Gracias a la IA, en la clínica “puedo estar ahorrando entre dos y tres horas diarias de trabajo”

No hace mucho, los últimos avances en inteligencia artificial (IA) eran evidentes fundamentalmente para los expertos que seguían de cerca los artículos de investigación y presentaciones de conferencias más actualizadas. Sin embargo, en 2022, la IA irrumpió de forma general en la conciencia pública. Además, la inteligencia artificial se ha transferido a un formato con el que es muy fácil de interactuar: un chat.

En medicina veterinaria, la inteligencia artificial tiene la capacidad de cumplir diversas funciones en la práctica clínica, transformando la prestación de la atención veterinaria y mejorando los resultados para los animales.

Asimismo, la aplicación de la IA en salud animal facilita el manejo de temas altamente complejos, como la epidemiología cuantitativa y predictiva, la terapéutica basada en la precisión para animales y humanos, y las interacciones huésped-patógeno. 

En definitiva, la IA puede contribuir al diagnóstico de enfermedades, al diagnóstico preciso con errores mínimos o a la comprensión de interacciones biológicas complejas, entre otros. Pero, ¿se puede aplicar eficazmente en el día a día de un veterinario? ¿Cómo está de desarrollada en el campo de la medicina veterinaria?

LA IA EN MEDICINA VETERINARIA

Para resolver estas y otras preguntas, ha participado en un nuevo capítulo del podcast de Diario Veterinario Germán Quintana, veterinario y gerente en el Centro Veterinario Policlínico A Marosa y director técnico de proyectos de IA en Medicina Veterinaria en Mascoverso. También dirige un curso integral de IA aplicado al sector veterinario promovido por Emprevet, entre otros proyectos.

Quintana se define como un veterinario multidisciplinario con más de 18 años de experiencia, especializado en la integración de tecnologías de vanguardia en la práctica veterinaria, y pionero en la aplicación de la inteligencia artificial para mejorar la gestión y eficiencia en clínicas veterinarias. 

El experto comienza la charla explicando sus primeros pasos en la toma de contacto con las inteligencias artificiales y la situación actual de este tipo de tecnologías. Así, comenta que, en la actualidad, la integración de estos sistemas en el sector veterinario “está en pañales”, y matiza que a partir del año que viene “empezará a consolidarse” en las clínicas veterinarias para su uso diario. 

Quintana ha continuado la entrevista exponiendo los puntos en los que utiliza la inteligencia artificial. Así, ha expuesto varios casos en los que estas tecnologías le resultan útiles. Por ejemplo, para cambiar el formato de un informe médico para que resulte más fácil de comprender a un cliente sin conocimientos técnicos, a la hora de traducir textos, o para detectar errores gramaticales. Igualmente lo utiliza en la revisión de contratos, para buscar “la letra pequeña”. Del mismo modo, a nivel clínico, comenta que puede ser útil a la hora de hacer un recuento en un frotis sanguíneo. 

No obstante, el avance más destacado para él es el desarrolló AlphaFold, un modelo capaz de predecir el plegamiento de proteínas, algo que puede sonar técnico, pero que “tiene implicaciones enormes”, como el desarrollo de nuevos fármacos. 

IMPACTO DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA CLÍNICA VETERINARIA

Sobre el impacto de las inteligencias artificiales en el día a día, ha comentado que, en la parte clínica, “puedo estar ahorrando entre dos y tres horas diarias de trabajo”. 

El experto ha brindado una serie de consejos para todos aquellos veterinarios que quieran implementar las inteligencias artificiales en sus rutinas laborales, dependiendo del tipo de trabajo, ya sea de investigación o de clínica. 

No obstante, a pesar de las bondades de estos sistemas, onfiesa que “me da personalmente miedo gente que no quiera aprender y quiera delegar en la inteligencia artificial”, ya que estas tecnologías "deben ser siempre supervisadas".

EJEMPLOS DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL 

Quintana ha aprovechado la entrevista para comentar algunos modelos de inteligencia artificial que pueden ayudar al clínico en su labor, como el diagnóstico de masas cutáneas para conocer el comportamiento maligno o benigno, o la identificación de signos de dolor en las mascotas.

Por último, para concluir, recomienda a los futuros veterinarios “subirse lo antes posible” a este tren, y aprovechen para que las nuevas tecnologías “les ayuden a hacerlo mejor” y ser “más eficientes”.