Un controvertido tiburón ballena robot exhibido en un acuario abre debate en torno al bienestar animal

Después de cinco años de renovación, el Xiaomeisha Sea World de Shenzhen finalmente abrió sus puertas al público. Pero el parque marino pronto se convirtió en objeto de debate internacional cuando se reveló que el tiburón ballena real que anunciaban era en realidad un robot.

De hecho, los visitantes comprobaron que el tiburón ballena era el primer tiburón ballena robótico inteligente: pesaba 350 kilogramos, podía nadar y moverse por el tanque y su precio era de millones de yuanes chinos. A pesar de esta notable tecnología, los visitantes no quedaron impresionados con la naturaleza artificial del tiburón.

Desde entonces, el acuario ha publicado una declaración pública argumentando que este tiburón ballena fue utilizado debido a que el comercio de tiburones ballena vivos está prohibido en China y, como tal, no podían tener un espécimen vivo dentro de su acuario.

Esto viene después de otras tergiversaciones controvertidas recientes de la vida silvestre en cautiverio, como la de un zoológico de Shanwei de que sus pandas eran simplemente perros pintados.

Sin embargo, el uso de este robot ayuda a continuar importantes debates en torno a la naturaleza en peligro de extinción de esta especie de megafauna, así como al problema más amplio del bienestar animal en los acuarios.

¿POR QUÉ ESTÁN PROTEGIDOS LOS TIBURONES BALLENA?

La primera pregunta que plantea el robot tiburón ballena es: ¿por qué existe esta prohibición?

Los tiburones ballena (Rhincodon typus) son la especie de pez más grande del mundo, con un tamaño máximo registrado de dieciocho metros de longitud total.

Se trata de una megafauna migratoria que se puede encontrar en climas más cálidos y más cerca del Ecuador; la evidencia sugiere que las poblaciones de tiburones ballena están en declive.

Los tiburones ballena están catalogados como especie en peligro de extinción y su disminución es un problema multifacético. Se ven afectados por colisiones con barcos, capturas incidentales, cambio climático, minería, pesca ilegal de su carne y como un pequeño componente del tráfico de aletas de tiburón.

Además, los tiburones ballena tienen una madurez tardía y tasas de crecimiento lentas, lo que significa que la recuperación de la población llevaría un período prolongado de tiempo. Como resultado de esto, los tiburones ballena están protegidos, están catalogados como una especie del apéndice 2 de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas, lo que significa que su comercio debe estar regulado.

Además, muchos países prohíben la pesca y el comercio de la especie y sus componentes, como Indonesia, Mozambique e India.

BIENESTAR ANIMAL

La aparición del tiburón ballena robótico también contribuye al diálogo en curso sobre cuestiones de bienestar animal en los acuarios. Desde principios de la década de 2000, ha habido una creciente conciencia pública sobre las cuestiones de bienestar animal, lo que ha dado lugar a que algunos parques evalúen el tratamiento de las especies en estas exhibiciones.

La criminología verde explora estas preocupaciones al considerar posibles infracciones a la legislación penal y regulatoria, pero también daños más amplios a estas especies que actualmente no están cubiertos por la ley.

Documentales como Blackfish (2013) han ayudado a exponer la realidad de las malas condiciones y el maltrato que reciben los animales, como por ejemplo las orcas en los parques marinos de Estados Unidos. Aunque existen críticas válidas y problemas de bienestar con las orcas en cautiverio, se han dado algunos pasos positivos, como la Ley de Protección de las Orcas de California .

A pesar de esto, la evidencia mundial sugiere que el daño físico y psicológico a los animales en esta industria de exhibición sigue siendo algo común. Ejemplos como la muerte de ballenas beluga en parques marinos canadienses, el supuesto abuso animal en el zoológico South Lakes Safari, así como las preocupaciones por el bienestar en un acuario chino, apuntan a un problema global con el bienestar animal en esta industria.

Este abuso a menudo viola la legislación y los marcos regulatorios, pero los problemas persisten debido a que las medidas de cumplimiento carecen continuamente de recursos y, en general, no son adecuadas para su propósito.

Los tiburones ballena vivos existen en cautiverio en entornos limitados, por ejemplo, en los EE. UU. en el acuario de Georgia y en varios en Asia, como la exhibición de tiburones ballena Ocean Kingdom en China. Estas especies suelen aparecer en anuncios de los parques y se las considera una atracción popular junto con otras especies de tiburones.

Cabe señalar que se han presentado argumentos sobre los posibles beneficios para la conservación, como una mayor investigación sobre la especie y el apoyo a las actitudes a favor de la conservación. Sin embargo, se conoce información limitada sobre su bienestar y sus tasas de mortalidad, y se han planteado inquietudes sobre la posibilidad de mantener una especie migratoria en cautiverio. 

De manera similar, se han expresado preocupaciones sobre la posibilidad de que algunas de las especies marinas en cautiverio, incluidos los tiburones ballena, hayan sido obtenidas a través del tráfico de vida silvestre, que presenta similitudes con otras especies en cautiverio.

En general, la introducción de un tiburón ballena robótico en un acuario, aunque es controvertida, puede ayudar a que un público más amplio se involucre en cuestiones de conservación. Aunque presentar un robot como un tiburón ballena vivo es indiscutiblemente poco ético, cualquier cosa que ayude a crear un espacio para el debate público sobre las especies en peligro de extinción y el bienestar animal debería considerarse positiva para cuestiones generales de justicia de especies.