La Junta de Andalucía ha informado de la detección de un caso de fiebre del Nilo Occidental (FNO) en un ave silvestre en Cádiz.
Concretamente, se ha detectado en el municipio de Puerto Real. Este caso es el primero de 2025, según recoge el Ministerio de Agricultura.
En 2024 hubo un total de 83 focos.
Recientemente, la Consejería de Salud y Consumo, a través de la Secretaría General de Salud Pública e I+D+i en Salud, anunció que subvencionará dos proyectos de investigación no competitivos basados en leishmaniosis y el virus del Nilo, con un presupuesto de 125.000 euros.
La convocatoria no competitiva fue publicada el pasado 14 de octubre de 2024 y, tras la valoración de las solicitudes presentadas, se financian dos proyectos de investigación en el área de salud convocada (zoonosis y riesgos emergentes) con un presupuesto total de 125.000 euros en los próximos dos años.
El del virus del Nilo, denominado 'Westinlealert', tiene un presupuesto de 60.000 euros y también lo ejecuta Fibico en la Unidad de Investigación Competitiva en Zoonosis y Enfermedades Emergentes (Enzoem), donde se evaluará el papel de las aves en la ecoepidemiología del virus del Nilo Occidental en Andalucía, mediante el desarrollo de una herramienta de alerta temprana para predecir la aparición de brotes. Los responsables de la dirección de este proyecto son María de los Ángeles Risalde Moya e Ignacio García Bocanegra, que acreditan una amplia trayectoria investigadora en el estudio de este virus.
La fiebre del Nilo Occidental es una zoonosis que se transmite entre las aves a través de la picadura de mosquitos del género Culex infectados por el virus. Los humanos y otros mamíferos, como los équidos, pueden infectarse de forma accidental actuando de fondo de saco epidemiológico, lo que significa que no transmiten la enfermedad al no desarrollar la viremia suficiente como para que otros vectores (mosquitos) adquieran el virus y puedan seguir transmitiéndolo.
Aunque el 80 % de los casos de infecciones en humanos son asintomáticos, las personas mayores e inmunocomprometidos son más sensibles a desarrollar la enfermedad. Garantizar y mantener las medidas preventivas en las zonas de mayor riesgo es fundamental a la hora de evitar la proliferación de vectores y evitar las picaduras de los mosquitos en las horas de mayor actividad, como son las horas cercanas al amanecer y al atardecer.