Un veterinario español participa en el primer metaanálisis de la resistencia antibiótica en fauna silvestre

El descubrimiento de los antimicrobianos fue un punto de inflexión fundamental en la historia de la humanidad, reduciendo significativamente la mortalidad asociada a infecciones bacterianas y transformando por completo el tratamiento y manejo de enfermedades tanto en medicina humana como veterinaria. Desafortunadamente, este cambio revolucionario ha estado acompañado de la aparición de bacterias resistentes a los antimicrobianos (BRA), que son bacterias que sobreviven y se multiplican en presencia de concentraciones de antimicrobianos capaces de inhibir o eliminar microorganismos de la misma especie. Aunque la resistencia a los antimicrobianos (RA) se considera un fenómeno natural, está estrechamente vinculada al uso inadecuado de antimicrobianos tanto en medicina humana como veterinaria, malas prácticas de higiene y falta de estrategias en políticas de prevención y control de infecciones.

La propagación de BRA en el medio ambiente proviene principalmente de fuentes antrópicas, lo que requiere un enfoque integrador de Una Salud que incluya a los seres humanos, los animales domésticos, la vida silvestre, las plantas y el medio ambiente para comprender y abordar este desafío. Esta propagación no solo es un ejemplo emblemático del impacto antropogénico, sino que también supone una preocupación ambiental y de salud pública y veterinaria humana. El Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC) estimó en 35.000 el número de muertes humanas en Europa atribuibles a infecciones relacionadas con BRA en 2020. Esta grave amenaza ha impulsado la implementación de programas de vigilancia, que proporcionan una herramienta para evaluar el problema a nivel mundial, monitorear su evolución a lo largo del tiempo y evaluar la eficacia de las medidas de control.

Desde una perspectiva veterinaria, la mayoría de los programas de vigilancia se centran en bacterias consideradas indicadores de resistencia (es decir, Escherichia coli y Enterococcus spp.) o aislamientos bacterianos zoonóticos (es decir, Salmonella enterica y Campylobacter spp.), investigados principalmente en relación con la producción animal de alimentos.

La vida silvestre ha sido descrita previamente como portadora, reservorio o indicadora de BRA en el medio ambiente. La adquisición de bacterias resistentes a los antimicrobianos antropogénicas por la vida silvestre puede ocurrir a través del contacto con el ganado, pero el aumento de la abundancia de poblaciones de vida silvestre en toda Europa y la antropización y urbanización mundial de especies de vida silvestre crean nuevas interfaces entre humanos y vida silvestre. 

Primer metaanálisis de la resistencia antibiótica en fauna silvestre

En una revisión internacional, en la que ha participado Jorge Ramón López Olvera de la Universidad Autónoma de Barcelona, los autores han querido recopilar y describir los datos disponibles sobre la prevalencia de BRA en mamíferos salvajes en libertad, para identificar los impulsores globales transversales de la adquisición de BRA en la vida silvestre y su papel potencial en la dinámica de transmisión. Específicamente, la revisión tiene como objetivo recopilar estudios realizados en especies de mamíferos a nivel mundial, con datos sobre bacterias del orden Enterobacterales y los géneros Enterococcus, Campylobacter y Staphylococcus. Este análisis también debería permitir detectar posibles deficiencias y lagunas actualmente existentes en el conocimiento, así como proporcionar nueva información para mejorar la vigilancia y el monitoreo de BRA en la vida silvestre.

De 5052 documentos recopilados, se examinaron 3795 y, finalmente, se incluyeron en el metanálisis 139 estudios sobre resistencia a los antimicrobianos en mamíferos salvajes en libertad. Los estudios abarcaron 37 países, en su mayoría europeos. Los tres países más representados fueron Italia (n = 20/139, 14,4 %), Portugal (n = 19/139, 13,6 %) y España (n = 19/139, 13,6 %).

El jabalí fue la especie de mamífero salvaje más investigada

Las especies bacterianas más frecuentemente halladas fueron Enterobacterales Escherichia coli y Salmonella spp., así como Campylobacter spp., principalmente en el orden Artiodactyla y específicamente en las familias Suidae y Cervidae. El jabalí (n = 40/139, 28,8 %) fue la especie de mamífero salvaje más investigada, seguido por el ciervo y el conejo europeo.

Se encontraron prevalencias bajas a moderadas de resistencia a los antimicrobianos en todos los continentes, países, bacterias, taxones hospedadores y antimicrobianos incluidos en el metanálisis, incluso para antimicrobianos de importancia crítica según la definición de la Organización Mundial de la Salud, con valores más altos en África y Asia, en carnívoros y en especies animales con alta adaptabilidad a diversos hábitats.

“La frecuencia de RA en Enterobacterales varió de 0 a 18 % dependiendo de la clase de antimicrobiano, siendo mayor para penicilinas (18 %), tetraciclinas (14 %), sulfonamidas (12 %) y aminoglucósidos (10 %), y menor para anfenicoles (2 %) y polimixinas (1 %)”, exponen.

Por otro lado, respecto al recurso trófico, la prevalencia de aislamientos de Enterobacterales resistentes a penicilinas (18 %), inhibidores resistentes a betalactamasas-betalactamasas (10 %) y carbapenémicos (6 %) fue más alta en omnívoros. La resistencia a tetraciclinas (31 %), quinolonas (18 %), aminoglucósidos (17 %), cefalosporinas de tercera/cuarta/quinta generación (14 %), fluoroquinolonas (10 %) y combinaciones de trimetoprima-sulfonamida (10 %) fueron más prevalentes en carnívoros. 

Resistencia a los antimicrobianos generalizada y variable

Este metanálisis demostró que la resistencia a los antimicrobianos en los mamíferos salvajes “es generalizada y variable según la taxonomía, la fuente trófica y la ubicación geográfica”. El trabajo destacó lagunas metodológicas que deben abordarse para mejorar la interpretación y las conclusiones obtenidas a partir de los datos.

“Hasta donde sabemos, este artículo representa el primer metanálisis sobre la resistencia a los antimicrobianos en mamíferos salvajes en libertad, capaz de proporcionar nuevos datos sobre la prevalencia global general”, han explicado.

Los análisis genéticos sobre la resistencia a los antimicrobianos y los datos ecológicos de las poblaciones deberían incluirse en los análisis futuros para lograr una metodología estandarizada y superar las limitaciones actuales. Hasta la fecha, la fauna silvestre “parece ser un indicador ambiental de la resistencia a los antimicrobianos y debería incluirse en los planes de vigilancia de la resistencia a los antimicrobianos no solo por su función de centinela, sino también para controlar la posible propagación de la enfermedad al ganado o a los seres humanos”.

En conclusión, “este trabajo ha recopilado datos de prevalencia de RA en mamíferos silvestres en libertad, revelando valores heterogéneos”. Se encontró que los valores de resistencia eran más altos en África y Asia, en carnívoros y en especies animales adaptables a hábitats con diferente presión antrópica. Los hallazgos resaltan “las deficiencias metodológicas en estudios previos y brindan información importante para mejorar y desarrollar más investigaciones sobre bacterias resistentes a los antimicrobianos en la vida silvestre y el medio ambiente”. Sin embargo, también subrayan la importancia de estandarizar los protocolos de investigación y sugieren definir y caracterizar mejor las poblaciones de vida silvestre en diferentes entornos ambientales para incluirlas en los sistemas de vigilancia y monitoreo de BRA.