La resistencia a los antibióticos supone uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta la salud pública y, si no se toman medidas eficaces, los expertos prevén que en 2050 la cifra de fallecidos alcance los 10 millones en todo el mundo, desbancando al cáncer como primera causa de mortalidad.
Históricamente, la investigación sobre la resistencia a los antimicrobianos (RAM) en los animales se ha centrado principalmente en las especies productoras de alimentos. Sin embargo, recientemente los animales de compañía, como los perros y los gatos, se consideran cada vez más reservorios y vías de transmisión de la RAM. Los expertos advierten que la presencia de bacterias resistentes a los antibióticos en los animales de compañía no solo supone un riesgo para ellos, sino también es una amenaza potencial para el personal veterinario, otros animales y los propietarios.
En este sentido, identificar los factores de riesgo asociados con la portación de bacterias resistentes a los antimicrobianos en perros es crucial para comprender su epidemiología y para desarrollar y refinar medidas de control específicas. Sin embargo, los datos relevantes están dispersos y se han reportado hallazgos contradictorios.
Por ello, una revisión sistemática realizada en China ha recopilado los factores de riesgo asociados con la portación de enterobacterias portadoras de RAM en perros en todo el mundo y ha identificado lagunas de conocimiento relevantes para dirigir futuras investigaciones.
Se realizó la revisión buscando en varias bases de datos estudios que informaran sobre los factores de riesgo para adquirir enterobacterales RAM en perros. En la búsqueda inicial, se identificaron 774 artículos. Después de la selección por título/resumen, 77 artículos fueron sometidos a una revisión de texto completo, de los cuales 40 fueron finalmente seleccionados para la extracción de datos, incluyendo 29 estudios transversales, seis de cohorte y cinco de casos y controles.
Los factores de riesgo investigados con mayor frecuencia para la portación de estas bacterias en perros fueron el uso de antimicrobianos (28 de 40), la edad (24), el sexo (22), la hospitalización (19) y la alimentación con dieta cruda (14).
De estos, el uso de antimicrobianos fue el factor de riesgo más común significativamente asociado con enterobacterias con RAM (19/28), seguido de la dieta cruda (9/14) y la hospitalización (8/19).
“Nuestra síntesis enfatizó la importancia de aumentar la conciencia sobre el uso prudente de antimicrobianos de importancia crítica, como las fluoroquinolonas, en las prácticas de animales de compañía, fortalecer los procedimientos de prevención y control de infecciones en clínicas y hospitales veterinarios y educar a los cuidadores sobre los riesgos potenciales de usar dietas crudas para reducir la carga de bacterias RAM en perros”, comentaron los autores.
RIESGOS DE LAS DIETAS DE CARNE CRUDA
La secretaria del Colegio de Veterinarios de Valencia (ICOVV) y responsable de la Comisión de Clínicos de esta entidad, María Vitoria, expresaba recientemente que “en la actualidad carecemos de evidencias científicas que avalen que estas dietas sean más adecuadas que las comerciales. Lo que sí disponemos es de numerosos estudios que han acreditado los riesgos que las dietas BARF representan tanto para los animales como para las personas”.
Recientemente, un estudio de la Universidad de Bristol (Inglaterra) en el que participaron médicos y veterinarios confirmó que las dietas BARF podrían convertirse incluso en un problema de salud pública. La investigación, que involucró a 600 perros, pretendía indagar por qué se registraba un alto recuento de Escherichia coli en las heces de estos animales. Los resultados revelaron una conexión entre los perros alimentados con carne cruda y la excreción de esta bacteria, concretamente de una cepa resistente a la ciprofloxacina, un antibiótico de amplio espectro. Esto implicaría que una bacteria como ésta, presente en el intestino delgado de humanos, perros y otros mamíferos, pero peligrosa y difícil de eliminar si su concentración es alta, podría estar trasladándose entre seres humanos, animales de granja y perros a través de la alimentación con carne cruda. De manera preocupante, el estudio comprobó que la cepa presente en perros rurales coincidía con la encontrada en el ganado bovino y que los perros de áreas urbanas mostraron mayor probabilidad de compartir bacterias con los humanos. Esta situación sugeriría una red más compleja de vías de infección.
Por otra parte, las facultades de Veterinaria de la Universidad de Utrecht (Holanda) y de Uppsala (Suecia) han estudiado en los últimos años este tipo de dietas y confirmado que existe un riesgo asociado entre ciertos patógenos zoonóticos presentes en la carne cruda y su transmisión tanto a otros animales de compañía como a los seres humanos. Además de la propia E. coli, tales investigaciones se refieren a otra bacteria también muy común, la Salmonella spp, así como al parásito Toxoplasma Gondii, que producen enfermedades que afectan a perros o gatos, que se pueden transmitir a personas y frente a las cuales los antibióticos conocidos suelen tener también una respuesta limitada o incluso nula.
Finalmente, la Comisión de Clínicos de Pequeños Animales del ICOVV mostraba su preocupación por que, pese a la gran cantidad de casos atendidos de patologías asociadas a estas dietas BARF, debido a la información difundida a través de redes sociales, son muchas las familias que siguen interesándose por ellas o que, en el mejor de los casos, acuden al veterinario y preguntan. En última instancia, en caso de apostar por estas dietas, desde el ICOVV insistían en que es fundamental si cabe la supervisión y el estricto control veterinario para evitar daños o déficits nutricionales. Junto a ello, en tales circunstancias, la entidad recomendaba ser muy estricto en el manejo y conservación del alimento crudo con el fin de evitar así contaminaciones cruzadas con la comida de las personas que conviven con el animal.