Tras la noticia publicada en Diario Veterinario de una condena a un veterinario por no trasladar a una clienta por escrito el consentimiento informado con los riesgos de una operación, me gustaría dar algunas claves para evitar esta situación ante posibles reclamaciones por parte de los tutores.
Existe una tendencia clara hacia un aumento en el número de reclamaciones por parte de los tutores hacia los veterinarios.
Y esto nos empuja a incrementar la calidad asistencial de nuestros servicios dentro del centro veterinario, y entre estos servicios, se encuentra el proceso de información.
Es importante comprender que el consentimiento informado escrito es un proceso de información, más allá de un documento escrito que sirve como prueba de haber realizado un adecuado proceso de información.
Como veterinarios, debemos explicar en un lenguaje comprensible a los tutores qué procedimiento vamos a realizar en su animal de compañía, qué objetivo perseguimos con ello, qué resultados podemos esperar, siempre evitando dar garantías de resultados, y los riesgos que se asumen al realizar el procedimiento, desde los más habituales y menos graves como pueden ser dehiscencia de suturas o infecciones del sitio quirúrgico hasta las más graves como el fallecimiento del animal.
En caso de no informar de forma adecuada, la familia del animal no asume lo que pueda ocurrir. Además, que la mayoría de reclamaciones que evalúan son resultado de un fallo de comunicación con la familia y que muchas de estas reclamaciones se podrían haber evitado dedicando un tiempo a explicar a la familia los riesgos y complicaciones que cabe esperar, aunque en muchas ocasiones estos sean extraordinarios o mínimos.
Para cumplir los requisitos mínimos debemos incluir nombre, apellidos y colegiado del veterinario que realiza este proceso de información. Debemos hacer constar el procedimiento que se va a realizar, los riesgos generales (al menos) y posibles complicaciones.
Y este consentimiento debe quedar por escrito, no siendo suficiente llevarlo a cabo de forma verbal en procedimientos quirúrgicos o anestésicos que conlleven riesgo.
Para poder ayudar a todos los veterinarios que lo necesiten, dejo a disposición de quien quiera realizar un documento más elaborado y preciso, un ejemplo que atiende a todas las necesidades que deben incluirse en el consentimiento informado por escrito.
Puede consultarlo en este enlace.