulnerables (inmunodeprimidos, pacientes oncológicos…)”.
LA IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN
En cuanto a las causas que están dibujando el nuevo mapa de la leishmaniasis en España, el clínico apunta principalmente al factor humano. Por un lado, apunta al cambio climático que hace que los vectores que contribuyen a la transmisión de este parásito y de otras enfermedades puedan asentarse en regiones donde antes no les eran propicias. Por otro lado, “la globalización hace que el desplazamiento de personas y animales facilite la aparición de nuevos focos en zonas donde esta y otras enfermedades no habían sido detectadas con anterioridad”.
Ante la elevada prevalencia de la leishmaniasis en España, es de vital importancia realizar un diagnóstico precoz con el fin de determinar si el perro padece la enfermedad. Así se podrá proceder a la prevención (usando antiparasitarios y vacunando frente a la leishmaniasis) en el caso de que el resultado sea negativo; o al tratamiento, si, por el contrario, el diagnóstico de leishmaniasis canina es positivo.
Los veterinarios recomiendan que “todos los años debes acudir al veterinario para que le haga una analítica a tu perro, preferiblemente durante la época de invierno (de diciembre a marzo). Los animales afectados pueden tener recaídas, por lo que deben someterse a un control periódico y también a tratamientos recurrentes si es necesario”.
Un test confirmando un animal positivo en la clínica.
La prevención es básica en el control de la enfermedad. Es necesario evitar que los insectos piquen tanto a los animales portadores como a los no portadores. La vacunación está indicada para ayudar a los perros a luchar eficazmente frente a la leishmaniasis en caso de contactar con el parásito. Hoy en día existen vacunas frente a la leishmaniasis. Por ese motivo, se recomienda su uso en todos los perros mayores de 6 meses de edad que vivan en zonas endémicas.