Desde julio de 2024 hasta mediados de enero de 2025, Europa ha registrado 341 focos de influenza aviar en aves de corral y 684 en aves no de corral, incluidas las silvestres. En España, los casos detectados en aves silvestres y la proximidad de brotes en países vecinos como Francia y Portugal han llevado al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) a elevar el nivel de riesgo a alto.
Este aumento de casos coincide con las condiciones invernales, que favorecen la supervivencia del virus y aumentan la posibilidad de transmisión a través de aves migratorias. Según el modelo de evaluación del MAPA, las zonas del centro y norte de España presentan mayor vulnerabilidad.
A partir del 20 de enero, se activará la Orden APA/2442/2006 en zonas clasificadas como de especial riesgo. Estas medidas tienen como objetivo principal prevenir la incursión y propagación del virus en explotaciones avícolas. Entre las restricciones destacan:
Prohibición de criar aves al aire libre: Aunque en casos excepcionales se permitirá bajo estrictas condiciones, como la instalación de telas pajareras y el aislamiento de alimentos y agua de fuentes externas.
Control del agua utilizada: Queda prohibido el uso de agua de depósitos accesibles a aves silvestres, salvo que sea tratada previamente para eliminar posibles patógenos.
Separación de especies: No se permitirá la cría conjunta de patos y gansos con otras aves de corral, reduciendo el riesgo de contagio cruzado.
Suspensión de concentraciones de aves: Incluye certámenes, exhibiciones y celebraciones culturales. Estas actividades podrán autorizarse solo tras una evaluación de riesgo favorable.
Para los ganaderos de estas zonas, cumplir con estas normas será esencial para evitar la transmisión en sus explotaciones y prevenir sanciones por incumplimiento.
En las áreas clasificadas como de especial vigilancia, también se aplicarán restricciones para reforzar la bioseguridad. Aunque las medidas son menos estrictas que en las zonas de especial riesgo, destacan las siguientes:
Las autoridades autonómicas desempeñarán un papel clave en la difusión de estas normas y en la supervisión de su cumplimiento.
La bioseguridad es la herramienta más eficaz para proteger a las aves de corral frente a la influenza aviar. Algunas recomendaciones para los ganaderos incluyen:
Apoyo y colaboración.
La declaración de riesgo alto por influenza aviar subraya la importancia de la cooperación entre ganaderos, administraciones y veterinarios para evitar la propagación de la enfermedad.
Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos resalta la importancia de estas medidas, pero también advierte sobre las dificultades que enfrentan los ganaderos para implementar algunas de ellas, especialmente en explotaciones pequeñas o en sistemas de producción extensiva. En palabras de la organización, "es imprescindible que estas restricciones vengan acompañadas de un apoyo económico y técnico adecuado para garantizar su aplicación sin comprometer la viabilidad de las explotaciones".
Asimismo, se insiste en la necesidad de intensificar la vigilancia epidemiológica y de establecer planes de compensación rápida para los ganaderos afectados por posibles brotes.