Incluso después de décadas de intervenciones y mejoras, el sector lácteo mundial todavía enfrenta pérdidas sustanciales debido a la mastitis bovina.
La última estimación, que destaca el potencial de mejora, ha previsto pérdidas globales de aproximadamente 13 mil millones de dólares por mastitis clínica. Además, una vaca lechera con mastitis subclínica o clínica compromete innecesariamente el medio ambiente con mayores emisiones. Este impacto negativo adicional es de creciente importancia debido al enfoque significativo en la producción de leche en el debate climático global.
Por lo tanto, la mastitis bovina aún presenta muchos desafíos que deben abordarse si el sector lácteo quiere satisfacer la demanda de leche de calidad, reducir el consumo de antimicrobianos y trabajar para mejorar la sostenibilidad climática. La reducción es importante porque el 80 % de los antimicrobianos se utilizan en animales lecheros, por ello, el tratamiento dirigido a la mastitis clínica tiene una importancia creciente para el consumo de antimicrobianos.
Hasta la fecha, la investigación se ha centrado principalmente en el patógeno como factor vital para la mastitis. Los patógenos que causan mastitis pueden ser contagiosos o ambientales por naturaleza, pero también tienen una dinámica de infección intramamaria similar. Sin embargo, la característica común es que conducen a una pérdida en la producción de leche. Además, los ganaderos han pasado de centrarse en animales individuales a un enfoque más orientado al rebaño.
Así, se han realizado investigaciones exhaustivas sobre los factores de riesgo relacionados con la mastitis y la salud de la ubre durante varias etapas de la lactancia, pero se ha prestado poca atención a la gestión de los empleados.
Los turnos de trabajo largos en la sala de ordeño pueden generar una baja satisfacción laboral y un mayor riesgo de rotación de personal, lo que puede afectar negativamente la calidad del trabajo.
Si bien los productores lecheros han sido conscientes del creciente énfasis en la gestión de los recursos humanos durante años, todavía hay una falta de información integral sobre este tema por parte de los servicios de investigación y extensión.
La expansión regular se suma a los desafíos causados por el aumento del tamaño de los rebaños, donde los propietarios consideran la creciente fuerza laboral como el aspecto más exigente del proceso de crecimiento por la incorporación de más animales.
Una parte fundamental de la gestión de recursos humanos para mejorar la rentabilidad de las granjas lecheras es la comunicación verbal y escrita, y la capacitación práctica en las áreas centrales de la producción lechera, como la calidad de la leche. Muchos de los proveedores de una granja lechera suelen proporcionar un procedimiento operativo estándar genérico, se desarrollan como “una talla para todos” y, por lo tanto, se deben evitar. Por el contrario, un procedimiento operativo estándar específico para el rebaño, desarrollado y diseñado para un rebaño específico, basado en principios basados en evidencia, es el enfoque apropiado para implementar los procedimientos operativos.
En este sentido, los productores lecheros se enfrentan a un dilema cada vez mayor. Pasan más tiempo gestionando a los empleados, y los empleados gestionan a las vacas. Por lo tanto, el productor lechero debe ser experto en el manejo tanto de personas como de vacas.
Motivados por estos desafíos a los que se enfrentan los productores lecheros, y para investigar el impacto de la gestión de los empleados en la salud de la ubre, investigadores europeos realizaron un estudio sobre los niveles de educación y cómo se proporciona la capacitación en los rebaños lecheros, para explorar la asociación entre las variables explicativas, el nivel educativo, las sesiones de capacitación, el método de capacitación y la instrucción laboral, y las variables dependientes del recuento de células somáticas en el tanque de ordeño (BTSCC, por sus siglas en inglés), y el riesgo de nuevas infecciones a nivel de rebaño.
Los autores esperaron encontrar una asociación negativa tanto entre BTSCC y el riesgo de nuevas infecciones, como en las granjas lecheras donde los empleados eran personal educado capacitado utilizando procedimientos operativos estándar (SOP, por sus siglas en inglés).
El método de investigación de la gestión de los empleados, y el impacto de la gestión de los empleados en la salud de la ubre, fue la realización de un estudio de 88 granjas lecheras danesas con empleados contratados y sistemas de ordeño rotatorio o de sala de ordeño. Los tamaños de rebaño oscilaban entre 105 y 1.291 vacas y un promedio de 326 vacas lecheras, mientras que el número de empleados a tiempo completo asignados a las vacas lecheras oscilaba entre uno y veintiuno.
Se desarrolló un cuestionario basado en entrevistas sobre la gestión de los recursos humanos de los productores lecheros individuales. Los resultados que encontraron al analizar las asociaciones entre la variable dependiente BTSCC y la gestión de los empleados, utilizando un modelo de regresión, fue que proporcionar un procedimiento operativo estándar genérico se asoció con un aumento de 21.600 células/mL en el recuento de células somáticas en el tanque de ordeño, con estimaciones en el rango (507; 42.674 células/mL).
Por el contrario, descubrieron que hubo una reducción del 0,16 % en el riesgo de nueva infección si la capacitación se basó en un SOP específico del rebaño y empleados capacitados. Asimismo, identificaron un aumento del 0,15 % en el riesgo de nueva infección en rebaños donde los procedimientos operativos estándar estaban disponibles, pero no incorporados, siendo “ambos resultados modestos pero significativos”.
También pudieron hallar una reducción del 0,02 % en el riesgo de nueva infección cuando la granja lechera utilizó empleados capacitados. Estos resultados, para los autores, subrayan la importancia de combinar los conocimientos básicos con la implementación de procedimientos operativos estándar en los programas de capacitación para optimizar los protocolos de ordeño.
A modo de resumen, los investigadores consideran que las granjas con empleados capacitados por un SOP logran el menor riesgo de nueva infección, pero la educación no tiene impacto en el recuento de células somáticas en el tanque de ordeño.