El carcinoma mamario inflamatorio (IMC) es uno de los tipos de carcinoma mamario más agresivos y malignos y se ha descrito con prevalencia en humanos y perros, con muy pocos casos reportados en gatos. El IMC se caracteriza por un curso clínico rápido, caracterizado por alta agresividad, alta tendencia a metastatizar y rápida recurrencia después de la cirugía, por lo que tiene un pronóstico reservado y tasas de supervivencia muy bajas. Las características clínicas relevantes del IMC incluyen eritema cutáneo, hinchazón, firmeza, calor y dolor de la piel afectada y las glándulas mamarias, imitando condiciones inflamatorias.
Curiosamente, el IMC parece ser más frecuente en perros que en humanos, pero se desconoce la prevalencia real del IMC. En los perros, el IMC se desarrolla casi exclusivamente en hembras intactas, sin predisposición racial, con solo un caso reportado en un perro macho. Las perras con IMC tienden a ser significativamente mayores en comparación con los perros con otros tipos de carcinomas mamarios. La etiología del IMC sigue siendo desconocida, pero se han descrito varios factores predisponentes, siendo el más relevante los niveles elevados de progesterona durante el diestro.
DOS TIPOS CLÍNICOS DE IMC
El pronóstico es extremadamente malo, con un tiempo de supervivencia promedio de 25 a 35 días para las perras y sin un tratamiento efectivo disponible. Recientemente se ha descrito la posible eficiencia terapéutica de las combinaciones de inhibidor de COX-2, toceranib y ciclofosfamida oral. Según un estudio, el IMC parece tener una menor tendencia a hacer metástasis en los pulmones, el hígado, los riñones y los huesos en comparación con otros tumores mamarios malignos, y una mayor propensión a hacer metástasis en la vejiga urinaria y otros órganos del tracto reproductivo. Recientemente, se ha descrito un IMC que hizo metástasis en la médula ósea en un perro.
En perros se han descrito dos tipos clínicos de IMC: el IMC primario, que es la forma más agresiva y se desarrolla rápidamente en pacientes sin masas mamarias previas, y el IMC secundario, que es el más común, se desarrolla en pacientes con antecedentes de tumores mamarios y tiene una evolución ligeramente mejor en comparación con los IMC primarios.
El diagnóstico de IMC se basa en gran medida en la asociación del examen histopatológico con los aspectos clínicos, ya que este tipo de tumor no representa una variante histológica de los tumores mamarios, o una entidad para la cual la presencia de células inflamatorias sea típica. Las características histopatológicas incluyen pleomorfismo marcado y pérdida de diferenciación celular, actividad fagocítica e invasión de los vasos linfáticos dérmicos por células neoplásicas ampliamente presentes en el momento del diagnóstico, siendo estas últimas responsables del aspecto inflamatorio macroscópico y consideradas el sello patológico de esta entidad. El diagnóstico citológico de IMC no siempre conduce a resultados satisfactorios, debido a la celularidad adecuada infrecuente o al muestreo deficiente.
EVALUACIÓN LAS CARACTERÍSTICAS CITOLÓGICAS
Un estudio internacional tuvo como objetivo evaluar las características citológicas de muestras obtenidas de 25 perros con un diagnóstico histológico confirmado posteriormente de carcinoma mamario inflamatorio. Los autores analizaron retrospectivamente las muestras citológicas para destacar características citológicas específicas que pudieran conducir al diagnóstico y también a la diferenciación de otros tumores mamarios.
En el 64% de los casos se obtuvo una celularidad alta, mientras que el resto presentó una celularidad moderada (20 %) o baja (16 %). Algunas muestras contenían inflamación mixta además de las células epiteliales neoplásicas. Dicho componente inflamatorio estaba compuesto principalmente por neutrófilos degenerados y, en menor medida, por linfocitos pequeños maduros, células plasmáticas y macrófagos reactivos. Se observaron células inflamatorias en 13 casos (52 %). En seis casos, se observó una población leve. Se registraron células inflamatorias ausentes o escasas en un total del 72 % de los casos.
La evaluación del tamaño celular reveló que el 76 % de las células neoplásicas eran grandes (n = 19) y el 24% (n = 6) eran de tamaño mediano, con algún grado de variación (aniocitosis), lo que constituye un criterio útil y común de malignidad.
Las células neoplásicas tenían una cohesión baja (64 %) o moderada (16 %), con presencia de células mayoritariamente individualizadas. La evaluación citológica reveló una falta general de disposición glandular, acinar, tubular o papilar de los grupos celulares, aspecto balonizante ocasional de las células neoplásicas y también la ausencia de un componente de células fusiformes que acompañara a la población de células neoplásicas epiteliales.
Se observó metaplasia escamosa en el 52 % (n = 13) de los casos y se calificó como leve a ausente en el 88 % de los casos. Las células con metaplasia escamosa tenían bordes angulares o eran redondas, con abundante citoplasma hialinizado, ligeramente basófilo, ocasionalmente vacuolizado y con núcleos ocasionalmente picnóticos.
La baja cohesión se correlacionó significativamente con la presencia de metaplasia escamosa. Los análisis de celularidad no revelaron una correlación significativa con la metaplasia escamosa.
ANISOCARIOSIS PRESENTE EN TODAS LAS MUESTRAS
Las características nucleares de las células neoplásicas sugirieron características de malignidad. La anisocariosis estaba presente en todas las muestras. En el 56 % de los casos la anisocariosis era marcada. Las formas nucleares anormales se observaron en el 96 % de los casos. La multinucleación estuvo presente en el 96 % de los casos (n = 24)- Asimismo, en todas las muestras, las células epiteliales neoplásicas tenían una alta relación N/C (>2/1).
En resumen, las características citológicas distintivas del carcinoma mamario canino incluyeron escasa cohesión celular, aspecto balonizante de las células neoplásicas, multinucleación frecuente, patrón de cromatina irregularmente disperso y fibroso, y metaplasia escamosa en algunas células individualizadas o en pequeños grupos.
Así, “estos resultados indican que el examen citológico puede contribuir al diagnóstico del carcinoma mamario in situ y podría ayudar a diferenciarlo de otros carcinomas mamarios, incluso cuando no se dispone de datos clínicos, lo que es común en la rutina citológica”.
Hasta donde saben los autores, este es el primer estudio sobre el IMC canino que se centra en una descripción detallada de las características nucléolos de las células neoplásicas. No obstante, comentan que se necesitan más estudios sobre dichas características del IMC canino, tanto en histología como en citología, “para determinar otras posibles características distintivas de este tumor y también confirmar nuestros hallazgos”.
Aun así, “este trabajo supone un paso adelante en el conocimiento de la citomorfología de los IMC y puede contribuir a explicar su comportamiento biológico y ayudar a los clínicos y patólogos en una mejor identificación preoperatoria de esta entidad”. Es decir, el estudio destaca una utilidad relevante del examen citológico, del que “podrían beneficiarse tanto los patólogos como los clínicos, evitando tratamientos innecesarios ya que la cirugía de las IMC no es curativa”.