Nadie hubiese imaginado que aquel 29 de octubre de 2024 la vida de miles de valencianos cambiaría para siempre con la llegada de la DANA.
La gota fría desafió al barranco del Poyo provocando su desbordamiento. Esta gran riada de agua y lodo afectó a un total de 75 municipios de Valencia, provocando la muerte de 224 personas. Tres, continúan desaparecidas cuatro meses después.
‘‘No creo que lo volvamos a ver, la riada le arrastró’’, relata Anny con tristeza refiriéndose a su perro Coco, al que describe como ‘’pura alegría’’.
La chica de 29 años y su familia han difundido en redes sociales la foto del perro con su número de teléfono en numerosas ocasiones, y le da un vuelco el corazón cada vez que alguien le habla al WhatsApp cuando encuentran un perro desaparecido del mismo color que Coco, negro.
Fue un milagro, pero la corriente del agua no pudo llevarse a su otra perra, Talía, que en ese momento estaba con Coco en su parcela de Alguemesí. Un vecino la rescató y gracias a él está sana y salva. ‘’La policía nos llamó porque tenían a Talía, un hombre del vecindario la vió ahogándose y se tiró a por ella’’, cuenta esta joven recordando lo vivido. ‘‘Por suerte aún existe gente buena’’.
A pesar de la desgracia, esta familia ha recibido una alegría en los últimos días. ‘‘La semana pasada apareció en el campo un gato al que le hemos puesto de nombre ‘Grinch’, no sabemos quién lo ha dejado ahí, pero ya le hemos adoptado y le llevaremos al veterinario’’, relata Anny con alegría, sin olvidar que el gato nunca reemplazara el vacío que ha dejado Coco.
Hasta tres meses después de esta gran riada, siguen apareciendo animales muertos ocultos bajo el lodo y en estado de putrefacción, problema que dificulta su identificación. Animales abandonados, que no son reclamados por nadie y si, además, no tienen chip, las probabilidades de que no aparezca su dueño son aún mayores. La única alternativa es la difusión por redes sociales.
Solo en explotaciones agrarias, la Consellería de Agricultura de la Generalitat Valenciana ha cifrado aproximadamente en 3.000 los animales muertos, y desde la Asociación Valenciana de Jóvenes Agricultores (AVA Asaja), hicieron una estimación a posteriori de 9.000, pero los animales de compañía muertos como perros o gatos no han sido contabilizados de forma oficial.
Aunque el fallecimiento de las personas y animales sea la mayor desgracia de la DANA, los daños materiales tienen un valor incalculable. Según el Ministerio de Economía del Gobierno de España, más de 100.00 vehículos han sufrido daños y alrededor de 55.000 viviendas han sido afectadas, además de comercios y empresas. Se estima que la factura de la DANA supera los 22.000 millones de euros, según la Generalitat Valenciana, desde el pequeño comercio hasta las carreteras, pasando por el gran impacto medioambiental.
Encontrar un coche en los cementerios de vehículos improvisados por la DANA es como ‘buscar una aguja en un pajar’, todos están apilados entre el lodo, y a la mayoría de ellos les faltan piezas o están abollados. Sin embargo, hay personas que intentan encontrarlos por todos los medios para que las aseguradoras les cubra los daños. ‘‘Estamos buscando mi coche porque el seguro nos pide una foto de la matrícula del vehículo para poder tramitar el parte’’, dice un joven en un cementerio de vehículos de Paiporta, sin quitar la vista a los coches amontonados con la esperanza de encontrar el suyo.
En cambio, hay otros afectados como José William que su vehículo ha pasado a segundo plano para enfocarse en buscar a su perro desaparecido en Alfafar (Valencia). El hombre sube cada día desde el 29 de octubre una publicación nueva a Facebook sobre Arus, un perro que necesita medicación cada ocho días.
El señor pregunta a cada persona que sube una foto de un perro negro a redes sociales, y se guía por el collar que llevaba Arus en el momento de la desaparición para su identificación.
‘’Mi esposa y yo lo estamos pasando muy mal, era nuestro niño de cuatro patas, tenía un coche y también se perdió, apareció a unos 500 metros de donde estaba aparcado y todavía no he ido a verlo, no tengo la cabeza para pensar en nada más que en Arus’’, concluye José.
El amor no tiene límites y hacia los animales tampoco, por eso, tras la DANA, el primer pensamiento de muchas personas ha sido el estado en el que se encuentran los animales. Carol es una de las voluntarias que ha gestionado desde Madrid, junto a otras personas la cuenta de instagram ‘animales_dana_valencia’, con el fin de que los dueños puedan encontrarse con sus mascotas en la mayor brevedad posible.
‘’La primera semana de la DANA tenía muchas ojeras, a lo mejor dormíamos cuatro horas al día como mucho y hacíamos turnos para que todas las horas estuvieran cubiertas, pensábamos que, tardando un minuto más en responder, un animal se podría perder del todo para siempre’’, explica Carol, una community manager que vive en Madrid y ha trabajado de forma voluntaria a través de la cuenta de Instagram ‘animales_dana_valencia’.
‘’A nosotros nos caracteriza que respondíamos las 24 horas al día y ver que tienes ayuda y te responden en esos momentos de desesperación ha sido el éxito de la página. Una mujer me habló porque quería buscar al perro de su hermana que había fallecido en la DANA, entonces también era una forma como de ayuda psicológica’’, explica Carol.
La cuenta fue creada por tres personas y han llegado a ser nueve voluntarias. Además, a través de las publicaciones han difundido alimentos o dinero que las protectoras necesitaban para atender a los animales afectados. Trabajar tantas horas sin descanso ha tenido su fruto y han recaudado un total de 50.000 euros por medio de crowfunding que repartirán a protectoras que no reciben ninguna ayuda económica por parte del Gobierno ni de la Generalitat valenciana.
El Gobierno aprobó un paquete de medidas de emergencia para hacer frente a la catástrofe que la DANA ha causado a su paso por Valencia. El real decreto ley incluye 110 medidas adicionales y una inversión de 3.765 millones de euros, entre ellas, una destinado a protectoras de animales de compañía extraviados y/o abandonados, una dotación de 390.000 euros que tienen como objetivo "reconstruir las infraestructuras de este tipo que han resultado dañadas en la DANA".
Una de las protectoras que no recibe ninguna subvención es la protectora Naturaleza y Animales de Pedralba, en Valencia, que además de ello, este año no recibe ninguna ayuda económica por parte del Ayuntamiento para las esterilizaciones de perros y gatos, especialmente gatos que viven en colonias callejeras.
‘’El día de la DANA solo se inundaron algunos cheniles del refugio, pero sin consecuencias graves, ninguno de los 30 perros resultaron heridos, lo que sí se han visto dañadas son las colonias felinas que había al lado del río, han desaparecido todas’’, explica Susana con tristeza.
La mujer de 63 años que tiene cuatro perros y cuatro gatos cuenta la angustia que vivieron los días posteriores a la DANA porque estuvieron varios días sin poder ir al refugio. ‘’Las carreteras desaparecieron y un vecino nos hizo el favor de alimentar a los animales durante dos días hasta que pudimos llegar’. Todo era devastador, era como si estuvieras en una guerra o un lugar desconocido, todo había quedado arrasado”, finaliza Susana.
Quince días después de la DANA, una de las voluntarias que colabora con el Colegio de Veterinarios de Valencia en la búsqueda de animales afectados, Inma, fue a leer el chip a un perro fallecido tras un aviso por Facebook.
El animal estaba tirado en el lodo, solo se podía observar que era negro por arriba del cuerpo porque el resto estaba pálido, le faltaban trozos de piel, y si te aproximabas, la boca estaba llena de larvas. Había pasado un mes y medio de la DANA y el perro seguía ahí tirado tras no haber logrado sobrevivir a la corriente del agua.
Perro fallecido encontrado entre el lodo en el polígono de Sedaví el día 16 de noviembre de 2024, 18 días después de la llegada de la DANA.
El collar no coincidía con ninguna de las publicaciones de perros desaparecidos que circulaban por las redes sociales, y lo peor de todo es que, aunque el perro tenía chip, los teléfonos no estaban actualizados. ‘‘Lo único que podemos hacer es llamar a la Conselleria de Valencia para que recojan el cadáver", relata la mujer.
La mayor satisfacción de los miembros de la cuenta es que su equipo de la cuenta de instagram ‘perros desaparecidos_riada_2024’ encontró al perro de Rubén e Izan en un garaje de Catarroja, pista clave para hallar los cuerpos de los niños que desaparecieron en Torrent, a 13 kilómetros del punto donde fueron encontrados.
La apertura de esta cuenta de Instagram comenzó con Nela, una perra de raza Braco de Weimar. Inma tiene dos perros de la misma raza y pertenece a un grupo de 220 familias de Valencia que tienen bracos. Una de las miembros del grupo, Celia, tenía a su perra en una residencia canina de Torrent, con la mala suerte que de que la riada llegó estando allí. ‘‘El agua arrasó la residencia y no quedó nada, los tres perros que había en ese momento se los llevó la corriente porque había olas de hasta siete metros’’, afirma Inma recordando a Nela a la que siguen buscando sin cesar.
Hoy en día, han cambiado el nombre de la cuenta para seguir buscando animales perdidos y se llama, ‘perros desaparecidos c. valenciana’’. Al principio, la cuenta acumuló 12.000 seguidores en escasos días.
Primrose es otra de las perras desafortunadas de la DANA. La perra estaba en la residencia canina de Torrent junto a Nela el fatídico 29 de octubre. Sus dueños se iban de viaje a Noruega y la dejaron ahí, ‘’ahora lo están pasando muy mal, la querían mucho’’, relata María José, una vecina de Primrose que la conocía del pipican (parque de perros) y que ayuda a sus dueños a encontrarla compartiendo cada día fotos del animal en redes sociales, ‘’la esperanza es lo último que se pierde’’.
El sporting de Benimaclet es un club de barrio con una actitud militante, que ha tomado la iniciativa de ceder su estadio como refugio a animales afectados tras el desbordamiento del barranco del Poyo.
Fátima era una de las coordinadoras del centro que se ocupaba de la recepción y revisión de los animales que llegaban al refugio. ‘’Los animales venían heridos, desubicados, sucios y sobre todo asustados’, comenta la chica de 31 años. ‘’Los heridos más leves que necesitaban curas básicas o puntos lo hacíamos en el centro, y los más graves los enviábamos al hospital. Una vez que los animales llegaban al campo de fútbol se le asignaba un padrino o madrina que se quedaba con los animales para acompañarlos a la revisión por parte de voluntarios veterinarios o un educador, todo ello antes de asignarle una casa de acogida’’, explica Fátima que es veterinaria de profesión, pero actualmente estudia farmacia debido a las condiciones precarias de los veterinarios.
Veterinarios o no, el sporting de Benimaclet recibió a cientos de voluntarios que lograron rescatar en escasos días a un total de 534 animales, de ellos 330 eran perros y 204 gatos. También, hubo espacio para exóticos como patos, tortugas, conejos o hurones.
Benimaclet facilitó que muchos animales se reencontraran rápido con sus familias. Sin embargo, otros nunca se llegaron a reencontrar y, otros tantos, acudían al campamento con sus mascotas con el fin de buscarles un refugio temporal mientras se recuperaban de las consecuencias de la DANA. Pero, lo más triste, era cuando los dueños iban esperanzados de encontrar allí a sus mascotas y ni estaban, ni habían pasado anteriormente por el refugio.
Del grupo de voluntarios que trabajaban en el campo de fútbol para atender a los animales afectados, ha surgido ‘XDANA’, un proyecto que recauda dinero para sufragar los gastos veterinarios de la DANA, dar animales en adopción, realizar desparasitaciones, vacunas y tener todos los documentos en regla.
Aunque no hay datos oficiales de organismos públicos, existen multitud de perfiles en redes sociales que han colaborado y continúan colaborando en la búsqueda de animales. Asimismo, existe una plataforma de búsqueda de animales perdidos durante la DANA de 2024, que tiene 527 registros de perros y gatos desaparecidos.
Torrent, Catarroja, Chiva o Paiporta, zona cero de la DANA, son los municipios donde más animales han desaparecido, en su mayoría perros. Estas zonas coinciden con las más afectadas por el temporal, donde se acumularon más de 250-300 litros por metro cuadrado, datos históricos de lluvia que no se registraban desde 1996.
Algunos voluntarios superan los límites de la solidaridad, y aparte de ir a Valencia a ayudar a los damnificados, han terminado su labor adoptando a un perro afectado por la DANA.
Un ejemplo es Alberto, un joven de 29 años, quien paralizó su rutina en Córdoba para marchar a Valencia a ayudar, incluso en dos ocasiones. ‘’La primera vez me fui cinco días y recaudé dinero por un grupo de WhatsApp para comprar máquinas Kärchers y repartirlas por los municipios afectados’’.
Además, el chico, ha hecho todo tipo de labores en la DANA, desde limpiar barro en calles, repartir alimentos básicos, bicicletas, herramientas, hasta ser taxista para otros voluntarios, ‘’durante 10 o 15 días publiqué mi teléfono personal en redes sociales para ayudar a gente de Valencia que se había quedado sin coche y lo necesitaba para desplazarse’’.
Lo que Alberto no se imaginaba es que volvería a su casa con un perro afectado de la DANA, con Amy, una alegría tras varios días en los que lo único que veían sus ojos era catástrofe.
Para la gestión de la adopción, contactó con Carol, una mujer que participaba como voluntaria en una cuenta de Instagram para difundir animales perdidos de la DANA. ‘’Yo dije que sí a Carol sin saber cómo era el animal, fue todo a ciegas, --cuenta Alberto--, que el único requisito que puso para la adopción era que no fuera muy mayor porque tiene un hijo de un año y quería que crecieran juntos. Me ha tocado la lotería, es súper bonita’’.
Amy fue adoptada por Alberto tras pasar unos días ayudando como voluntario en los municipios afectados.
La perra de año y medio de edad tenía mucho sarro en los dientes y estaba bastante desaliñada. Por estos signos, Alberto entendió que la perra no estaba abandonada, pero habría estado en algún campo descuidada.
Ahora, Amy disfruta de su nuevo hogar con Alberto, su pareja y su hijo en Córdoba, nunca más se quedará sola, y con ella, Alberto tendrá un recuerdo especial de sus días de voluntariado en Valencia.
El joven volvió a su ciudad, pero quiere seguir ayudando a los valencianos, y va a participar en una asociación, ‘Lagartija’, cuyo objetivo es almacenar muebles en una nave de Catarroja y repartirlos posteriormente a los vecinos de Valencia cuyos enseres han sido perjudicados.
Vanesa y Desi han colaborado desde Valencia en la búsqueda de animales perdidos en la DANA, pero sobre todo se han dedicado a tiempo completo a la búsqueda de su perra Sofi. ‘’Nos compramos una parcela hace poco en Quart de Poblet y estábamos poniendo vallado cuando vino la DANA y lo derrumbó todo, Sofi estaba allí y aún no la hemos encontrado’’, cuenta Vanesa.
Sofi.
Sofi, de raza podenco, apareció de la nada mientras los obreros trabajaban. “Sofi vino de regalo con la parcela”, apunta Vanessa. El animal tenía ya preparada la caseta que le habían comprado para comenzar una vida lejos del abandono y el miedo, cuando llegó la gran riada.
Un mes con Sofi les ha sido más que suficiente a Vanessa y Desi para no cesar en su búsqueda, han entrado en zonas peligrosas, han hecho guardias nocturnas y diurnas e incluso se han comprado dos quads para acceder a lugares inaccesibles a pie. ‘’Nos hemos metido en sitios con barro hasta la rodilla”, recuerda Vanessa refiriéndose a los días posteriores a la gota fría.
Aunque es prácticamente imposible que Sofi vuelva, la vida les ha dado una segunda oportunidad para tener un nuevo perro, esta vez no se llama Sofi, se llama Blanqui, y tanto Desi como Vanessa la han salvado llevándola a su hogar, junto a sus seis perros, todos adoptados.
“Un día vimos una publicación en Facebook sobre una perra embarazada en Picassent, que además estaba enferma, hicimos una donación para cubrir parte de sus gastos veterinarios en el hospital y al verla en persona nos enamoramos de ella’’, afirma Vanessa.
Tras su recuperación, la pareja acogió a Blanqui en su casa con el objetivo de adoptarla a corto plazo. Esta era la séptima vez que la pareja ofrecía una nueva vida a un animal abandonado.
La DANA del 29 de octubre de 2024 a su paso por Valencia no solo se ha cobrado la vida de 224 personas, miles de animales han fallecido arrastrados por la corriente de agua, y otros muchos, han quedado malheridos sin comprender lo que sucedía ni siquiera dónde estaban sus dueños.
Públicamente nadie ha hablado de ellos, ningún organismo público ha recabado cifras oficiales y casi ningún medio de comunicación les ha dado voz, únicamente los voluntarios. Pero, no hay que olvidar que al igual que ellos participan como un miembro más junto a los equipos de rescate y búsqueda de desaparecidos, ellos también merecen ser buscados y por consiguiente, recordados como parte de esta catástrofe.