El atreverse a salir de lo cotidiano puede traer oportunidades únicas para médicos veterinarios zootecnistas. Así le sucedió a Edmundo Parada López, quien, sin pensarlo mucho, aceptó una oportunidad laboral ofertada en redes sociales y, poco después, ya se encontraba en la Selva Amazónica, específicamente en la ciudad de Iquitos, en Perú, para trabajar con fauna silvestre.
“En ese momento de mi vida no tenía como objetivo trabajar fuera del país, pero consideré que era una gran oportunidad”, expresó en declaraciones para Diario Veterinario.
Para Parada López, egresado de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de La Salle Bajío en León, Guanajuato, laborar en ese entorno “ha sido una experiencia muy desafiante y, sin duda, la recomendaría a cualquier profesional que desee salir de su zona de confort. Trabajé durante un año completo, desde febrero de 2023 hasta febrero de 2024”.
De acuerdo con él, fauna silvestre ha sido distinta a como la enseñan en la universidad, pues las materias “se enfocaban más en mascotas exóticas, no abordamos en profundidad el trabajo con fauna silvestre in situ”.
UN DÍA EN LA SELVA
Edmundo comenzaba su día desde temprano, a las siete de la mañana. Lo primero era “dar un rondín con los animales”, es decir, evaluar el estado de especies bajo cuarentena, o de aquellas poblaciones que vivían en la selva, pero que él y su equipo tenía identificadas para diariamente supervisar sus condiciones. Luego, Edmundo reportaba la información resultante y agendaba las próximas consultas para cada especie, así como las visitas a otras instituciones o centros, o jornadas junto al gobierno. Durante el día él también debía alimentar a las crías, a animales en pelea de orfandad. Finalmente, sus actividades terminaban a las cuatro “y era libre por el resto de la tarde”, misma que él aprovechaba para explorar la selva o proyectos personales.
Su mejor recuerdo de esta experiencia “fue participar en el rescate de dos crías de jaguar junto a la autoridad nacional (GERFOR). Viajamos más de 20 horas por el río Amazonas para asegurar y proteger a estos animales, es una experiencia que marcó mi vida”.
Sin embargo, lo peor fue “enfermarme, posiblemente de dengue, mientras trabajaba. La distancia entre la ciudad y nuestro lugar de trabajo hacía que las emergencias médicas fueran especialmente desafiantes”.
CONDICIONES LABORALES EN EL EXTERIOR
Parada López explicó que la forma en que trabajan los veterinarios en Perú y su preparación es similar en México; “aunque es difícil hacer una comparación exacta, puedo decir que conocí a profesionales muy capacitados”. No obstante, “las condiciones laborales en Perú son un poco mejores, con 30 días de vacaciones al año, una semana laboral de cinco días y bonos económicos más generosos debido a las festividades”.
Para él, las oportunidades laborales dependen mucho del país, “pero considero que un veterinario que esté dispuesto a salir de México siempre obtendrá un aprendizaje valioso, ya que podrá comparar el contexto laboral y ampliar sus perspectivas”.
Como recomendación a los futuros veterinarios que desean seguir sus pasos, aconseja mucha perseverancia. “El área de fauna silvestre es pequeña y, a menudo, tendrán que dar más del 100 % para adentrarse en ella; muchas veces es necesario explorar diversas oportunidades para encontrar el camino adecuado. Siempre sean buenos colegas, estén dispuestos a ayudar y compartan su conocimiento”.
Además, para él es muy importante la frase “enseñar sin humillar”, pues representa el tipo de profesional que es y la imagen que quiere proyectar en el futuro de la medicina veterinaria.
Parada López también disfruta de la clínica de pequeñas especies, pero tiene planeado dedicarse toda su vida a la fauna silvestre. “Mi próximo paso es dedicarme a la academia y homologar mi título en Estados Unidos y Canadá”, concluyó.